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PRESS/140
8 de octubre de 1999
La liberalizaci髇 del Comercio confirma la necesidad de cooperaci髇 ambiental
Seg鷑 un nuevo informe de la Secretar韆 de la OMC, la integraci髇 y el crecimiento econ髆icos internacionales confirman la necesidad de adoptar pol韙icas ambientales racionales en el plano nacional e internacional. La cooperaci髇 internacional reviste especial importancia para abordar los problemas ambientales transfronterizos y mundiales que trascienden el control de cada pa韘 por separado. Eso ser韆 as?aun cuando los pa韘es no comerciaran entre s?
Como ha dicho Mike Moore, Director General de la OMC, todos los gobiernos Miembros de la OMC apoyan el libre comercio porque contribuye al aumento del nivel de vida de las familias trabajadoras, lo que a su vez conduce a un medio ambiente menos contaminado. En el presente informe se subraya que el comercio y el medio ambiente, lejos de ser conceptos contradictorios, pueden de hecho ser complementarios.
El informe trata de encontrar respuesta, entre otras cosas, a las siguientes preguntas: 縠s la integraci髇 econ髆ica una amenaza para el medio ambiente? 縈enoscaba el comercio los esfuerzos normativos de los gobiernos para luchar contra la contaminaci髇 y la degradaci髇 de los recursos? 緾髆o podemos asegurarnos de que el crecimiento econ髆ico impulsado por el comercio nos ayude a utilizar en forma sostenible los recursos ambientales del planeta?
Entre las principales conclusiones del informe cabe destacar las siguientes:
- la mayor韆 de los problemas ambientales son consecuencia de procesos de producci髇 contaminantes, de determinadas pautas de consumo, y de la eliminaci髇 de productos de desecho; el comercio en s? si exceptuamos la contaminaci髇 derivada del transporte de mercanc韆s, rara vez es la ra韟 鷏tima de la degradaci髇 ambiental;
- la degradaci髇 ambiental tiene lugar porque no siempre se obliga a los productores y a los consumidores a sufragar el costo de sus actividades;
- la degradaci髇 ambiental se ve a veces acentuada por errores de pol韙ica general, incluidas las subvenciones a actividades que contaminan y degradan los recursos, como las subvenciones a la agricultura, la pesca y la energ韆;
- si se pusieran en vigor pol韙icas ambientales adecuadas, el comercio contribuir韆 indudablemente al aumento del bienestar;
- por lo general, los obst醕ulos al comercio constituyen pol韙icas ambientales deficientes;
- no todas las normas ambientales deben necesariamente armonizarse para todos los pa韘es;
- los efectos en la competitividad de las reglamentaciones ambientales son poco importantes en la mayor韆 de las ramas de producci髇;
- para las empresas, un cierto prestigio en materia ambiental es a menudo m醩 una ventaja que una desventaja en el mercado internacional, aunque los costos de producci髇 sean algo m醩 altos;
- hay pocas pruebas de que las industrias contaminantes tiendan a emigrar de los pa韘es desarrollados a los pa韘es en desarrollo para reducir los costos derivados de la observancia de las normas ambientales;
- sin embargo, las medidas ambientales resultan a veces in鷗iles como consecuencia de la preocupaci髇 que suscita la competitividad, lo que pone de manifiesto la necesidad de estrechar la cooperaci髇 internacional sobre cuestiones ambientales;
- el crecimiento econ髆ico, impulsado por el comercio, puede ser parte de la soluci髇 de la degradaci髇 ambiental, pero no es en s?mismo suficiente para mejorar la calidad del medio ambiente; el aumento de los ingresos debe traducirse en la adopci髇 de normas ambientales m醩 estrictas;
- no todos los tipos de crecimiento econ髆ico son igualmente beneficiosos para el medio ambiente;
- la rendici髇 de cuentas por las autoridades p鷅licas y el buen gobierno son elementos esenciales de una buena pol韙ica ambiental, incluso a nivel internacional;
- la cooperaci髇 internacional efectiva es esencial para proteger el medio ambiente, sobre todo en lo que respecta a los problemas ambientales transfronterizos y mundiales;
- el modelo cooperativo de la OMC, basado en derechos y obligaciones de car醕ter jur韉ico, podr韆 servir como modelo para el establecimiento de una nueva estructura mundial de cooperaci髇 en la esfera del medio ambiente;
- mientras tanto, e incluso en el marco de su actual mandato, la OMC puede hacer aportaciones importantes a la protecci髇 del medio ambiente. La m醩 evidente ser韆 abordar los obst醕ulos a los intercambios de bienes y servicios ambientales a鷑 existentes con objeto de reducir los costos de la inversi髇 en tecnolog韆s de producci髇 menos contaminante y sistemas de ordenaci髇 del medio ambiente. La OMC podr韆 contribuir tambi閚 tratando de lograr reducciones en las subvenciones p鷅licas perjudiciales para el medio ambiente, incluidas las subvenciones a la energ韆, la agricultura y la pesca.
