WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG PASCAL LAMY
Reunión de Alto Nivel sobre Ayuda para el Comercio para América Latina y el Caribe
Para empezar, permítanme que exprese mi
agradecimiento al Gobierno de Jamaica y a su Primer Ministro el Sr.
Golding, por haber acogido este segundo Examen Regional de la Ayuda para
el Comercio para América Latina y el Caribe.
También quisiera dar las gracias al Presidente Moreno y a su equipo del
Banco Interamericano de Desarrollo nuestro asociado en esta actividad
por los considerables esfuerzos que han desplegado para hacer posible
este examen regional.
Deseo asimismo señalar la presencia de otros jefes de gobierno,
ministros y representantes de alto nivel de organizaciones nacionales,
regionales y multilaterales, y agradecerles que se hayan unido a
nosotros en este proceso regional.
Hace dos años, nos reunimos en Lima (Perú) para llevar a cabo el primer
Examen Regional de la Ayuda para el Comercio para América Latina y el
Caribe. Reforzar la competitividad y “conectarse” de manera más eficaz
con los mercados mundiales eran las aspiraciones comunes de los países
de la región, la mayoría de los cuales dependen en gran medida del
comercio.
En la reunión de Lima, me impresionó la importancia que los países de la
región conceden al comercio, la inversión y la integración mundial como
medios para crear nuevas oportunidades de crecimiento y reducir la
pobreza. En ese primer Examen para América Latina y el Caribe se
identificaron las principales prioridades para el futuro como, por
ejemplo, la necesidad de una infraestructura relacionada con el comercio
a nivel nacional y regional, la ampliación del alcance de las
iniciativas en materia de financiamiento del comercio, el
fortalecimiento de la facilitación del comercio, el aumento de la
capacidad del sector privado y el fomento de la diversificación de las
exportaciones. La reunión que celebraremos los dos próximos días nos
brindará la oportunidad de evaluar los progresos realizados desde
entonces en esas esferas.
En el primer Examen Global de la Ayuda para el Comercio, celebrado en
Ginebra en 2007, nos pusimos de acuerdo en un punto de referencia para
medir los progresos. Nos pusimos de acuerdo en adoptar como punto de
partida el promedio de 2002-2005, determinado por la OCDE, para tener
una mejor visión global de las corrientes de Ayuda para el Comercio.
Esto nos permitiría establecer si se estaban proporcionando realmente
recursos adicionales, determinar dónde existían lagunas y señalar dónde
podrían hacerse mejoras para aumentar la transparencia en lo que
respecta a las promesas de contribuciones y a los desembolsos. En 2007,
las corrientes totales de Ayuda para el Comercio habían aumentado un 20
por ciento aproximadamente con respecto a este punto de referencia.
Confiamos en que, a pesar de la crisis económica, las corrientes de
Ayuda para el Comercio mantengan esa tendencia ascendente, y nos
esforzaremos por conseguirlo.
Pero hemos de pasar de esta vigilancia a nivel macroeconómico a unas
evaluaciones más específicas de las corrientes de ayuda a nivel
nacional, regional y subregional. Esa es la razón por la que los
exámenes nacionales, subregionales y regionales son una parte esencial
del proceso de vigilancia de la Ayuda para el Comercio, y el Banco
Interamericano de Desarrollo ha llevado a cabo una labor ejemplar a ese
respecto.
En el Examen Nacional de la Ayuda para el Comercio que tuvo lugar en el
Perú el 3 de marzo de 2009, los debates se centraron en la estrategia de
integración del Perú en la economía mundial, así como en los problemas y
oportunidades que conlleva. Esa reunión es un excelente ejemplo de cómo
podemos pasar del compromiso a la puesta en práctica. A comienzos de
esta semana tuvo lugar en Honduras un Examen Nacional de la Ayuda para
el Comercio estructurado de forma similar, y espero con interés recibir
un informe completo sobre sus resultados.
Por supuesto, la actual crisis económica es motivo de gran preocupación
para todos nosotros. El comercio es también una víctima de esta crisis.
Nuestras previsiones indican que el comercio mundial se contraerá un 9
por ciento este año. El Banco Mundial y la OCDE estiman que el
crecimiento económico mundial se reducirá este año en cerca de un 3 por
ciento. También están disminuyendo las inversiones extranjeras directas,
los ingresos derivados del turismo y las remesas, así como los precios
de los productos básicos. Sé bien que todos estos hechos suscitan mucha
preocupación en la región de América Latina y el Caribe.
