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PRESS/52
15 de julio de 1996
Discurso pronunciado por el Sr. Renato Ruggiero, Director General de la OMC, ante los ministros de comercio del APEC en Christchurch, Nueva Zelandia, el 15 de julio de 1996
Se adjunta el texto 錕絥tegro del discurso pronunciado hoy en Christchurch, Nueva Zelandia, por el Sr. Ruggiero ante los Ministros de Comercio del APEC.
Discurso ante los Ministros de Comercio del APEC Renato Ruggiero, Director General de la Organizaci錕絥 Mundial del Comercio Christchurch, Nueva Zelandia, 15 de julio de 1996
Excelencias, se錕給ras y se錕給res,
El APEC se ha fijado unas elevadas metas de liberalizaci錕絥 del comercio regional. Espero que ustedes puedan transmitir tambi錕絥 elevadas ambiciones a la primera reuni錕絥 Ministerial de la OMC que se celebrar錕?en Singapur en diciembre.
La reuni錕絥 de Singapur no ser錕?f錕絚il, pues es la primera cita pol錕絫ica de una nueva instituci錕絥, el primer hito del ambicioso camino trazado por el Acuerdo de Marrakech. Prevemos que en Singapur se reunir錕絥 por lo menos 3.000 personas, en representaci錕絥 de 120 gobiernos Miembros, 30 candidatos a la adhesi錕絥, otras organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales representantes de grupos ecol錕絞icos, de consumidores y del desarrollo -grupos ecol錕絞icos solamente, 60- adem錕絪 de sindicatos, empresas y, por supuesto, medios de comunicaci錕絥 de todo el mundo.
Su presencia dar錕?testimonio de la importancia pol錕絫ica que se atribuye en todas partes a las implicaciones, las esperanzas y las inquietudes que acompa錕絘n al comercio, la mundializaci錕絥 y la interdependencia. En todos nuestros pa錕絪es, los ciudadanos se preocupan por sus perspectivas de crecimiento y de empleo. Problemas como los del reajuste estructural en los pa錕絪es desarrollados y en desarrollo, la marginalizaci錕絥 de los pa錕絪es menos adelantados, las relaciones entre la liberalizaci錕絥 regional y la multilateral, y la universalidad del sistema de comercio no son desaf錕給s para un futuro lejano, que podamos contemplar de manera indiferente o especulativa. Se nos plantean ya -estar錕絥 sobre la mesa en Singapur aun cuando no los tratemos all錕? y exigen una respuesta.
Ustedes, Se錕給ras y Se錕給res Ministros, tienen que dar respuestas a esas esperanzas e inquietudes, como dar錕絥 tambi錕絥 -seg錕絥 espero- instrucciones claras a sus representantes en Ginebra para que sigan adelante hasta alcanzar el mayor nivel de consenso posible en las cuestiones m錕絪 importantes que todav錕絘 siguen dividi錕絥donos.
II
Sigue siendo dif錕絚il decir si estamos lejos o cerca de alcanzar este consenso, pero he de se錕絘lar a su atenci錕絥 el hecho de que el tiempo es limitado y que, a nuestro juicio, no se est錕?avanzando lo suficiente para llegar a un acuerdo. El problema al que nos enfrentamos no es de procedimiento, sino de fondo.
No hay raz錕絥 justificable para no llegar a un acuerdo sobre el programa de trabajo antes de la Conferencia de Singapur, mucho m錕絪 teniendo en cuenta que una gran parte de 錕絣 est錕?ya en el programa impl錕絚ito.
S錕?que me dirijo a Ministros procedentes de regiones donde los beneficios del sistema de comercio multilateral abierto han sido m錕絪 significativos. El orden del d錕絘 del APEC abarca casi todos los temas propuestos para Singapur. Ser錕絘 dif錕絚il explicar que lo que es posible en el APEC resulta imposible en la OMC.
Casi todos consideran que la aplicaci錕絥 es un elemento esencial de la Conferencia de Singapur, y desde luego lo es, pero deber錕絘mos recordar que en el contexto de los resultados de la Ronda Uruguay la aplicaci錕絥 tiene un significado muy din錕絤ico. Por supuesto, no significa quedarse quietos y volver la vista atr錕絪 para ver el camino recorrido. El mundo sigue adelante, con nosotros o sin nosotros. Lo mismo sucede con las econom錕絘s de vuestros pa錕絪es. Si no logramos que tambi錕絥 el sistema de comercio siga avanzando, corremos el riesgo de que el movimiento imparable hacia la integraci錕絥 regional y mundial quede desprovisto de unas normas adecuadas y de una visi錕絥 clara. La diferencia es fundamental.
