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NOTA:
LA COBERTURA DE NOTICIAS QUE CON RESPECTO AL FORO PÚBLICO REALIZA LA OMC
EN SU SITIO WEB Y EN PÁGINAS DE REDES SOCIALES COMO FACEBOOK Y TWITTER
ESTÁ DESTINADA A AYUDAR AL PÚBLICO A SEGUIR LOS DEBATES Y ES
NECESARIAMENTE SELECTIVA.
EN LAS PÁGINAS DEL FORO PÚBLICO SE PUBLICARÁ UNA RELACIÓN MÁS COMPLETA
DE LA SESIONES POCO DESPUÉS DE QUE ÉSTAN HAYAN CONCLUIDO.
SI BIEN SE HA HECHO TODO LO POSIBLE PARA ASEGURAR QUE EL CONTENIDO DE LA
INFORMACIÓN SEA EXACTO, ÉSTA SE ENTIENDE SIN PERJUICIO DE LAS POSICIONES
DE LOS GOBIERNOS MIEMBROS.
Autor: Voluntarios de la OMC
Sesión 8: Las normas comerciales no afectan al género, pero sí en cambio las decisiones nacionales, dicen los panelistas
TÍTULO DE LA SESIÓN: Cambiar las cosas: Reestructuración de la economía mundial
En una sesión de apertura celebrada durante la segunda jornada del Foro
Público de la OMC, un panel compuesto exclusivamente de mujeres convino
en que las normas comerciales multilaterales por sí mismas no generan
desigualdades por razón de sexo ni tampoco resultados que sean neutros
en cuanto al género.
Ahora bien, dijeron, el impacto real del comercio y de las políticas
comerciales sobre las mujeres se produce a través de las decisiones
adoptadas a nivel nacional en materia de inversión, distribución de
recursos y políticas y entornos jurídicos propicios.
La sesión tenía por objeto explorar los factores que influyen en el
papel de la mujer en la economía nacional e internacional. Las
panelistas trataron de identificar iniciativas que pudieran contribuir a
mejorar el acceso de las mujeres a las oportunidades económicas. Las
cuatro ponentes representaban diferentes puntos de vista, a saber, el de
los derechos humanos, el de los sectores público y privado y el de la
Secretaría de la OMC.
Las panelistas examinaron primero los factores que restringen la
capacidad de las mujeres para participar plenamente como agentes
económicos en el sistema comercial. El trabajo de las mujeres tiende a
concentrarse en el sector informal, caracterizado frecuentemente por la
exigua remuneración, los largos horarios y la precariedad del empleo.
Las panelistas explicaron que la falta de acceso a los recursos limita
la capacidad de las mujeres para participar en la economía de mercado.
La insuficiencia de las redes de seguridad y de servicios de guardería
constriñen la flexibilidad de las mujeres para distribuir el tiempo
entre las actividades económicas, incluidas las labores caseras. Sin una
educación y formación profesional adecuadas, las mujeres son menos
competitivas en cada vez más sectores de la economía. Las prácticas de
gestión que desconocen las diferentes necesidades de hombres y mujeres
pueden desembocar en la marginación de la mujer en el lugar de trabajo.
Para resolver estos problemas, las ponentes propusieron varias
soluciones, con numerosos enfoques que variaban en función de las
condiciones nacionales. Los cambios a nivel nacional, en términos de
políticas y de distribución de recursos, son los que más repercusiones
pueden tener. Las normas y reglamentos encaminados a modificar la
situación de las mujeres pueden resultar útiles y se debería
intensificar la recopilación de datos para contribuir a una mejor
evaluación.
Desde la perspectiva del sector privado, se indicó que los sistemas de
gestión que fomentan la constitución de equipos mixtos producen mejores
resultados. Por lo demás, se convino en que las iniciativas
multilaterales podían desempeñar una función, en particular de
sensibilización.
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Sesión 9: Los expertos dicen que la crisis pone de relieve la necesidad de combatir la desigualdad y crear empleo a escala mundial
TÍTULO DE LA SESIÓN: La coherencia y la crisis: Trabajo decente, la OMC y una mejor gobernanza mundial
En la sesión del Foro Público sobre el trabajo, la OMC y la gobernanza
se señaló que la crisis financiera exige que se aborde el problema de
las desigualdades de ingresos y que los responsables de la formulación
de políticas pongan a punto respuestas globales coherentes para combatir
los efectos de la crisis sobre el empleo.
