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NOTA:
LA COBERTURA DE NOTICIAS QUE CON RESPECTO AL FORO PÚBLICO REALIZA LA OMC
EN SU SITIO WEB Y EN PÁGINAS DE REDES SOCIALES COMO FACEBOOK Y TWITTER
ESTÁ DESTINADA A AYUDAR AL PÚBLICO A SEGUIR LOS DEBATES Y ES
NECESARIAMENTE SELECTIVA.
EN LAS PÁGINAS DEL FORO PÚBLICO SE PUBLICARÁ UNA RELACIÓN MÁS COMPLETA
DE LA SESIONES POCO DESPUÉS DE QUE ÉSTAN HAYAN CONCLUIDO.
SI BIEN SE HA HECHO TODO LO POSIBLE PARA ASEGURAR QUE EL CONTENIDO DE LA
INFORMACIÓN SEA EXACTO, ÉSTA SE ENTIENDE SIN PERJUICIO DE LAS POSICIONES
DE LOS GOBIERNOS MIEMBROS.
Autor: Voluntarios de la OMC
Sesión 32: Los ponentes evalúan la situación de China, sus relaciones en el estrecho y la respuesta a la crisis
TÍTULO DE LA SESIÓN: La Gran China y el sistema multilateral de comercio
En esta sesión se examinaron la ascensión de China y su forma de adaptarse al cambio, así como el Acuerdo Marco de Cooperación Económica con el Taipei Chino.
El moderador, profesor Jean-Pierre Lehmann, del Grupo Evian, del
International Institute for Management Development (IMD) en Lausana,
describió la importancia de China en el comercio mundial y explicó que
China invertía en el extranjero más de lo que los extranjeros invertían
en China. Un importante tema de debate es la relación de China con otras
economías emergentes, así como con los países desarrollados. China está
impulsando la globalización a través del comercio de capital, bienes y
servicios.
El panelista examinó a continuación el futuro del sistema comercial
multilateral desde los puntos de vista de China; Hong Kong, China; el
Taipei Chino; y el resto del mundo. Sus perspectivas eran la
empresarial, la jurídica y la política.
El profesor Yong Wang, de la Universidad de Beijing, dijo que la
ascensión de China en los últimos 30 años no constituye un fenómeno
aislado. Si bien continúa apoyando el sistema comercial multilateral y
participa en la creación de un mercado regionalizado en Asia Oriental,
China está abandonando su viejo modelo de crecimiento económico y
esforzándose por reestructurar su economía para pasar de un crecimiento
generado por el comercio exterior a un crecimiento impulsado por el
mercado interno, combinado con la creación de un equilibrio en este
último.
Un panelista que intervenía en nombre del Sr. Arthur E. Appleton (del
gabinete de abogados Appleton Luff) analizó el acuerdo marco de
cooperación económica entre China y el Taipei Chino desde el punto de
vista jurídico. Señaló que el acuerdo tenía repercusiones políticas a la
par que económicas. El acuerdo resulta beneficioso económicamente para
el Taipei Chino, pero también ha desencadenado una polémica entre las
diferentes formaciones políticas de Taiwán. El moderador Jean-Pierre
Lehman comentó luego que las cuestiones económicas y de seguridad eran
muy importantes para esta región dinámica pero frágil.
El profesor James Tang, de la Universidad de Hong Kong, examinó
la trayectoria de China desde los años noventa, cuando el país sólo
estaba parcialmente integrado en la economía mundial. El 7º suplemento
al Acuerdo para establecer una asociación económica más estrecha entre
China y Hong Kong (CEPA) representa un gran paso delante de China
continental para abrir sus servicios profesionales a las empresas y
particulares de Hong Kong, China que beneficiará tanto a las empresas
grandes como a las pequeñas. Agregó que a medida que China adquiría más
importancia, el mundo oriental debería cooperar en aras de un entorno
comercial más integrado, pero la falta de urgencia podría ser un
obstáculo.
El Sr. Michael Garrett, del Grupo Evian del IMD, declaró que la
crisis financiera no tiene mucho que ver con la actividad comercial y sí
en cambio con el endeudamiento masivo. Dijo que China no tenía más
alternativa que apoyarse en sus titánicos sectores de producción.
Explicó que el comercio con China beneficiaba a las empresas y a los
consumidores extranjeros, mientras que China a su vez se beneficiaba de
sus inversiones en productos básicos en el extranjero, lo que era una
nueva forma de comercio. También hizo alusión al proteccionismo y a las
cuestiones relativas a la agricultura por cuanto atañían directamente a
los pobres.