En el anexo de este comunicado se analizan brevemente algunos de estos puntos.
Anexo
- Los errores en la adopci髇 de pol韙icas y en el mercado contribuyen a la degradaci髇 del medio ambiente. Aunque el comercio en s?mismo puede guardar una cierta relaci髇 con problemas ambientales, como la contaminaci髇 derivada del transporte de mercanc韆s, la mayor韆 de los problemas surgen durante la producci髇, el consumo y/o la eliminaci髇 de productos de desecho. La adopci髇 de normas y la aplicaci髇 de impuestos adecuados puede lograr que los productores y los consumidores se responsabilicen del impacto ambiental de sus actividades con arreglo al principio quien contamina paga. Sin embargo, puede suceder que los Gobiernos no s髄o se abstengan de corregir errores en el mercado, sino que tambi閚 agraven los problemas mediante el otorgamiento de subvenciones.
- Si se pusieran en vigor pol韙icas ambientales adecuadas, el comercio contribuir韆 indudablemente al aumento del bienestar. A falta de pol韙icas ambientales adecuadas, el comercio puede obrar en perjuicio de la calidad del medio ambiente. Por ejemplo, la demanda del mercado mundial puede fomentar la tala indiscriminada cuando no existe un plan de ordenaci髇 adecuado. En otros casos, la liberalizaci髇 del comercio puede mitigar las distorsiones subyacentes. Por ejemplo, una reducci髇 de las subvenciones a la pesca, que suman unos 54.000 millones de d髄ares anuales, reducir韆 la sobrecapitalizaci髇 de ese sector y con ello la pesca excesiva.
- Los obst醕ulos al comercio constituyen pol韙icas ambientales deficientes. Es mejor abordar los problemas ambientales en su origen, tanto si son consecuencia de procesos de producci髇 contaminantes como si lo son de la indefinici髇 de los derechos de propiedad sobre recursos naturales. Centrarse en los v韓culos indirectos, como las exportaciones o importaciones de mercanc韆s, s髄o puede corregir parcialmente los errores de pol韙ica general y en el mercado, y a un precio m醩 alto para la sociedad. Al mismo tiempo, los gobiernos han descubierto que las medidas comerciales son un mecanismo 鷗il para, en algunos casos, fomentar la participaci髇 en acuerdos ambientales multilaterales y el cumplimiento de esos acuerdos, y en otros para tratar de modificar el comportamiento de otros gobiernos. Sin embargo, la utilizaci髇 de medidas comerciales en ese sentido conlleva muchos riesgos para el sistema multilateral de comercio si no se complementa con normas acordadas por todas las partes.
- No siempre es necesario armonizar las normas ambientales. Esta conclusi髇 se refiere 鷑icamente a problemas de contaminaci髇 de car醕ter local, que en opini髇 de muchos pueden abordarse mejor recurriendo a normas aplicables a las caracter韘ticas concretas del lugar. La fijaci髇 de las normas a su nivel medio no favorecer韆 a las comunidades (pa韘es) pobres ni a las ricas. No ocurre lo mismo con los problemas transfronterizos y mundiales, con respecto a los cuales la armonizaci髇 de pol韙icas y la administraci髇 colectiva de los recursos comunes es tal vez la 鷑ica opci髇 pol韙ica eficaz.
- Las repercusiones ambientales del comercio son en teor韆 ambiguas, y dependen de tres factores de acci髇 rec韕roca: i) cambios inducidos por el comercio en la estructura industrial, y por ello en la intensidad de contaminaci髇 de la producci髇 nacional, ii) cambios en la escala global de la actividad econ髆ica, y iii) cambios en la tecnolog韆 de producci髇. El resultado neto es a priori indeterminado. Por consiguiente, debe rechazarse toda generalizaci髇 absoluta, tanto positiva como negativa, sobre los v韓culos entre el comercio y el medio ambiente.