Los ponentes introdujeron consideraciones teóricas y prácticas para
examinar la forma en que la crisis actual ha afectado a las condiciones
de trabajo en todo el mundo. Coincidieron en que se requería una
coordinación más profunda y cabal para luchar contra las desigualdades
que no están contempladas por las normas nacionales e internacionales
vigentes.
En esta sesión cinco expertos examinaron los conflictos y solapamientos
existentes entre las cuestiones comerciales y los derechos laborales.
Hablaron respectivamente desde las perspectivas del derecho de la OMC,
la práctica de Oxfam para operar cambios en la formulación de las
políticas nacionales, el enfoque institucional de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y los esfuerzos de coherencia de la
Confederación Sindical Internacional (CSI).
La moderadora Sra. Esther Busser, de la CSI, abrió la sesión
pidiendo a los participantes que se centraran en los temas propuestos.
Insistió en la necesidad de abordar conjuntamente las cuestiones
relativas al empleo, los derechos humanos, el desarrollo y el comercio
en el proceso de formulación de políticas, en vez de analizar
separadamente las consecuencias de las diferentes normas una vez
establecidas.
La Sra. Busser preguntó a los panelistas si en su opinión existía
espacio para el diálogo entre la OIT y la OMC en el contexto de sus
colaboraciones de años recientes; y si la promoción de un trabajo digno
era positivo o negativo para un comercio más justo y una mayor justicia
distributiva.
El Sr. James Howard, de la CSI, centró su intervención en las
políticas que se precisan para una recuperación sostenible en el marco
de la OMC y de la coherencia política global. Presentó estadísticas que
revelan que el desempleo a escala mundial nunca ha sido tan alto como
ahora, lo que amenaza la promoción de un trabajo digno a medida que los
paquetes de estímulo se van eliminando. Subrayó asimismo que ya antes de
la crisis las realidades del empleo eran bastante descorazonadoras en
los países en desarrollo.
El Sr. Howard censuró el hecho de que el G-20 no tomara las medidas
adecuadas pese a haber reconocido que la crisis había sido provocada por
su propia falta de supervisión, y añadió que los dirigentes mundiales no
debían confiarse y pensar que la crisis había terminado.
Dijo que para una recuperación sostenible era necesario invertir en una
economía neutra en carbono, incrementar el gasto social y en formación,
llevar a cabo la reforma prometida del sector financiero a escala
mundial, establecer un impuesto sobre las transacciones financieras y
una mayor coherencia. Hizo hincapié en la necesidad de eliminar la
jerarquía entre normas vinculantes y normas sin fuerza obligatoria
cuando las normas de la OMC permiten una aplicación más flexible de las
normativas sociales y laborales; e instó a que la OMC incorporara a sus
trabajos la cuestión del desarrollo basado en el trabajo digno.
El Sr. Robert Kyloh, de la OIT, declaró que la promoción del
trabajo digno puede contribuir a un comercio más justo. Enumeró tres
causas subyacentes a las desigualdades laborales actuales: el cambio
tecnológico orientado hacia los empleos cualificados; la liberalización
y globalización del comercio; y la erosión de las instituciones.
El ponente recalcó la necesidad de compensar a los perjudicados por la
globalización creando y promoviendo instituciones que se ocupen de las
crecientes desigualdades de renta mediante la negociación colectiva, el
establecimiento de salarios mínimos y el reconocimiento de los derechos
sindicales.
La Sra. Gabrielle Marceau, de la OMC, se centró en lo que sí
dicen y en lo que no dicen las normas de la OMC e hizo algunas
sugerencias prácticas para integrar el trabajo en el marco de la OMC.
Subrayó que el objetivo principal de la OMC era impedir que los
gobiernos recurrieran al proteccionismo. Ahora bien, a diferencia del
antiguo GATT, hoy día la liberalización del comercio tiene que llevarse
a cabo en el contexto del desarrollo sostenible, que incluye componentes
no sólo medioambientales y económicos, sino también sociales.