Algunos asistentes formularon observaciones sobre la cuestión de
la desigualdad. Los asistentes convinieron en que China había mejorado
mucho en términos de condiciones laborales, rentas del trabajo, etc.,
siguiendo el mismo camino que recorrieron en su día los actuales países
desarrollados.
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Sesión 33: Los ponentes preconizan una evaluación general de la incidencia de los compromisos en el marco de la OMC
TÍTULO DE LA SESIÓN: Coherencia e incoherencia del régimen internacional
de comercio: ¿Quién se beneficia de él?
¿Podemos cambiar algo? ¿Cómo?
Los panelistas afirmaron que la incidencia de los compromisos contraídos
por los países en el marco de la OMC se debían de forma transparente,
independiente y públicamente accesible, y teniendo en cuenta los
derechos humanos.
Estas evaluaciones resultan incluso más importantes hoy día que antes,
por cuanto otros temas además del comercio están haciendo su aparición
en el orden del día internacional.
Entre los más importantes figuran el medio ambiente, el cambio climático
y los derechos humanos; y todas estas cuestiones han de ser atendidas de
manera coherente a escala mundial.
Los ponentes coincidieron en apreciar una vinculación clara e importante
entre los acuerdos comerciales y la protección de los derechos humanos.
Recomendaron llevar a cabo evaluaciones de los impactos producidos sobre
el medio ambiente, el bienestar social, la sostenibilidad del comercio y
los derechos humanos. Únicamente unos pocos países han realizado este
tipo de estudios: la UE, los Estados Unidos y el Canadá.
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Sesión 34: No hay unanimidad entre los panelistas sobre lo que debe hacerse para duplicar la producción de alimentos
TÍTULO DE LA SESIÓN: En busca de la coherencia: ¿Cómo pueden los acuerdos internacionales influir positivamente en la agricultura y el comercio mundial en beneficio de la próxima generación ante las tendencias mundiales?
Al reflexionar sobre el futuro de
la agricultura y el comercio, los panelistas convinieron en que el
principal desafío era duplicar la producción de alimentos en los próximos
decenios, pero no se pusieron de acuerdo en cuanto a la forma de hacerlo.
La sesión 34 abordó el tema, tan actual y conflictivo, de la política
comercial agrícola. La atención se centró principalmente en la necesidad
de una coherencia entre las negociaciones de política comercial de la OMC
y los problemas conexos (con el cambio climático en primer lugar)
debatidos en otros foros internacionales.
La sesión estuvo constituida por dos paneles, de los cuales el
primero ofreció una visión general de los retos en materia de política
agraria en el siglo XXI y el segundo expresó los puntos de vista de los
representantes de los agricultores de seis países de todo el mundo.
Se reconoció por unanimidad que el reto político número uno del siglo XXI
era duplicar la producción mundial de alimentos antes de 2050, y ello sin
descuidar la problemática del cambio climático y asegurando una existencia
digna a los 2.000 millones de agricultores del mundo.
Sin embargo, el segundo panel puso de manifiesto la existencia de
intereses claramente divergentes que colocan a los países pobres y ricos
en dos lados opuestos de la mesa de negociaciones.
El Sr. Christian Anton Smedshaug, Consejero Principal del Sindicato
de Agricultores de Noruega, tras destacar el grave desequilibrio existente
entre la sobreproducción de alimentos en los países ricos, consecuencia de
las políticas excesivamente proteccionistas aplicadas en las últimas
décadas, y la penuria crónica de alimentos que padecen los países pobres,
instó a un cambio drástico de política cuyos objetivos serían:
-
lograr que la producción sea rentable en todos los países;
-
liberar el potencial productivo de todos los países;
-
aplicar medidas “orientadas a la producción” en vez de al comercio, que ofrezcan los incentivos que realmente interesan a los agricultores.
El profesor Niek Koning, de
la Universidad de Wageningen, hizo notar que las normas comerciales
establecidas en el marco de la OMC, si bien postulan la liberalización del
comercio, permiten a los países ricos proporcionar abundante protección a
sus sectores agrícolas a través de la exención de que son objeto a los
pagos directos.