La OMC ha empezado a vigilar las medidas relacionadas con el comercio
adoptadas por sus Miembros durante la crisis, como medio para garantizar
la transparencia y, mediante la presión ejercida por los homólogos,
evitar la amenaza que representa un viraje hacia el proteccionismo. Las
importaciones de un país son las exportaciones de otro. Y sabemos que el
proteccionismo daría lugar a medidas de retorsión que paralizarían aún
más el comercio en cuanto motor de crecimiento. Por ello es importante
que nos esforcemos en mantener la apertura del comercio.
La crisis actual está teniendo un efecto desproporcionado en los países
más vulnerables. Es por ello digno de elogio que los dirigentes del G-20
se comprometieran recientemente a mitigar ese efecto proporcionando
liquidez a la economía mundial y renovando también sus promesas de
asistencia para el desarrollo, inclusive en forma de Ayuda para el
Comercio. Además, se comprometieron a impulsar el financiamiento del
comercio facilitando, por diversos medios, 250.000 millones de dólares
durante los dos próximos años. En lo que respecta a la región de América
Latina y el Caribe, celebro los esfuerzos realizados por el Presidente
Moreno para hacer frente a la crisis de financiamiento del comercio
aumentando los fondos del Programa de Facilitación del Financiamiento al
Comercio del BID de 400 millones de dólares a un máximo de 1.000
millones. El financiamiento del comercio es el lubricante que permite
que el engranaje del comercio siga funcionando, por lo que es esencial
velar por que no falte.
Pero también es necesario que nos esforcemos en mantener la apertura del
comercio. Han transcurrido siete años desde que pusimos en marcha las
negociaciones de la Ronda de Doha y se ha avanzado mucho en la creación
de un consenso sobre los diferentes temas del programa.
Teniendo en cuenta la importancia del comercio para esta región, no es
de extrañar que de ella hayan surgido numerosas iniciativas planteadas
en esos debates. Los países del Caribe han contribuido activamente a que
las características específicas de las economías pequeñas y vulnerables
sean reconocidas no sólo en las negociaciones, sino también en la labor
más general de la OMC. cupan ustedes un lugar de privilegio en la OMC!
Los países de América Central y de América Latina han preconizado una
mayor apertura del comercio para los productos tropicales. Muchos países
de esta región fueron miembros fundadores del G-20, cuyas propuestas
relativas a la agricultura ayudaron a tender puentes durante las
negociaciones. n resumen, en esta parte del mundo abundan los
activistas del comercio!
Es pues en épocas de crisis, como la que ahora vivimos, cuando más
necesario resulta concluir las negociaciones en el marco de la Ronda de
Doha para el Desarrollo. La Ronda de Doha es el conjunto de medidas de
estímulo más asequible de que disponemos a nivel mundial, no sólo porque
creará nuevas oportunidades de mercado para los bienes y servicios, sino
también porque constituirá la mejor póliza de seguros contra el
proteccionismo. Debemos por tanto recorrer la recta final antes de
llegar a la meta.
El objetivo principal en esta coyuntura es mantener la apertura del
comercio, lograr que esta apertura prosiga y facilitar los intercambios
comerciales.
Durante los dos próximos días, nuestros debates se centrarán también en
la promoción de estrategias específicas del sector privado, la
coordinación entre los donantes y la cooperación Sur-Sur en el contexto
de la Ayuda para el Comercio. Será la ocasión para ver dónde se han
realizado progresos, intercambiar opiniones sobre buenas prácticas y
prepararnos mejor para los desafíos que se nos planteen.
En el conjunto de la región de América Latina y el Caribe, la Ayuda para
el Comercio ha seguido una trayectoria ascendente y ha crecido un 34 por
ciento, pasando de 1.600 millones de dólares en 2002-2005 a 2.200
millones en 2007. Una característica interesante de la región de América
Latina y el Caribe es el desarrollo de la cooperación Sur-Sur y de la
cooperación triangular.
Reconozco, y apoyo firmemente, los esfuerzos realizados por la
Argentina, el Brasil, Chile y México para proporcionar un amplio apoyo a
las actividades de asistencia técnica y creación de capacidad en la
región.
Pero subsisten los desafíos, tanto entre sus países como dentro de
ellos. Por ejemplo, la mayoría de los países de esta región dependen de
un número reducido de productos de exportación y de un número reducido
de mercados de exportación, lo que hace que sean más vulnerables a las
perturbaciones externas. El desafío consiste pues en diversificar su
base de exportación y también en intensificar las corrientes comerciales
dentro de la región. Tenemos que hacer frente a estos desafíos y adoptar
un enfoque selectivo y más preciso de la Ayuda para el Comercio en la
región.