III
Habida cuenta de los debates habidos hasta ahora en Ginebra, preveo un proyecto de Declaraci錕絥 Ministerial para la Conferencia de Singapur que constar錕?de los siguientes elementos principales:
- aplicaci錕絥 de los resultados de la Ronda Uruguay;
- el programa de trabajo de la OMC;
- y las preocupaciones pol錕絫icas m錕絪 amplias que debe tener en cuenta la OMC.
Deseo exponer brevemente mi visi錕絥 de la situaci錕絥 de cada uno de estos puntos.
El panorama de la aplicaci錕絥 es confuso, aunque en conjunto me parece m錕絪 positivo que negativo. Su aspecto esencial, y el 錕絰ito principal, es la soluci錕絥 de diferencias. Creo que el mecanismo de soluci錕絥 de diferencias desempe錕絘 el papel central que ten錕絘 por fin. Lo utilizan tanto los pa錕絪es en desarrollo como los pa錕絪es industrializados, grandes y peque錕給s. Hasta ahora ha habido 50 solicitudes de iniciaci錕絥 de consultas. Actualmente hay seis casos presentados ante grupos especiales y otros dos de esos grupos han llevado a t錕絩mino su labor. Hace poco hemos asistido a la primera decisi錕絥 del 錕絩gano de Apelaci錕絥. Pero, lo igualmente importante, un importante n錕絤ero de litigios -diez hasta la fecha- se han resuelto en la fase de consultas sin recurrir a los grupos especiales. Este hecho da testimonio de la credibilidad del sistema y de su efecto disuasorio.
En otros terrenos hay m錕絪 posibilidades de mejorar, sobre todo en las notificaciones. Algunas delegaciones han manifestado una gran preocupaci錕絥 por las perspectivas de aplicaci錕絥 del acuerdo sobre los textiles. Esta preocupaci錕絥 merece una seria atenci錕絥.
Deseo recordar tambi錕絥 que en Singapur debemos informar de la aplicaci錕絥 de la Declaraci錕絥 de Marrakech relativa a los Pa錕絪es Menos Adelantados -para ayudar a los pa錕絪es m錕絪 pobres a integrarse en la econom錕絘 mundial y gozar de sus beneficios- deber錕絘mos como m錕絥imo ser capaces de concretar algunos avances a este respecto. Sobre esto a錕絘dir錕? alg錕絥 otro comentario posteriormente.
La aplicaci錕絥 tambi錕絥 incluye los trabajos del Comit錕?de Comercio y Medio Ambiente. Este Comit錕?ha realizado un trabajo 錕絫il al conjugar los intereses del medio ambiente y los del comercio y comenzar a definir la base para una relaci錕絥 de mutuo apoyo entre los dos, y tiene a su alcance resultados concretos de un valor s錕絣ido; lo que se necesita es la voluntad pol錕絫ica de alcanzarlos. Observo con preocupaci錕絥 indicios de que 錕絪ta no se manifiesta lo bastante.
Las consultas celebradas en Ginebra hasta ahora nos han mostrado que el alcance del programa de trabajo de la OMC es la m錕絪 dif錕絚il de las cuestiones para Singapur. La situaci錕絥 actual es la siguiente: tenemos un abanico de propuestas sobre temas que, o bien tienen base en el programa impl錕絚ito, tratan de ampliarlo o tocan categor錕絘s diversas. Se han presentado 24 notas no oficiales sobre 14 temas, la mayor錕絘 de los cuales pertenecen ya, en mayor o menor medida, al 錕絤bito de competencia de los actuales 錕絩ganos de la OMC; s錕絣o unos pocos pueden considerarse verdaderamente nuevos. El desaf錕給 urgente es decantar estos elementos dispares en un programa de trabajo sustancial y equilibrado.
El programa impl錕絚ito conlleva, entre otros, el compromiso de iniciar nuevas negociaciones en importantes sectores, como los servicios y la agricultura, antes del final del siglo. Se ha hecho hincapi錕?en la necesidad de preparar adecuadamente estas negociaciones. A veces se oye la queja de que las negociaciones multilaterales transcurren con demasiada lentitud. Sin embargo, una de las razones por las que la Ronda Uruguay se demor錕?tanto fue que, en muchos sectores, los preparativos no empezaron hasta despu錕絪 de iniciadas las negociaciones. Como los gobiernos ya han acordado el momento de estas nuevas negociaciones, resulta bastante l錕絞ico iniciar los estudios y an錕絣isis preparatorios necesarios con bastante antelaci錕絥; esto es algo importante, y no en 錕絣timo t錕絩mino, para lograr que todos los Miembros de la OMC, cualquiera que sea su nivel de desarrollo, puedan participar plenamente.