Esta política ha provocado un aumento de la volatilidad de los precios de
los alimentos, que a su vez ha tenido un efecto disuasivo sobre la
inversión que sería necesaria para incrementar la producción,
especialmente en los países pobres. Los encargados de la formulación de
políticas deberían:
-
proteger, en caso de necesidad, la agricultura nacional sin “perturbar” los precios internacionales;
-
utilizar las existencias reguladoras internacionales (posiblemente administradas por alguna organización internacional) para estabilizar los precios de los alimentos en los mercados mundiales;
-
coordinar los mercados de los productos alimentarios y de la energía (por ejemplo, imponiendo restricciones sobre el uso de biocarburantes cada vez que el precio de los cereales sobrepase un determinado umbral)
El Sr. Djibo Bagna,
representante de los agricultores del África Occidental, recordó que la
crisis alimentaria de 2007-2008 fue una consecuencia evidente de las
deficiencias de la reglamentación vigente. Señaló que los agricultores de
los Estados Unidos y de la UE tampoco estaban satisfechos. Subrayó que los
compromisos asumidos en los foros internacionales se solían ignorar; y que
para abordar seriamente este problema se requería una firme voluntad
política.
El segundo panel presentó las opiniones de los representantes de
los agricultores de todo el mundo.
Un representante de los agricultores europeos hizo hincapié en su
oposición a la liberalización del comercio, alegando que daría lugar a una
competencia desleal en los mercados mundiales. Insistió particularmente en
la necesidad de imponer a los productos procedentes de los países en
desarrollo unas exigencias más estrictas en términos de rastreabilidad y
seguridad sanitaria.
El representante de los agricultores del África Oriental manifestó
una opinión diametralmente opuesta. Según él, habría que aplicar políticas
encaminadas a elevar la productividad para sacar al sector de la trampa de
la subsistencia. De manera aislada, varios gobiernos han venido
introduciendo algunas medidas en este sentido y sería conveniente
coordinarlas a nivel internacional, en el marco de la OMC.
El representante del Sindicato de Agricultores de Suiza destacó la
importancia de la “soberanía alimentaria” en las sociedades europeas.
Instó asimismo a la coordinación de las políticas alimentarias entre las
diferentes organizaciones, en particular la FAO, la OMS y la OMC.
El representante de los agricultores japoneses declaró que los
Acuerdos de la OMC deberían reconocer el derecho básico de todos los
países a producir alimentos y fomentar al mismo tiempo las inversiones
“responsables” en el sector agrícola de los países pobres y de los países
en desarrollo.
Un representante de los agricultores canadienses destacó igualmente
la importancia de la soberanía alimentaria y la necesidad de garantizar
beneficios dignos a todos los agricultores del mundo. Hizo observar al
mismo tiempo que la agricultura era diferente de las demás ramas de
producción y que se deberían adoptar políticas adecuadas para gestionar la
oferta y favorecer a la producción local.
El representante de los agricultores brasileños hizo el mismo llamamiento
en favor de la producción local y pidió, además, a las organizaciones
internacionales que otorgaran a los pequeños agricultores el mismo
reconocimiento que a las grandes multinacionales del sector de la
alimentación.
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Sesión 35: El debate sobre los biocarburantes pone de relieve la complejidad de los aspectos jurídicos y económicos
TÍTULO DE LA SESIÓN: Subvenciones y normas en el sector de los biocombustibles: Consideraciones de la OMC
En esta sesión se examinaron qué normas de la OMC eran pertinentes en
relación con las ayudas al sector de los biocarburantes y cómo se debían
clasificar y notificar esas subvenciones en el marco de la OMC. Los
debates pusieron de manifiesto la complejidad del tema y las posibles
discrepancias entre los puntos de vista económico y jurídico.
El Sr. Stephan Tangermann, del Consejo Internacional de Políticas
Alimentarias y de Comercio Agropecuario (IPC) y antiguo funcionario de
la OCDE, recordó a los participantes el reciente auge de la producción
de biocarburantes y de la utilización del suelo con este fin. Señaló
que, a excepción de algunos casos como el del Brasil, este auge había
sido posible gracias a las ayudas estatales. La reducción de las
emisiones de gases de efecto invernadero fue uno de los argumentos
aducidos para justificar dichas ayudas, pero algunos pusieron en duda su
validez.
El profesor Timothy Josling, de la Universidad de Stanford,
describió brevemente las normas pertinentes de la OMC contenidas en el
Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias y en el Acuerdo
sobre la Agricultura. Señaló una discrepancia entre los niveles de ayuda
notificados a los Comités de la OMC y los calculados por organizaciones
exteriores como la Iniciativa Mundial sobre las Subvenciones.