Aunque nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de un
financiamiento adicional, previsible, sostenible y efectivo, la cuestión
de la eficacia de la ayuda es igualmente importante y no debe ser pasada
por alto. Uno de los grandes desafíos con que se enfrenta la comunidad
del desarrollo en lo que concierne a la Ayuda para el Comercio es
demostrar su eficacia. Es necesario llevar a cabo una investigación más
profunda sobre la repercusión y la eficacia de los programas de Ayuda
para el Comercio mediante la mejora de la vigilancia y la evaluación.
Por nuestra parte, con la ayuda de la OCDE, estamos vigilando la Ayuda
para el Comercio a cuatro niveles:
-
a nivel mundial, está en marcha un análisis de las corrientes de Ayuda para el Comercio a fin de evaluar si se han proporcionado los recursos adicionales, ver dónde existen lagunas, señalar dónde deben hacerse mejoras y aumentar la transparencia en las promesas de contribuciones y los desembolsos;
-
a nivel nacional, regional y multilateral, para evaluar las actividades de los donantes en relación con la Ayuda para el Comercio, sobre la base de evaluaciones realizadas por los propios donantes, a fin de garantizar la difusión de las prácticas recomendadas en todos los países, identificar esferas que puedan ser objeto de mejora y aumentar la transparencia en lo que respecta a las promesas de contribución y los compromisos;
-
a nivel de los países, sobre la base de evaluaciones realizadas por los propios receptores, para proporcionar una perspectiva más centrada en países específicos para determinar si se está integrando el comercio en las políticas nacionales de desarrollo, si se están cubriendo las necesidades comerciales y facilitando recursos financieros, y si la Ayuda para el Comercio es eficaz sobre el terreno; y
-
con ayuda de indicadores, para evaluar la utilización y la eficacia de la Ayuda para el Comercio, especialmente en las esferas prioritarias indicadas por los receptores en sus cuestionarios de autoevaluación.
Como parte de este proceso de vigilancia y
evaluación, la OCDE y la OMC han enviado conjuntamente un cuestionario
para evaluar las políticas nacionales en materia de Ayuda para el
Comercio. La respuesta a este cuestionario ha sido muy alentadora, y
utilizaremos esta información a fin de elaborar fichas recapitulativas
para cada uno de los países que han respondido.
Esperamos que estas fichas recapitulativas constituyan inicialmente un
instrumento útil para estimular un diálogo objetivo a nivel nacional
entre las partes interesadas sobre cómo aumentar y mejorar la Ayuda para
el Comercio y cómo salvar la diferencia entre la oferta y la demanda.
Este Examen Regional nos ayudará a encontrar soluciones concretas a esos
desafíos. La cooperación, la coordinación y la coherencia son elementos
fundamentales en la ejecución de proyectos de Ayuda para el Comercio. Es
necesario que pensemos en términos de asociaciones.
Como he señalado anteriormente, el segundo Examen Global de la Ayuda
para el Comercio tendrá lugar en la OMC, en Ginebra, los días 6 y 7 de
julio de 2009. En él se evaluarán los progresos realizados desde el
primer Examen, en 2007, y se analizará minuciosamente la manera en que
se está haciendo operativa sobre el terreno la Ayuda para el Comercio.
Se examinarán los progresos realizados para lograr financiamiento
adicional y se intercambiarán opiniones sobre la forma en que pueden
mantenerse las corrientes de ayuda teniendo en cuenta el empeoramiento
de las perspectivas económicas mundiales.
Por supuesto, integraremos en el debate los resultados del Examen de
América Latina y el Caribe, y espero que podamos comunicar a los demás
participantes los resultados concretos de esta reunión de dos días.
Para concluir, permítanme hacerles algunas observaciones fundamentales:
-
Debemos trabajar juntos para mantener la apertura del comercio resistiendo al proteccionismo.
-
También debemos proseguir la apertura del comercio concluyendo rápidamente la Ronda de Doha.
-
Debemos velar por que se mantengan las promesas relativas a la Ayuda para el Comercio, a pesar de la crisis. De hecho, la Ayuda para el Comercio ayudará a los países en desarrollo a prepararse para después de la crisis. Al reforzar su capacidad productiva, liberarán su potencial de crecimiento, y ello les ayudará a aprovecharse de las oportunidades comerciales actuales y futuras.
-
Debemos seguir fomentando la cooperación Sur-Sur en relación con la Ayuda para el Comercio.
Esta reunión de alto nivel debería dar un fuerte impulso para pasar del compromiso a la acción en los países de América Latina y el Caribe. Aprovechemos esta oportunidad de trabajar juntos para utilizar efectivamente el comercio como motor del crecimiento económico en la región y como instrumento para la reducción de la pobreza.
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