La Sra. Marceau explicó que esta evolución ha tenido una repercusión
fundamental en el derecho de la OMC, que no contiene disposiciones que
reconozcan a los países el derecho de restringir el comercio por motivos
de protección social (contrariamente a lo que ocurre con la protección
ambiental). Destacó que, desde una perspectiva estrictamente jurídica,
los gobiernos tenían margen para introducir consideraciones sociales o
laborales como condiciones para otorgar acceso a los mercados, siempre y
cuando se cumplieran ciertos criterios.
Convino en que la justicia distributiva era una cuestión central para el
comercio y el crecimiento, pero señaló que las decisiones incumbían a
los gobiernos Miembros y que cualquier iniciativa debía comenzar a nivel
nacional. Recordó que el preámbulo del Acuerdo sobre la OMC estipula que
el comercio tiene por objeto mejorar la situación de los seres humanos.
El Sr. Stephen Hale, de Oxfam, dijo estar plenamente de acuerdo
con el Sr. Kyloh, pero no tanto con el Sr. Howard. Partiendo de la
opinión compartida por los panelistas sobre los vínculos entre comercio
y trabajo y la respuesta a la crisis describió la experiencia de Oxfam
al poner los principios en práctica. Tras atribuir el origen de la
actual crisis a la falta de reglamentación y la irresponsabilidad de los
países del Norte, manifestó que la misión de Oxfam era dar a conocer las
consecuencias que los recortes de los programas de ayuda y la propia
crisis presupuestaria estaban teniendo para las poblaciones del Sur.
Preconizó un planteamiento que diera prioridad a las personas y un
sistema de gobernanza global que reconociera la vinculación entre el
comercio, los derechos humanos y el empleo, y criticó la escasa
disposición de los dirigentes políticos a considerar dichos vínculos y a
atacar de raíz las causas sistémicas de la crisis.
Las preguntas formuladas por los asistentes dieron lugar a un
debate sobre la forma en que se podrían y deberían movilizar los
recursos políticos y jurídicos para subsanar las desigualdades laborales
y sobre las diferentes perspectivas desde las que se podían abordar las
consecuencias de la globalización. El Sr. Hale indicó que la falta de
reformas de las políticas obedecía no sólo a los intereses creados, sino
también a la inercia de las institucionales. Resumiendo lo dicho durante
la sesión, la Sra. Busser añadió a la lista de cuestiones el compromiso
político de los Estados.
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Sesión 10: Los panelistas defienden la protección de las economías débiles de África
TÍTULO DE LA SESIÓN: Ayudar a África a hacer frente a los retos y a obtener mayores beneficios del comercio regional e internacional
Esta sesión trató sobre las posibilidades que tenía África de mejorar
sus resultados comerciales en un entorno económico más integrado. Si
bien los acuerdos multilaterales y regionales son importantes para el
crecimiento del sector de las exportaciones, los ponentes estimaron que
había que establecer algunas condiciones particulares para que las
economías más débiles se pudieran proteger.
El Sr. Rustonjee dijo que las causas más citadas para explicar
los malos resultados comerciales de África en las últimas décadas eran
el reducido acceso a los mercados, la escasa diferenciación y la falta
de creación de valor añadido en el proceso de producción.
El Sr. Maroping subrayó que el verdadero desafío para el
continente africano era reducir las limitaciones de la oferta
promoviendo el enfoque de la triple C propugnado por ONUDI, a saber,
complementariedad, coordinación y coherencia. Según el Embajador, el
comercio intra-africano debe aumentar en el futuro, pues de lo contrario
las inversiones en el continente continuarán concentradas principalmente
en el sector extractivo.
En consecuencia, el Sr. Rudaheranwa afirmó que no se podían
lograr mejoras comerciales concretas sin un crecimiento económico
sustancial. Así pues, las inversiones duraderas (y no las destinadas a
la búsqueda de recursos) sólo podrán desarrollarse si se mejoran las
infraestructuras físicas.
El debate sobre la función de los acuerdos regionales y la
protección se hizo más animado y suscitó intervenciones de los
asistentes. En varias de esas intervenciones se señaló que ciertas
formas de protección seguían siendo necesarias para el desarrollo
industrial.