Esta discrepancia puede ser subsanada, por ejemplo, mediante un examen
conjunto a cargo de los Comités de Agricultura y de Subvenciones de la
OMC o gracias a una mejor cooperación entre las organizaciones
internacionales interesadas.
La intervención del Sr. Ronald Steenblik, analista principal de
política comercial de la OCDE, se centró en las normas de sostenibilidad
aplicables a los biocarburantes. Las primeras ayudas gubernamentales a
los biocarburantes datan de los años setenta. En la actualidad las
medidas utilizadas en todo el mundo para fomentar este tipo de energía
incluyen la exención de los impuestos indirectos sobre los combustibles,
niveles obligatorios de utilización de biocarburantes y porcentajes
obligatorios de biocarburantes en los combustibles destinados al
transporte, etc.
Los estudios realizados sobre el impacto de la producción de
biocarburantes en las emisiones de gases de efecto invernadero han
arrojado resultados muy diferentes según la materia prima utilizada, el
efecto directo e indirecto de la conversión de tierras, etc. Sobre la
base de dichos estudios, los gobiernos han elaborado normas de
sostenibilidad aplicables a los biocarburantes, las cuales supeditan el
acceso a las subvenciones o mandatos al cumplimiento de ciertas
condiciones mínimas (por ejemplo, en términos de las emisiones de gases
de efecto invernadero a lo largo del ciclo de vida).
Concluyó que dichas nuevas normas podrían suscitar algunas críticas
desde el punto de vista comercial por su complejidad, por su
heterogeneidad o por centrarse en procesos y métodos de producción que
no están relacionados con productos específicos.
El Sr. Harsha Vardhana Singh, Director General Ajunto de la OMC,
recordó que las subvenciones para biocarburantes se podían analizar
desde una perspectiva económica o jurídica. La OMC parte de sólidos
razonamientos económicos pero no puede desconocer el enfoque jurídico.
El abanico de medidas consideradas es muy nutrido, al igual que la gama
de Acuerdos de la OMC que podrían resultar pertinentes.
Desde un punto de vista económico, la cuestión fundamental que cabía
formular era si estas subvenciones eran deseables. Desde el punto de
vista de la OMC la pregunta que se planteaba era si las subvenciones
cumplían los diferentes criterios establecidos en los Acuerdos.
El Sr. Singh comentó que esta diferencia de perspectiva podía explicar
también la discrepancia entre las cifras facilitadas por la Iniciativa
Mundial sobre las Subvenciones y los datos notificados a la OMC. A
continuación recordó a los participantes que una pronta conclusión de la
Ronda de Doha tendría efectos muy positivos en la industria de los
biocarburantes gracias a la reducción de los aranceles, la reducción de
la ayuda interna a la agricultura causante de distorsión del comercio y
las negociaciones sobre los obstáculos no arancelarios y los bienes y
servicios ambientales.
Terminó diciendo que la discrepancia en los datos notificados a la OMC
no era muy importante, especialmente en el Comité de Subvenciones al que
es obligatorio notificar todas las subvenciones, aunque, sin duda alguna
todavía se podían hacer mejoras.
A raíz de una pregunta formulada por un asistente sobre la
clasificación del biodiésel como producto industrial, el profesor Tim
Josling confirmó que, a su juicio, sería más lógico clasificarlo como
producto agrícola.
En cuanto a la cuestión de si la subvención para el etanol podía
considerarse como una ayuda a los productos agropecuarios en el sentido
del Acuerdo sobre la Agricultura, el Sr. Josling admitió que la pregunta
no era fácil de contestar. Indicó que esta clase de subvenciones podía
provocar el aumento de los precios mundiales, con el consiguiente
beneficio para los productores de otros países. Por otra parte, sin
embargo, los países importadores podrían estimarse perjudicados.
Los ponentes convinieron en que, desde un punto de vista económico, las
diferentes fuentes de energía deberían ser comparadas atendiendo al
impacto marginal sobre las huellas de carbono; pero admitieron que este
planteamiento no sería fácil de transponer a una normativa.