- Los beneficios derivados del comercio son suficientes para sufragar los costos adicionales de la reducci髇 de la contaminaci髇. El aumento de los ingresos derivado del comercio podr韆, en principio, sufragar los costos de la reducci髇 de la contaminaci髇 e incluso ofrecer un super醰it econ髆ico. Esto se ha demostrado en varias simulaciones econ髆icas. En otras palabras, combinando reformas comerciales y en materia de medio ambiente, siempre podr醤 encontrarse m閠odos que permitan aumentar los ingresos y el consumo sin poner en peligro el medio natural. No hay, al menos en este sentido, un conflicto inherente entre el comercio y el medio ambiente. El conflicto es m醩 bien consecuencia del fracaso de las instituciones pol韙icas en el tratamiento de los problemas ambientales, especialmente los de alcance mundial, cuya soluci髇 requiere un esfuerzo concertado.
- Los efectos de la legislaci髇 ambiental en la competitividad son de menor importancia. El costo directo de la lucha contra la contaminaci髇 en la OCDE es peque駉, ya que s髄o representa unos pocos puntos porcentuales de los costos de producci髇 de la mayor韆 de las industrias. No se dispone de estimaciones equivalentes para los pa韘es en desarrollo, pero salvo que el costo derivado de las reglamentaciones sea nulo, los ahorros que ofrece el desplazamiento al extranjero son menores de lo que arriba se sugiere. Adem醩, algunos observadores han se馻lado que esas cifras son en cualquier caso exageradas. Seg鷑 la hip髏esis Porter, la presi髇 reglamentaria, igual que la presi髇 basada en la competitividad, fomenta innovaciones industriales que hacen que la producci髇 sea m醩 sobria (menos exigente en materia de energ韆 y recursos) y al mismo tiempo m醩 limpia, compensando as? los costos directos de la observancia de las normas. Los datos disponibles apoyan en parte esta hip髏esis, aunque ser韆 err髇eo concluir que las reglamentaciones ambientales no cuestan nada. S?cuestan, pero tambi閚 aportan importantes beneficios a la sociedad y a la calidad de la vida.
- Las empresas conscientes de los problemas ambientales no obtienen menos beneficios. Algunos estudios que han comparado los beneficios de empresas de la misma rama de producci髇 no han encontrado muchas pruebas de que las empresas conscientes de los problemas ambientales tengan que pagar un precio en forma de disminuci髇 de beneficios. Por diversas razones, esas empresas pueden a menudo recuperar sus costos en el mercado. En primer lugar, un n鷐ero cada vez mayor de consumidores est? dispuesto a pagar una prima por las "etiquetas verdes". En segundo lugar, las empresas que cumplen las normas sobre ordenaci髇 ambiental promulgadas por la Organizaci髇 Internacional de Normalizaci髇 (ISO 14000) disfrutan al parecer de ciertas ventajas competitivas, entre ellas seguros de responsabilidad m醩 baratos, menos supervisi髇 reglamentaria, y mejor acceso a los clientes (incluido el sector p鷅lico) que se preocupan por su propia reputaci髇 ambiental.
- Las industrias contaminantes no est醤 emigrando de los pa韘es desarrollados a los pa韘es en desarrollo para reducir el costo de la observancia de las normas ambientales, aunque evidentemente hay excepciones. No cabe duda de que los pa韘es en desarrollo son receptores netos de inversiones extranjeras directas, pero la composici髇 de las inversiones que reciben no apunta a las industrias contaminantes, sino m醩 bien a industrias de gran densidad de mano de obra que por lo general son menos contaminantes. Lo que los datos indican es que cuando los pa韘es desarrollados exportan sus industrias contaminantes, lo hacen a otros pa韘es desarrollados, y no a econom韆s menos desarrolladas. Esto sugiere que las reglamentaciones ambientales tienen como mucho importancia secundaria en las decisiones sobre inversiones a nivel internacional.