La Sra. Kwa afirmó que los acuerdos de asociación económica
representaban un peligro potencial para los crecientes intercambios
intra-africanos y añadió que la comunidad internacional debería prestar
más atención a las consecuencias de las subvenciones agrícolas de la UE
en la competitividad de los países menos adelantados de África.
A lo largo de toda la sesión se comentó repetidamente que las
importaciones representaban una gran parte del comercio africano, lo que
desalentaba la producción local. Los ponentes convinieron en la
necesidad de fomentar prioritariamente la integración nacional mediante
un apoyo específicamente dirigido a los pequeños productores para
ayudarlos a crear grupos de empresas más pujantes.
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Sesión 11: Se concluye que los 'actores no estatales' prefieren el ámbito regional
TÍTULO DE LA SESIÓN: Los gobiernos, los agentes no estatales y la formulación de políticas comerciales: ¿Negociaciones preferenciales o multilaterales?
En esta sesión el debate se basó en un estudio sobre los motivos que
inducen a los actores no estatales a escoger un determinado foro de
negociación, lo que a su vez influye en que los gobiernos decidan
negociar sobre una base preferencial o multilateral. Se llegó a la
conclusión de que en general los actores no estatales preferían
interactuar a nivel regional en vez de tratar de influir sobre el
proceso de la OMC.
Los panelistas examinaron los datos recogidos en Chile, Colombia,
Indonesia, Jordania, Kenya, México, Sudáfrica y Tailandia sobre la
elección del foro de negociación por los actores no estatales. Los
resultados del estudio mostraron sorprendentes semejanzas. Una de las
principales constataciones fue que en algunos de estos países la
elección de foro ni siquiera se solía plantear. Ahora bien, cuando sí se
planteaba, los acotes no estatales preferían influir en el resultado de
los acuerdos comerciales regionales y/o preferenciales. Esta preferencia
se explica por la percepción de que la OMC está demasiado lejos y es
demasiado grande, por lo que los actores no estatales locales no pueden
influir fácilmente en sus procesos. La mayoría de las organizaciones de
la sociedad civil, aun reconociendo que los beneficios de los acuerdos
comerciales preferenciales pueden ser menos importantes que los
obtenidos a través del proceso multilateral, prefieren utilizar sus
recursos para influir en los resultados de los arreglos comerciales
preferenciales y regionales, cuyo alcance es más limitado y cuyo proceso
es más cercano. Muchas veces la preferencia dada a los acuerdos
comerciales preferenciales sobre los Acuerdos de la OMC no es cuestión
de principio, sino de pragmatismo.
Un análisis más a fondo de la elección del foro por los actores no
estatales con representación en Ginebra demostró que, si bien dichos
actores reconocen la importancia del multilateralismo en el
establecimiento de un sistema basado en normas, la protección de los
intereses de los países en desarrollo y la posibilidad de influir sobre
un mayor número de actores en Ginebra, esta preferencia no se suele
reflejar en las posiciones de sus representantes en otros lugares.
La enseñanza que de ello se desprende para la OMC es que debe promover
un debate sobre las funciones básicas que le competen, además de su
función como foro de negociación. Debe asimismo transmitir el mensaje de
que el proceso multilateral de elaboración de normas es capaz de generar
bienes públicos.
El debate abierto estuvo animado principalmente por los representantes
de las organizaciones de la sociedad civil, quienes señalaron que la
paralización de las negociaciones de Doha podía haber influido en los
resultados del estudio, al desviar, la atención de la sociedad civil,
del proceso multilateral al entorno más dinámico de los acuerdos
comerciales preferenciales. Otra cuestión suscitada durante el debate
fue la importancia de los grupos de presión regionales dentro de la OMC.
Los panelistas respondieron que la influencia de esas agrupaciones para
llevar adelante cuestiones del programa de la OMC solía ser limitada,
debido a su deficiente coordinación y a las diferentes estrategias
comerciales de sus miembros. Las agrupaciones más eficaces son las que
tienen un interés común, pero el ámbito de su actuación se halla
restringido a unas pocas cuestiones.