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Sesión 36: El panel examina ese arma de doble filo que son las medidas antidumping
TÍTULO DE LA SESIÓN: El régimen antidumping desde la perspectiva de la política de competencia
En esta sesión se examinaron los numerosos vínculos existentes entre los
regímenes antidumping y la política de competencia, y se observó que en
la actualidad las economías emergentes solían ser las que más recurrían
a la legislación antidumping a modo de válvula de seguridad frente a la
liberalización del comercio.
La mayoría de los panelistas no eran partidarios de la conclusión de un
acuerdo multilateral sobre la competencia, a causa de las dificultades
de coordinación y por la falta de verdaderos órganos de supervisión de
la política de competencia en la mayoría de países.
El Sr. Eduardo Pérez Motta, Presidente de la Comisión Federal de
Competencia de México, comenzó diciendo que, en principio, los regímenes
antidumping y la política de competencia se apoyaban mutuamente, pero
que en la práctica podían producirse conflictos. Agregó asimismo que la
fijación de precios predatorios era por lo general uno de los
principales escollos con que tropezaba la aplicación de la política de
competencia.
El profesor Seung Wha Chang, de la Universidad Nacional de Seúl,
afirmó que los derechos antidumping, previstos en el marco de la OMC,
constituían una clara desviación del principio de no discriminación (NMF).
En la práctica impone restricciones sobre los productos más baratos, ya
que la legislación comercial tiende a proteger los intereses de los
productores. En otro orden de cosas, el profesor Chang abogó por un
dispositivo de cooperación y coordinación multilaterales de algún tipo,
por ejemplo un acuerdo multilateral sobre la competencia.
El Sr. Bernard Hoekman, del Banco Mundial, introdujo en el debate
un poco de economía política e indicó que de lo que realmente se trataba
era de la liberalización del comercio y de la política de competencia.
Dijo que si le preguntaran cuál era el fundamento de la política
antidumping su respuesta sería “es todo una cuestión de protección”.
Como ahora está habiendo mucha liberalización, la legislación
antidumping actuaba como válvula de seguridad, como un instrumento de la
política comercial. Muchos países emergentes la están utilizando de esta
manera (el principal usuario en estos momentos es la India). Una de las
razones es que los países menos integrados en las cadenas de valor
mundiales tienen incentivos para recurrir a las medidas antidumping.
Además, si se examinan las cifras se comprueba que casi el 50 por ciento
de las medidas antidumping van dirigidas contra China, porque es un país
muy competitivo; así que en realidad no se trata de política de
competencia sino de “gestión de las importaciones”.
El Sr. Hoekman dijo que no le parecían convincentes los argumentos en
favor de la utilidad de un acuerdo multilateral sobre la competencia.
El profesor Allan Fels, Decano de la Escuela de Asuntos Públicos
de Australia y Nueva Zelandia, enriqueció el debate con su vasta
experiencia, adquirida en parte durante su mandato como copresidente del
Comité de Comercio y Competencia de la OCDE. Se refirió al hecho de que
Australia y Nueva Zelandia tuvieran únicamente políticas de competencia
y sugirió que muchas empresas (en particular australianas) tenían
cadenas de valor mundiales diferentes y por esta razón verían las
medidas antidumping de forma equívoca.
Se sumó a algunos de los argumentos de economía política expuestos antes
y dijo que las medidas antidumping solían considerarse una protección
temporal (aunque podía durar años); también convino en que la India y
las economías emergentes en general eran hoy día los mayores usuarios de
medidas antidumping. Reconoció que el comportamiento predatorio era un
problema difícil de resolver en la aplicación de la política de
competencia.
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Sesión 37: Los ponentes dicen que es preciso dar prioridad a los servicios y a la infraestructura para alcanzar los objetivos de desarrollo
TÍTULO DE LA SESIÓN: Consecución de los ODM en África:
¿Deberían ampliarse los vínculos entre servicios?
En esta sesión se examinaron los vínculos existentes entre el desarrollo
de infraestructuras, los servicios y el logro de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio para África. Los ponentes convinieron en que no
se podrían hacer avances en el logro de dichos objetivos sin prestar más
atención al fortalecimiento del sector de los servicios. Afirmaron que
se debían considerar con atención la dinámica del proceso de
liberalización y la intensificación de la cooperación regional.
El embajador Sr. Darlington Mwape, de Zambia, describió la
situación de su país y los obstáculos con que tropieza para alcanzar los
Objetivos del Milenio. Afirmó que no era posible conseguir dichos
objetivos a base de ayuda exterior.