- Las empresas transnacionales cada vez adoptan con m醩 frecuencia una pol韙ica de normalizaci髇 de tecnolog韆s para todas sus f醔ricas. La raz髇 es sencilla. Es menos costoso duplicar la tecnolog韆 matriz que modificar el proceso en cada pa韘. Es m醩, la elecci髇 de tecnolog韆 no se basa exclusivamente en las circunstancias actuales, sino tambi閚 en lo que se espera para el futuro. Es comercialmente m醩 sensato instalar la tecnolog韆 m醩 avanzada cuando se hace una inversi髇 que renovar el equipo de reducci髇 de la contaminaci髇 m醩 adelante y con muchos m醩 gastos. Por 鷏timo, las empresas transnacionales, o al menos las empresas transnacionales cuya sede central se encuentra en un pa韘 con una comunidad activa en cuestiones ambientales, atribuyen cada vez m醩 importancia a su reputaci髇 en el mercado. Las fuerzas del mercado a menudo recompensan mejor el buen rendimiento ambiental que el ahorro en los costos a cualquier precio, y algunos mercados financieros reaccionan desfavorablemente ante errores ambientales. No siempre ha sido as? pero la tendencia ha cambiado en los 鷏timos a駉s. En buena parte, este progreso se debe al incansable esfuerzo de organizaciones no gubernamentales de todo el mundo que han sensibilizado a los consumidores sobre los aspectos ambientales de los productos y la pol韙ica ambiental de los productores. En otras palabras, lo que importa a los consumidores importa a los productores.
- Sin embargo, las medidas ambientales son a veces in鷗iles debido a la inquietud que suscita la competitividad. No se puede pretender que las fuerzas del mercado resuelvan ellas mismas todos los problemas. Los gobiernos tienen que poner algo de su parte reglamentando adecuadamente las actividades que contaminan y degradan los recursos. Esto crea un dif韈il dilema pol韙ico. Si los encargados de formular pol韙icas y los votantes creen que la industria nacional se derrumba bajo el peso de las reglamentaciones ambientales a expensas de las inversiones y los puestos de trabajo en el pa韘, puede ser dif韈il lograr el apoyo pol韙ico necesario para la adopci髇 de nuevas medidas reglamentarias. Y este problema puede incluso agravarse cuando se eliminan obst醕ulos al comercio y las inversiones, ya que las industrias se hacen entonces m醩 m髒iles y son m醩 dif韈iles de regular. Adem醩, algunos indicios sugieren que a menudo las empresas aducen problemas de competitividad cuando presionan para que no se adopten reglamentaciones ambientales, cosa que a veces consiguen.
- 縃asta qu?punto es grave este problema? Ser韆 claramente un problema grave si la preocupaci髇 por la competitividad impidiera establecer normas ambientales al nivel adecuado, o si los gobiernos se vieran obligados a integrar elementos proteccionistas en las reglamentaciones ambientales para compensar a las empresas de los supuestos efectos perjudiciales para la competitividad. Sin embargo, la preocupaci髇 por la competitividad podr韆 tambi閚 ser una fuerza positiva si los gobiernos que tropiezan con dificultades para tomar individualmente medidas por razones pol韙icas buscan soluciones cooperativas a los problemas ambientales. El n鷐ero creciente de acuerdos ambientales multilaterales (actualmente unos 216) puede ser indicio de la tendencia hacia ello. En ese caso, el efecto a largo plazo del enfriamiento reglamentario se manifestar?m醩 en cuestiones de procedimiento que en asuntos sustanciales. En efecto, la iniciativa tendr韆 tal vez que desplazarse del nivel nacional al supranacional, como ocurri?en el decenio de 1970 en los Estados federales, donde se produjo un desplazamiento del nivel local al nivel central para superar resistencias a la adopci髇 de pol韙icas ambientales a nivel local. Hay que reconocer, sin embargo, que la cooperaci髇 internacional en esta esfera no ser?f醕il si los gobiernos no se convencen de su urgencia.
- 縀s el crecimiento econ髆ico impulsado por el comercio parte del problema o parte de la soluci髇? Una de las razones por las que la protecci髇 del medio ambiente es insuficiente en muchos pa韘es es el bajo nivel de ingresos. Los pa韘es que viven al l韒ite de sus posibilidades no pueden a veces permitirse el lujo de asignar recursos a la reducci髇 de la contaminaci髇, y pueden pensar que nada justifica que sacrifiquen sus perspectivas de crecimiento para contribuir a la soluci髇 de problemas de contaminaci髇 de alcance mundial que en gran parte son consecuencia de las pautas de consumo que prevalecen en pa韘es m醩 ricos. Si la pobreza es un elemento crucial del problema, el crecimiento econ髆ico ser?parte de la soluci髇, en la medida en que permitir?a los pa韘es dejar de lado preocupaciones m醩 inmediatas para tratar de dar soluci髇 a problemas de sostenibilidad a largo plazo. De hecho, al menos algunos datos sugieren que la contaminaci髇 aumenta en las primeras fases de desarrollo, pero disminuye cuando se ha llegado a un cierto nivel de renta, observaci髇 que en los c韗culos acad閙icos recibe el nombre de Curva Ambiental de Kuznets (EKC).