Adem錕絪, si bien el programa de trabajo debe partir del programa impl錕絚ito, varias delegaciones han se錕絘lado que no puede reducirse a 錕絣. Entre otras razones, han observado que en el programa impl錕絚ito existen varias lagunas muy evidentes, como la de los aranceles de los productos industriales. Tambi錕絥 han manifestado la esperanza de que la Conferencia de Singapur pueda dar un nuevo impulso liberalizador en varios sectores en los que las negociaciones de la Ronda Uruguay no alcanzaron el 錕絰ito.
Las perspectivas pol錕絫icas: es de prever que en Singapur los Ministros transmitan un sentido de los fines y objetivos del sistema de comercio -los desaf錕給s y oportunidades mundiales en los que actuar錕?nuestro programa de trabajo y a los que debe responder en 錕絣timo t錕絩mino.
- Mundializaci錕絥: hay que dejar claro que este t錕絩mino significa potenciar al m錕絰imo las oportunidades de crecimiento y empleo y de reducir la marginalizaci錕絥. La unidad de los pa錕絪es industrializados y en desarrollo en torno a los beneficios del sistema de comercio abierto y de la integraci錕絥 mundial es el gran logro de la Ronda Uruguay que debemos consolidar y sobre el que debemos edificar. No existe ninguna otra alternativa racional.
- Tambi錕絥 debemos hacer extensivos los beneficios de la integraci錕絥 mundial a los pa錕絪es menos adelantados; la aplicaci錕絥 de la Declaraci錕絥 de Marrakech es la prioridad inmediata, pero el objetivo 錕絣timo debe ser indudablemente la eliminaci錕絥 de todos los obst錕絚ulos contrarios a sus posibilidades de acceso a los mercados. Otro aspecto importante, la promoci錕絥 de las inversiones en los pa錕絪es menos adelantados, aboga por la oportuna negociaci錕絥 en la OMC de normas plenamente multilaterales sobre inversiones. Asimismo, hay una clara necesidad de crear capacidad institucional y humana mediante una mejor asistencia t錕絚nica en cooperaci錕絥 con otros organismos (lo cual tambi錕絥 ayuda a aplicar el mandato de la Ronda Uruguay relativo a la coherencia).
- El sistema de comercio debe ser universal. Tenemos que incluir en 錕絣 lo antes posible a los 30 candidatos, aunque de manera que se refuerce el sistema.
- Las relaciones entre la liberalizaci錕絥 regional y multilateral del comercio: el APEC tiene una responsabilidad esencial en este punto. Nunca insistir錕?bastante en la importancia de una interpretaci錕絥 positiva de la liberalizaci錕絥 abierta, es decir, la que respeta el principio de NMF, como base para la convergencia de las iniciativas regionales y multilaterales. Sin esa convergencia, hay peligro de fragmentaci錕絥 de la econom錕絘 mundial en dos, tres o cuatro bloques regionales preferenciales, cada uno de ellos con sus propias normas y procedimientos, enfrentados unos con otros en la frontera. No es 錕絪ta la mejor manera en que el comercio puede contribuir a edificar un mundo m錕絪 integrado, m錕絪 equilibrado y, en 錕絣timo t錕絩mino, m錕絪 seguro.
- Por 錕絣timo, perm錕絫anme subrayar la importancia que tiene el enviar al mundo un mensaje de tranquilidad y confianza acerca del sistema multilateral, un sistema basado en normas y no en el poder. Esto es algo que puede y debe realizar una eficaz reuni錕絥 de Singapur. Espero que, como parte de dicha labor, establezca las bases para poder utilizar el 50 aniversario del sistema multilateral de comercio para reafirmar su importancia y reiterar su dinamismo.
IV
Para finalizar, perm錕絫anme recapitular afirmando que pueden ustedes optar entre: acudir a Singapur con cuestiones importantes todav錕絘 sin concluir y emplear una semana discutiendo sobre los textos bajo la presi錕絥 no solamente del tiempo, sino tambi錕絥 de la mirada del mundo. En tales circunstancias ser錕?mucho m錕絪 dif錕絚il lograr el consenso.
O, por otra parte, pueden acudir a Singapur despu錕絪 de haberse puesto de acuerdo sobre las cuestiones pendientes y, en consecuencia, con libertad para mantener un di錕絣ogo creativo sobre los desaf錕給s fundamentales, tanto pol錕絫icos como institucionales, del sistema de comercio. Para esto, es necesario que ustedes den claras instrucciones a sus representantes en Ginebra para que alcancen dicho acuerdo, y que les concedan la flexibilidad necesaria para poder hacerlo.
De esta manera, Se錕給ras y Se錕給res Ministros, podr錕絥 concentrarse en la tarea que 錕絥icamente ustedes pueden realmente realizar: renovar el sentido de finalidad y direcci錕絥 del sistema multilateral y dejar bien sentado ante el mundo su compromiso para con ello.