Coincidieron en que el programa del desarrollo y el del comercio están estrechamente vinculados y recalcaron que una falta de resultados positivos en las conversaciones de Doha tendría consecuencias profundamente negativas para los programas de desarrollo y de lucha contra la pobreza incluidos en los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas. Manifestaron que el éxito de la Ronda abriría grandes oportunidades a los países en desarrollo que procuran elevar los niveles de vida de sus pueblos, muchos de los cuales viven en extrema pobreza. Ofrecer tales oportunidades a los países en desarrollo -añadieron- ayudar?a asegurar la estabilidad mundial en el nuevo siglo y, por consiguiente, redundar?en beneficio de todos los países, ricos y pobres. El Sr. Wolfensohn y el Dr. Supachai convinieron en que era esencial que los países avanzados recortaran las subvenciones agrícolas y abrieran sus mercados a los productos agropecuarios del mundo en desarrollo para que la ronda de negociaciones comerciales pudiera culminar con éxito.

Ambos dirigentes se manifestaron partidarios de una coordinación más estrecha entre ambas instituciones también en la esfera de la asistencia técnica y la creación de capacidad y acordaron potenciar la coherencia en una serie de proyectos conjuntos tendientes a incrementar la capacidad de negociación comercial de los países en desarrollo. A fin de velar por la cooperación entre la OMC y el Banco Mundial a todos los niveles, el Dr. Supachai y el Sr. Wolfensohn han acordado que los servicios del Banco y de la OMC les presenten informes conjuntos semestrales en los que se analicen los esfuerzos realizados en pro de la coherencia y se subrayen las esferas en que se requieren mejoras.