- 縌u?papel representa el comercio en el debate sobre crecimiento y medio ambiente? El comercio es un elemento de este debate por varias razones. La m醩 directa es que el comercio es uno de los cilindros que mueven el motor del crecimiento. Otra raz髇 es que el comercio puede afectar a la configuraci髇 y la pertinencia de la EKC. Cabe al menos suponer que en los pa韘es desarrollados el punto de inflexi髇 por lo que respecta a determinados contaminantes se produce en parte como consecuencia de la migraci髇 de las industrias contaminantes a pa韘es en desarrollo, aunque no parece que los datos de que disponemos sustenten esta posici髇. Una tercera raz髇 reside en los aspectos de pol韙ica econ髆ica de la formulaci髇 de pol韙icas ambientales. La presi髇 por motivos de competitividad puede evitar que se adopten normas ambientales m醩 estrictas para poner coto al aumento de la contaminaci髇. En ese caso, el crecimiento impulsado por la liberalizaci髇 de la econom韆 mundial podr韆 contrarrestar los mecanismos que en principio generar韆n una Curva Ambiental Kuznets. Como ya se ha se馻lado, hay algunos indicios de la existencia de un "enfriamiento reglamentario" que podr韆 requerir una mayor coordinaci髇 de las pol韙icas entre los gobiernos.
- El crecimiento econ髆ico puede ser parte de la soluci髇, pero sobre todo en lo que respecta a los problemas de contaminaci髇 de car醕ter local. Los datos que se aportan en apoyo de la hip髏esis EKC apuntan en direcciones contrarias. Las pruebas sugieren que la hip髏esis EKC puede ser v醠ida para algunos tipos de indicadores ambientales, pero al mismo tiempo inv醠ida para otros indicadores importantes. Los indicadores que parecen demostrar algunas caracter韘ticas de la evoluci髇 de la contaminaci髇 en forma de U invertida son ciertos tipos de contaminaci髇 local, principalmente la contaminaci髇 del aire urbano y en menor medida algunas formas de contaminaci髇 del agua dulce. En contraste, no parece que los contaminantes con efectos mundiales, como las emisiones de di髕ido de carbono, confirmen la hip髏esis EKC. Por lo general, los pa韘es parecen m醩 proclives a tomar medidas de lucha contra los contaminantes que los afectan m醩 de cerca que contra los contaminantes que degradan el medio mundial, aunque hay tambi閚 algunas novedades alentadoras con respecto a esto 鷏timo, como la reducci髇 de sustancias destructoras del ozono como consecuencia de la cooperaci髇 internacional en el marco del Protocolo de Montreal.
- El crecimiento econ髆ico no es de por s?suficiente para invertir la tendencia a la degradaci髇 ambiental. Tambi閚 debe hacerse hincapi?en que no hay en los estudios sobre la hip髏esis EKC nada que sugiera que la tendencia a la degradaci髇 del medio ambiente se invertir?necesariamente al aumentar las rentas. Si los incentivos econ髆icos para los productores y los consumidores no cambian cuando sus ingresos aumentan, la contaminaci髇 seguir?creciendo sin cesar a medida que crece la actividad econ髆ica. En otras palabras, el aumento de los ingresos, aunque pueda ser condici髇 necesaria para que los pa韘es presten m醩 atenci髇 a la sostenibilidad a largo plazo que a sus problemas econ髆icos y sociales m醩 inmediatos, no es condici髇 suficiente para invertir la tendencia a la degradaci髇 ambiental. Es imprescindible poner en marcha pol韙icas ambientales.