El comercio ha de ser el principal motor del desarrollo y de la
mitigación de la pobreza, pero se ve muy entorpecido por las
deficiencias existentes en los ámbitos del transporte, el almacenamiento
y las comunicaciones. Zambia comparte estos problemas con otros países
sin litoral.
El embajador indicó que los problemas planteados por la ineficiencia de
la energía eléctrica se podían subsanar explotando el potencial de los
recursos naturales. Indicó además que el proceso de liberalización
representaba un paso importante para reforzar el sector de los
servicios, pero que antes se requería una eficaz reforma legislativa.
Por consiguiente, no se debe considerar que la apertura sea una panacea.
El Sr. Abdoulaye Sanoko, delegado de Malí, se mostró de acuerdo
con esas observaciones.
El Sr. Kalman Kalotay dijo que el Estado era importante para el
crecimiento equilibrado y sostenible de la infraestructura en África.
En cuanto a la incidencia de la inversión extranjera directa realizada
por empresas transnacionales, indicó que la mayor parte de la inversión
se destinaba a la extracción de recursos.
Por otra parte, el Sr. Kalotay dijo que la inversión privada local no
había desempeñado un papel importante y añadió que la incertidumbre
causada por la insuficiencia de las infraestructuras era una limitación
de envergadura a la inversión extranjera en África.
A modo de comentario, el Sr. Dale Honeck, de la OMC, propuso un
tema para un futuro debate: ¿Podría la mayor previsibilidad en cuanto a
la aplicación del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios
aumentar la confianza de los inversores en el África subsahariana?
La posibilidad de utilizar el turismo como medio de mitigar la pobreza
desencadenó un animado debate entre los participantes. El Sr. Honeck y
el Sr. Jonathan Mitchell, del Instituto de Desarrollo de
Ultramar, sostuvieron que el turismo se podía gestionar de forma
estratégica para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
El Sr. Mitchell instó a que se llevara a cabo un análisis adecuado de la
cadena de valor creada por el turismo. Señaló que buena parte de las
ganancias generadas iban a parar todavía a los agentes de viajes y que
la falta de infraestructura limitaba con frecuencia la capacidad de un
país menos adelantado para beneficiarse de sus atracciones turísticas.
El profesor Abdul Barkat, de la Universidad de Dhaka, señaló que
los indicadores de los Objetivos de Desarrollo de Milenio, no mostraban
prácticamente ninguna mejora de las infraestructuras. Indicó que la
“Ayuda para el Comercio” debería representar una contribución esencial
para el desarrollo de África y que la OMC debería hacer lo posible por
fomentar la sensibilización a este respecto. El profesor Barkat se sumó
a las declaraciones de otros ponentes que instaban a la elaboración de
una estrategia y planificación a nivel de toda la región.
Las intervenciones por parte de los asistentes pusieron
principalmente de manifiesto el hecho de que en los últimos decenios la
atención se había centrado en el comercio de mercancías sin atender
apenas al sector de los servicios.
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Sesión 38: Garantizar la coherencia cuando un mismo tema se examina en diversos foros: ADPIC-CDB
TÍTULO DE LA SESIÓN: La búsqueda (¿en vano?) de la coherencia en las negociaciones y normas mundiales: El caso del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Acuerdo sobre los ADPIC) y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB)
El debate acerca de la relación entre el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) de la OMC y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) ha vuelto a ser objeto de interés recientemente, a raíz de una serie de propuestas y negociaciones en diversos foros. Una cuestión fundamental a este respecto es: ¿Cómo garantizar la coherencia entre los diversos debates?
-
El debate sobre la relación entre el Acuerdo sobre los ADPIC y el CDB se ha intensificado recientemente a raíz de las negociaciones en el marco del CDB sobre un futuro régimen internacional para el “Acceso a los recursos genéticos y distribución Justa y Equitativa de los beneficios provenientes de su utilización”.
Al mismo tiempo, en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, el Comité Intergubernamental sobre Propiedad Intelectual y Recursos Genéticos mantiene “negociaciones basadas en textos con el objeto de llegar a un acuerdo sobre la redacción de un documento o documentos jurídicos internacionales”. -
Conforme el número de foros que examinan este tema va aumentando en respuesta a una variada gama de intereses, a los participantes en esos foros puede resultarles difícil garantizar que los diversos debates mantengan una coherencia entre sí y se refuercen mutuamente.