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Sesión 12: Los panelistas dicen que para la seguridad alimentaria no bastará un acuerdo sobre la agricultura en el marco de Doha
TÍTULO DE LA SESIÓN: Coherencia entre las políticas sobre comercio, seguridad alimentaria mundial y reducción de la pobreza
Esta sesión tenía por objeto arrojar luz
sobre el uso de medidas con efectos de distorsión del comercio en la
agricultura y sus repercusiones sobre los precios de los productos
básicos, las existencias de alimentos y, por ende, la seguridad
alimentaria para muchos países en desarrollo. Se indicó que aunque la
OMC incluyera algunas disposiciones (como las contenidas en el Acuerdo
sobre la Agricultura) para restringir la aplicación de medidas
proteccionistas por parte de los países desarrollados, se deberían
realizar mayores esfuerzos para garantizar la seguridad alimentaria para
todos. También habría que velar por una mayor coherencia política en el
plano nacional y entre las instituciones a nivel internacional.
El Sr. Josef Schmidhuber planteó
la cuestión de la compatibilidad del marco de la OMC con la transición
desde la “antigua normalidad” a la “nueva normalidad”. Es decir, la
transición desde una situación de apoyo masivo al sector agrario,
creación de excedentes, volatilidad del mercado y precios bajos (tal era
el contexto en que se lanzó la Ronda de Doha) a un entorno de elevados
precios de los productos básicos, con mermas permanentes e inseguridad
alimentaria. La mayoría de los pobres son compradores netos de productos
alimenticios en términos de valor, por lo que paralelamente a la subida
de los precios se registra un incremento de la subnutrición. Las
restricciones a la exportación y las subvenciones a la importación
provocan la subida de precios, lo que a su vez tiene un efecto directo
en la seguridad alimentaria cuando los productos básicos se hacen
inasequibles para muchos habitantes de los países en desarrollo. El
encarecimiento de los productos básicos perjudica incluso a quienes
deberían beneficiarse de él; esto se debe a la falta de una
infraestructura adecuada que permita compartir dichos beneficios y
aumentar la producción. Si bien la OMC tiene disposiciones para la
reglamentación de las exportaciones como las que figuran en el artículo
23 del Acuerdo sobre la Agricultura, tales disciplinas han tenido un
efecto reducido. El Sr. Schmidhuber puso fin a su exposición declarando
que los agricultores pobres podrían beneficiarse del libre comercio si
el PDD respondía a las necesidades en materia de ayuda e inversiones y
si se reducían las asimetrías entre las disciplinas comerciales.
El Sr. François Riegert definió la
seguridad alimentaria como disponibilidad, acceso, utilidad y
estabilidad. Afirmó que la inseguridad alimentaria podía ser reducida
mediante el apoyo al sector agrícola y a la investigación en los países
en desarrollo; la gestión responsable y sostenible del sistema de
tenencia de tierras; y la reducción de la volatilidad de los mercados
agrícolas y los productos básicos. Refiriéndose a la relación entre la
seguridad alimentaria y la OMC, el Sr. Riegert indicó que si bien la OMC
y la FAO podían no tener la misma opinión en cuanto a las ventajas (o
inconvenientes) de la seguridad alimentaria, tampoco podía concluirse
que hubiera una incompatibilidad. El párrafo h) del artículo XX del GATT,
el artículo 38 y el Acuerdo sobre la Agricultura ejemplifican los
esfuerzos desplegados por la OMC para estabilizar la volatilidad de los
precios de los productos básicos. Terminó haciendo un llamamiento a una
mayor coherencia entre las instituciones de gobernanza mundial y propuso
la creación de un “Foro de Estabilidad Agraria”.
El Sr. Flavio S. Damico inició su
exposición advirtiendo que la coherencia de las políticas ha de
establecerse en el propio país antes de pretender instaurarla en el
plano internacional. Aludiendo a las relaciones entre normas comerciales
y seguridad alimentaria, puntualizó que el Acuerdo sobre la Agricultura
dejaba un amplio margen de actuación para los países en desarrollo
exentos de las disciplinas existentes. Puso en guardia contra los
efectos negativos de las políticas que distorsionaban el comercio en el
sector agrícola (como las restricciones a la exportación), que no sólo
afectaban a los países en desarrollo sino que además perjudicaban al
país mismo que aplicaba tales medidas.
