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Lo que est?ocurriendo en la OMC

NOTICIAS:  COMUNICADOS DE PRENSA 1996

PRESS/42
14 de febrero de 1996

Las inversiones extranjeras directas se consideran uno de los principales motores de la mundializaci錕絥, dice el Director General de la OMC

“Existe una relaci錕絥 cada vez m錕絪 simbi錕絫ica e integrada entre comercio e inversiones”

“No cabe duda de que las inversiones extranjeras directas son junto con el comercio internacional el principal motor de la mundializaci錕絥”, dijo el Sr. Renato Ruggiero, Director General de la OMC, en el seminario de la UNCTAD sobre las inversiones extranjeras directas y el sistema multilateral de comercio celebrado en Ginebra el 12 de febrero de 1996.

“En efecto, en la econom錕絘 actual, el comercio y las inversiones no s錕絣o son elementos cada vez m錕絪 complementarios sino tambi錕絥 cada vez m錕絪 inseparables, como las dos caras de la moneda del proceso de mundializaci錕絥”.

Dirigi錕絥dose a una audiencia de funcionarios p錕絙licos, empresarios y universitarios, el Sr. Ruggiero subray錕?la forma en que las inversiones extranjeras directas facilitan una divisi錕絥 internacional del trabajo que aproveche las oportunidades del comercio internacional mediante el incremento de la movilidad de los factores de producci錕絥. “Representan el mecanismo m錕絪 eficaz para la difusi錕絥 de conocimientos t錕絚nicos y de capital productivos en el mundo y para la creaci錕絥 de riqueza en general. Pueden liberar gran parte del potencial de producci錕絥 inexplotado de las actuales econom錕絘s en desarrollo y en transici錕絥, y abrir al mismo tiempo nuevos mercados para productos y servicios con un gran valor a錕絘dido de los pa錕絪es industriales que crean puestos de trabajo con salarios elevados”.

El Sr. Ruggiero se錕絘l錕?algunos aspectos importantes de la pol錕絫ica en materia de inversiones sujetos ya a las normas de la OMC que rigen el trato de las empresas extranjeras que operan en el territorio de un pa錕絪 determinado, por ejemplo, las normas aplicables al comercio de servicios o a la protecci錕絥 de los derechos de propiedad intelectual, y el Acuerdo sobre las Medidas en Materia de Inversiones relacionadas con el Comercio, que incluye el compromiso de los gobiernos Miembros de la OMC de examinar durante los pr錕絰imos cuatro a錕給s la necesidad de complementar ese instrumento con disposiciones relativas a la pol錕絫ica en materia de inversiones.

Refiri錕絥dose a la evoluci錕絥 de los acontecimientos fuera del marco de la OMC, el Sr. Ruggiero dijo que la necesidad de concluir acuerdos internacionales para la promoci錕絥 y protecci錕絥 de las inversiones hab錕絘 quedado ampliamente demostrada a ra錕絲 del gran incremento del inter錕絪 por los tratados bilaterales en materia de inversiones -una cifra superior al 60 por ciento de los m錕絪 de 900 tratados bilaterales en materia de inversiones existentes se han negociado durante este decenio, entre los que se incluye un porcentaje cada vez mayor de tratados entre pa錕絪es en desarrollo. Tambi錕絥 se錕絘l錕?la proliferaci錕絥 de iniciativas regionales y de otro tipo orientadas a la elaboraci錕絥 de normas internacionales en materia de inversiones extranjeras, por ejemplo, las de la Uni錕絥 Europea, cuyas normas en esta esfera se hacen extensivas a la totalidad de Europa Occidental; el Tratado de Libre Comercio de Am錕絩ica del Norte (TLC) que integra las cuestiones relativas al comercio y las inversiones en un acuerdo comercial 錕絥ico; la iniciativa de los dirigentes de los pa錕絪es de la ASEAN de estudiar el establecimiento de una zona de libre inversi錕絥 en la ASEAN; la labor del Foro de Cooperaci錕絥 Econ錕絤ica de Asia y el Pac錕絝ico (APEC) sobre las inversiones; y las negociaciones de la OCDE para concluir un acuerdo multilateral sobre las inversiones a mediados de 1997.

El Sr. Ruggiero formul錕?la advertencia de que esta proliferaci錕絥 de iniciativas suscitaba algunas inquietudes, por ejemplo, la de que algunos pa錕絪es no participaban en ninguna de ellas y la de que algunas iniciativas clave no estaban abiertas a muchos pa錕絪es, en particular pa錕絪es en desarrollo, con lo que se corr錕絘 el riesgo de llegar a resultados que podr錕絘n ser antag錕絥icos y rec錕絧rocamente discriminatorios, en particular cuando no se aplicaban normas multilaterales firmes y coherentes. Tambi錕絥 manifest錕?inquietud por la interacci錕絥 de esas iniciativas con las normas multilaterales vigentes y el actual programa de trabajo de la OMC.

Teniendo presente la proliferaci錕絥 de esos tratados e iniciativas, el Sr. Ruggiero recalc錕?que no cab錕絘 duda de que la necesidad de cooperaci錕絥 internacional estaba ampliamente reconocida. Subray錕?algunos de los elementos que podr錕絘n justificar la labor multilateral sobre las inversiones:

  • la participaci錕絥 de una muestra suficientemente representativa de la comunidad internacional;
  • evitar la necesidad de negociar las decenas de miles de tratados bilaterales de inversiones que ser錕絘n necesarios para prever normas internacionales equivalentes, sin reemplazar necesariamente los tratados vigentes;
  • velar por que los acuerdos regionales, y cualquier otro acuerdo m錕絪 limitado, encajen en un marco que prevea las salvaguardias adecuadas contra la discriminaci錕絥 a terceros pa錕絪es;
  • promover el acceso a las inversiones extranjeras directas y reducir el coste de su consecuci錕絥 para los pa錕絪es receptores, dot錕絥dolas de mayor seguridad y de normas comunes, por ejemplo, contra la pol錕絫ica de “empobrecer al vecino” en materia de inversiones;
  • incrementar la capacidad de los Estados para determinar su propio futuro en lugar de socavarla. En general, las inversiones extranjeras directas tienen este efecto ya que aumentan la riqueza y transfieren conocimientos t錕絚nicos, no obstante, es necesario mostrarse sensibles a las inquietudes de los pa錕絪es Miembros, en particular las de quienes se consideran los m錕絪 d錕絙iles a este respecto;
  • asegurar en todas las inversiones extranjeras un equilibrio adecuado que refleje la rec錕絧roca dependencia del pa錕絪 inversor y del pa錕絪 receptor;
  • velar por que la cuesti錕絥 no se perciba como parte de las relaciones norte-sur, sino como una cuesti錕絥 de inter錕絪 com錕絥;
  • consolidar los compromisos con el libre movimiento tanto de inversiones como de bienes y servicios, y facilitar el apoyo p錕絙lico. A este respecto, no hay que enga錕絘rse, el apoyo p錕絙lico a las inversiones en el exterior no es autom錕絫ico.

“Existe una relaci錕絥 cada vez m錕絪 simbi錕絫ica e integrada entre comercio e inversiones”, dijo el Sr. Ruggiero. “Una cuesti錕絥 clave que tiene ante s錕?el sistema multilateral de comercio es la de determinar si ha llegado el momento de comenzar a plantearse si este enfoque m錕絪 amplio de la pol錕絫ica comercial deber錕絘 hacerse extensivo a todos los sectores del comercio internacional”.

El texto 錕絥tegro del discurso del Sr. Ruggiero puede obtenerse previa petici錕絥.