-
Varias son las cuestiones que se plantean: ¿Cómo puede lograrse la coherencia? ¿Es conveniente la coherencia? ¿Qué quiere decir exactamente que los debates en los diferentes foros han de reforzarse mutuamente”? ¿Qué función tiene el sistema internacional, en particular la OMC, con respecto a la falta de coherencia?
-
Los temas debatidos son: i) el método para medir la coherencia entre los regímenes relativos al comercio, la propiedad intelectual y la biodiversidad; ii) la perspectiva suiza respecto del interfaz entre diversas negociaciones; iii) los problemas de coherencia y los demás problemas en relación con los materiales patógenos; y iv) la propiedad intelectual y la biodiversidad en los acuerdos comerciales regionales.
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Sesión 39: Los ponentes dicen que hacen falta redes de seguridad mientras los países se adaptan a la apertura del comercio
TÍTULO DE LA SESIÓN: El papel del comercio en el fomento de una recuperación que contribuya al empleo
En esta sesión se advirtió que la
relación entre comercio y empleo era compleja y que los perjudicados
debían poder disponer de redes de seguridad.
Éstas son algunas de las observaciones formuladas:
-
Una apertura prematura del comercio puede hacer que desaparezcan ciertas industrias de los países en desarrollo.
-
Las propuestas presentadas en la Ronda de Doha no son satisfactorias para los Estados Unidos, porque las ofertas realizadas en las negociaciones sobre el acceso a los mercados no agrícolas (AMNA) solamente añadirían un 0,1 por ciento al PIB de los Estados Unidos y de la UE.
-
Se está pidiendo a los países en desarrollo que hagan más concesiones en el marco del AMNA de lo que los países desarrollados tendrán que hacer en la esfera de la agricultura.
-
Muchos negociadores no temen la apertura a los Estados Unidos; a quien de verdad temen es a China.
-
El acuerdo de libre comercio entre Jordania y los Estados Unidos contiene una cláusula que remite a la OIT y que facilita la adopción de sanciones en caso de infracción laboral.
-
En China existía una absoluta igualdad de ingresos en 1970, pero nadie desea volver a esa situación.
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Sesión 40: El panel examina los enigmas y contradicciones de las relaciones comerciales Sur-Sur
TÍTULO DE LA SESIÓN: La nueva geografía del comercio: Los acuerdos Sur-Sur, las asimetrías Sur-Sur y la OMC
La Sra. Adriana Verdier, del Centro Internacional para el
Comercio y el Desarrollo Sostenible (ICTSD), hizo hincapié en la
importancia del comercio Sur-Sur. Indicó que el comercio y la inversión
extranjera directa entre varios países del Sur seguían siendo pujantes e
incuso habían crecido pese a la reciente crisis económica. Nada más que
en el período 2004-2007, el comercio Sur-Sur de productos de valor
añadido creció un 34 por ciento y se espera que se mantenga al mismo
ritmo en los próximos años. Ahora bien, este crecimiento tropieza con
diversos obstáculos como consecuencia de los acuerdos comerciales
vigentes. Un estudio elaborado por el MERCOSUR para su presentación en
esta sesión muestra dónde se sitúa la barrera en el comercio Sur-Sur y
revela las asimetrías resultantes.
El Sr. Rolf Traeger, de la UNCTAD, aportó algunos datos
suplementarios que ponen de manifiesto la importancia del comercio
Sur-Sur para los países menos adelantados (PMA). Durante los últimos 15
años, más del 50 por ciento de las importaciones de los PMA procedieron
de países del Sur y más del 50 por ciento de las exportaciones de los
PMA se destinaron a países del Sur.
Además en 2006-2008 los países en desarrollo efectuaron inversiones
extranjeras directas en los PMA a través de corrientes de capital
privado. Las tres cuartas partes del comercio del Sur proceden de tan
sólo 10 países en desarrollo, como son China, la India, Tailandia,
Corea, Sudáfrica y el Brasil.
El marco para el comercio Sur-Sur consta de varios foros de alto nivel,
acuerdos comerciales preferenciales y acuerdos bilaterales entre un PMA
y un país en desarrollo. Habida cuenta de las diferencias entre los
indicadores económicos de los países del Sur, el carácter bilateral de
ese marco da lugar a asimetrías institucionales que se reflejan en poder
de negociación y en los términos y condiciones de los acuerdos.
Desafortunadamente para los PMA, el programa de los acuerdos bilaterales
y de los foros de alto nivel viene determinado por los más poderosos, y
las preferencias comerciales son unilaterales y no recíprocas. El Sr.