El Sr. Enrique Domínguez Lucero
comenzó su exposición diciendo que México ha sufrido los efectos
adversos del uso continuado de aranceles aduaneros y subvenciones por
parte de ciertos países. Desde el inicio del PDD, México ha tenido
dificultades con grupos de países que aplican medidas proteccionistas.
El Gobierno federal mexicano pasó por tanto a centrar su atención en la
forma de resolver los problemas del sector agrícola. Los compromisos
asumidos en el marco de la OMC están paralizados por el PDD debido a la
inclusión de nuevas cuestiones, como las normas de calidad o el
etiquetado indicativo del país de origen. Urge proseguir las
negociaciones para incrementar la seguridad en el sector agrícola.
El Sr. Ravi Bangar manifestó que
la economía de la India estaba creciendo a razón del 8,5 por ciento
anual, y se esperaba alcanzar el 9 por ciento el año próximo. Sin
embargo, la agricultura es el sector que registra el crecimiento más
bajo. La India se ve confrontada a una elevada tasa de inflación, a unas
existencias de alimentos insuficientes y a un grave déficit de
infraestructuras. Lo que necesita es un crecimiento inclusivo además de
la autosuficiencia en cereales.
Debate: En esta sesión se
debatieron cuestiones como la escasez de tierras, la fiscalidad agraria
en los países en desarrollo, las nuevas prioridades del G-20, los
monopolios de la industria alimentaria, el microcrédito y los efectos de
los OGM en la agricultura. Se afirmó que seguía existiendo la necesidad
de estabilizar la seguridad alimentaria para los agricultores y para el
conjunto de la sociedad. Hace falta redoblar las actividades de
investigación en los campos de la tecnología y la biotecnología y
también es preciso desplegar mayores esfuerzos para subsanar el déficit
de infraestructura de algunos países.
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Sesión 13: La sesión se adentra en la niebla que envuelve la relación entre la OMC y los organismos medioambientales
TÍTULO DE LA SESIÓN: Los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente y la OMC
La sesión examinó el tema de la
interacción entre las normas del régimen medioambiental y las normas del
régimen comercial al objeto de evaluar la compatibilidad entre ambos
sistemas.
El panel coincidió con el Sr. Petros Mavroidis
en que había una indudable falta de claridad tanto a nivel legislativo
como judicial en lo tocante a la influencia de la OMC en los organismos
multilaterales sobre el medio ambiente (AMUMA). Desde el punto de vista
legislativo todavía no existe ningún régimen específico sobre el
particular, si bien el Comité de Comercio y Medio Ambiente de la OMC
viene debatiendo al respecto desde 1996, con una actitud bastante
constructiva pero sin resultados concretos hasta el momento. Desde el
punto de vista judicial, sin embargo, los AMUMA han sido examinados en
algunas ocasiones (por ejemplo, en las diferencias relativas a las
medidas de los Estados Unidos relativas a los camarones y las medidas de
la UE relativas al comercio de productos biotecnológicos), lo que pone
de manifiesto que el Órgano de Solución de Diferencias de la OMC adopta
una actitud abierta con respecto a los AMUMA.
El panel planteó la cuestión de la conformidad de las políticas
ambientales con el artículo III (y con el artículo XX) del GATT, así
como la cuestión de si los AMUMA podían imponer obligaciones a quienes
no eran parte en los mismos. Resulta bastante difícil pronunciarse
habida cuenta del carácter negativo del GATT, pero será interesante
observar si la aplicación de los AMUMA puede influir sobre la
interpretación de términos fundamentales del contrato de la OMC.
Con motivo del examen de la función desempeñada por los AMUMA en el
sistema comercial, el Sr. Benjamiin Simmons
adujo que, sin los AMUMA, la OMC no sería
lo que es hoy: en efecto, los AMUMA tienden a colmar un vacío y se
ocupan de las externalidades negativas creadas por el comercio. Ello
explica por qué no son impugnados.