Traeger reconoció que estas asimetrías no se podían eliminar del todo,
pero dijo que era posible atenuarlas facilitando asistencia técnica e
institucional a los PMA para preparar un programa de negociación
positivo (por ejemplo, por lo que se refiere a la flexibilidad de las
normas de origen, la reducción de los contingentes, el acceso a los
mercados, etc.) y negociar con los grandes países en desarrollo de forma
colectiva, en vez de individualmente.
El Sr. Umberto Celli, de la Universidad de S鉶 Paulo (Brasil),
analizó los problemas que tenía el MERCOSUR como consecuencia de su
marco jurídico. En virtud del artículo XXIV del GATT, la cláusula de
habilitación y el artículo V del AGCS, el MERCOSUR es de facto y de jure
un acuerdo comercial regional que se ha de ajustar a las normas de la
OMC.
El MERCOSUR, aunque no esté representado todavía en la OMC, posee
personalidad jurídica propia, de modo que ninguno de sus países miembros
puede adoptar decisiones por su cuenta. Sin embargo, esto ha ido
cambiando y son cada vez más los países miembros que vienen concertando
acuerdos bilaterales en los últimos años. La ausencia de unas normas
armonizadas para los miembros dentro del MERCOSUR y la poca claridad de
su programa de servicios e inversiones han provocado asimetrías y
generado las consiguientes tensiones en su interior.
La Sra. Juliana Peixoto Batista, de LATN-FLASCO (Argentina),
describió la contradicción inherente a los acuerdos comerciales
regionales, como en el caso del MERCOSUR: por un lado estos acuerdos son
útiles porque permiten a los países reducir las asimetrías, pero por
otro lado tenemos países que avanzan a diferente ritmo y dan lugar a un
aumento del regionalismo.
Definió el MERCOSUR como un acuerdo de integración regional en
transición y distinguió dos fases de su desarrollo: la fase liberal y la
fase posliberal. Como su programa interno se limita prácticamente al
comercio e incluye contadísimas excepciones, el consenso actual es que
el acuerdo debe dedicar más atención a eliminar asimetrías y permitir
flexibilidades.
Puso como ejemplos el acuerdo entre el MERCOSUR e Israel que establecía
normas de origen y en materia de transferencia tecnológica más flexibles
para el Paraguay y el Uruguay, y el acuerdo entre el MERCOSUR y la India
que contenía medidas aisladas pero carecía de planificación.
El Sr. Timothy A. Wise, Director de Investigación de Políticas del Instituto Global de Desarrollo y Medio Ambiente (GDAE) de la Universidad Tufts, señaló a la atención la gran pregunta que se plantea: Los actuales países en desarrollo, ¿tendrán con los PMA un comportamiento distinto del que tienen los países desarrollados?
Para poner de relieve el incremento de las asimetrías en los acuerdos
comerciales regionales ofreció el ejemplo de México, para el que el
TLCAN ha sido un fracaso en aspectos tales como la seguridad alimentaria,
el fomento de la producción manufacturera, etc.
El ejemplo de México llama aún más la atención si consideramos las
circunstancias en que se firmó el TLCAN. México tenía todo lo que un
país en desarrollo podía desear: acceso a la mayor economía del mundo en
un período de expansión (esto es, los Estados Unidos), China no era aún
Miembro de la OMC, etc. Y sin embargo los resultados no estuvieron a la
altura de las expectativas. Con todo, algunos elementos del TLCAN han
resultado beneficiosos y deberían utilizarse en futuros acuerdos.
Durante el turno de preguntas y respuestas se desarrolló un
interesante diálogo acerca del MERCOSUR, sus semejanzas y diferencias
con la UE, y si abriga o no la intención de establecer una autoridad
supranacional. La Sra. Juliana Peixoto Batista recordó a los
participantes la disparidad de los indicadores económicos y sociales,
así como las diversas asimetrías que existían entre los miembros. Uno de
los asistentes señaló que el limitado programa del MERCOSUR limitaba
también sus oportunidades de negociación entre los países miembros.
Finalmente, un asistente identificó lo que es “un secreto a voces”, a
saber, la ausencia de un marco de acuerdo multilateral para la
inversión, que si existiera crearía un considerable espacio para las
negociaciones y permitiría explotar las oportunidades de crecimiento
entre los países del Sur.
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