El Sr. Marceil Yeater mencionó la
Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de
Fauna y Flora Silvestres (CITES ) como ejemplo de cómo un AMUMA puede,
de manera legalmente vinculante, regular el comercio para asegurar la
sostenibilidad de los recursos y permitir al mismo tiempo que el OSD
realice su labor. A la inversa, un AMUMA como la CITES puede
beneficiarse de la actuación de la OMC.
En conclusión, el panel convino en que los dos regímenes son
complementarios, y el Sr. Mark Halle
sugirió que posiblemente la mejor manera de gestionar la vinculación
entre ambos sea dejar las cosas como están limitarse a sacar partido
de la flexibilidad existente!
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Sesión 14: Los ponentes ven en la crisis una razón para preservar el margen de actuación política
TÍTULO DE LA SESIÓN: El sistema mundial de comercio tras la crisis financiera
En esta sesión se abordaron los efectos
que la liberalización del comercio (en general y más concretamente en
los sectores de la agricultura y los servicios) podía tener sobre los
países en desarrollo, para luego explorar la manera en que éstos
deberían responder a los retos una vez pasada la crisis.
El Sr. Mehdi Shafaeddin, de la
Universidad de Neuchâtel y anteriormente funcionario de la UNCTAD,
analizó primero la debilidad estructural de los países menos adelantados
(PMA), así como sus necesidades y oportunidades de desarrollo a largo
plazo. Sostuvo que en el nuevo entorno competitivo de la globalización
los PMA necesitan más margen de actuación para poder aplicar estrategias
a largo plazo (papel activo del gobierno, política de fomento
industrial, desarrollo de la agricultura, control de las corrientes de
capital, etc.). Observó, sin embargo, que el margen de actuación de los
PMA ha disminuido a causa de las restricciones que les vienen impuestas
por la OMC y otras instituciones y acuerdos internacionales (como por
ejemplo los acuerdos de asociación económica entre la UE y los países en
desarrollo). Insistió en que los PMA debían oponerse a que se siguiera
disminuyendo su margen de actuación.
El Sr. Umberto Celli, de la
Universidad de S鉶 Paulo (Brasil), citó el caso de los servicios
financieros y ambientales brasileños como ejemplo de la importancia que
reviste el margen de actuación política para que los países en
desarrollo puedan desarrollar sus servicios de infraestructura. Señaló
que el Brasil había contraído pocos compromisos en materia de
liberalización de los servicios financieros en el marco del Acuerdo
General sobre el Comercio de Servicios (AGCS). De este modo, el Brasil
se procuró el margen de actuación que necesitaba para reestructurar su
sector financiero e introducir una rigurosa reglamentación. Esta
reestructuración es la que luego ha permitido al país salir bien parado
de la crisis financiera. Pasando a considerar los servicios ambientales,
el Sr. Celli destacó el papel fundamental que desempeñaba el Estado en
la concesión de subvenciones, aunque éstas pudieran ser impugnadas en
virtud de las normas de la OMC. Por lo tanto, los Miembros de la OMC, en
particular si son países en desarrollo, deben ser prudentes cuando
contraen compromisos.
El Sr. Timothy Wise presentó un
estudio monográfico que pone de manifiesto cómo el programa de
subvenciones agrícolas de los Estados Unidos ha afectado negativamente a
la economía mexicana desde la entrada en vigor del TLCAN. Explicó que
dicho programa da lugar a que los productos agrícolas estadounidenses
sean objeto de dumping en México, lo que causa pérdidas a los
productores agrícolas mexicanos y crea una dependencia creciente de
México respecto de las importaciones. Basándose en dicho estudio, el Sr.
Wise adujo que la liberalización del comercio de productos agropecuarios
podía acarrear elevados costes a los países en desarrollo y que, en ese
contexto, las medidas de transición, la protección de productos
especiales y las medidas de salvaguardia especial eran decisivas. Señaló
asimismo la necesidad de mejorar las normas de la OMC en materia de
dumping agrícola.
En el debate ulterior, los
panelistas tuvieron ocasión de exponer más detalladamente sus
argumentos. En particular, se discutió la cuestión de saber quiénes
ganan y quiénes pierden con la liberalización.
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