- La rendici髇 de cuentas y el buen gobierno son elementos cr韙icos. A ese respecto no cabe subestimar la importancia que tiene un proceso pol韙ico democr醫(yī)ico. Los gobiernos que no est醤 obligados a responder de sus acciones, o m醩 bien, en este caso, de sus omisiones, pueden no contribuir al necesario mejoramiento de las pol韙icas ambientales. Si se comparan pa韘es con el mismo nivel de renta, se observa que la contaminaci髇 suele ser peor en aqu閘los donde la distribuci髇 de la renta es desigual y donde hay una alta tasa de analfabetismo y pocas libertades pol韙icas y civiles. Por lo dem醩, estas variables de acceso pol韙ico restan considerable importancia a la relaci髇 establecida entre la renta por habitante y la calidad del medio ambiente. Ello sugiere que la relaci髇 EKC no depende tanto de los niveles de renta en s? mismos como de las reformas institucionales y democr醫(yī)icas que habitualmente acompa馻n al aumento de los ingresos, y que son necesarias para que los ciudadanos puedan expresar su preferencia por la calidad del medio ambiente e influir en el proceso de formulaci髇 de decisiones pol韙icas.
- Tambi閚 se requiere buen gobierno a nivel internacional. Una de las conclusiones inquietantes que se deducen de los datos disponibles es que se estima que los puntos de inflexi髇 de los problemas ambientales mundiales, como el calentamiento atmosf閞ico derivado de las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, se producen a niveles de renta considerablemente m醩 altos que cuando se trata de problemas de car醕ter local. Una forma de interpretarlo es que a la gente no le importan mucho el calentamiento atmosf閞ico y el cambio clim醫(yī)ico. Antes que sufragar el costo de la reducci髇 de las emisiones, prefiere aceptar sus consecuencias (para sus hijos y los hijos de sus hijos). Otra posible raz髇 de la morosidad pol韙ica es que los gobiernos tratan de obtener ventajas, sin ofrecer compensaciones, de la debilidad de las instituciones pol韙icas a nivel internacional, y sobre todo de la debilidad de los mecanismos de aplicaci髇. De hecho, una de las razones por las que la OMC se ha convertido en el foco de tantas diferencias en la esfera del medio ambiente es que la OMC dispone de un mecanismo integrado de soluci髇 de diferencias respaldado por sanciones comerciales como instrumento de aplicaci髇 de 鷏tima instancia.
- El proceso de degradaci髇 del medio ambiente se invertir?cuando maduren las condiciones pol韙icas. No hay que exagerar los obst醕ulos pol韙icos que se oponen a la adopci髇 de una pol韙ica ambiental adecuada. Las estimaciones sobre los puntos de inflexi髇 de distintos tipos de contaminantes los sit鷄n por lo general dentro de la gama de rentas de los pa韘es m醩 ricos en el momento en que los problemas concretos suscitan un debate p鷅lico intenso. Por ejemplo, puede no haber nada especial en un punto de inflexi髇 para las emisiones de CFC en un tramo de 12.000 a 18.000 d髄ares EE.UU., que precisamente era el tramo de ingresos de los pa韘es m醩 ricos (que tambi閚 han contra韉o los compromisos de eliminaci髇 gradual m醩 r醦ida) en el momento de la firma, en 1987, del Protocolo de Montreal. Aunque con respecto a las emisiones de CO2 encontramos estimaciones de un punto de inflexi髇 de hasta varios cientos de miles de d髄ares de renta por habitante, el hecho de que el calentamiento atmosf閞ico sea hoy objeto preferente de la atenci髇 del p鷅lico podr韆 resultar en una reducci髇 de las emisiones en fecha anterior a la prevista. Para ello ser?necesario, sin embargo, que los pa韘es pasen de la palabra a la acci髇 y cumplan los compromisos contra韉os en el marco del Acuerdo de Kyoto. En definitiva, la curva ambiental de Kuznets tal vez no tenga un punto de inflexi髇 natural; variar?cuando las condiciones pol韙icas est閚 lo bastante maduras para la adopci髇 de las medidas necesarias para luchar eficazmente contra la degradaci髇 ambiental, entre otras cosas mediante transferencias de recursos y tecnolog韆s que permitan a los pa韘es en desarrollo modernizar su producci髇.
- No todos los tipos de crecimiento son igualmente provechosos para el medio ambiente. Evidentemente, un crecimiento econ髆ico que requiera cada vez m醩 insumos de recursos naturales afectar?al medio ambiente m醩 que un crecimiento econ髆ico impulsado por avances tecnol骻icos que ahorran insumos y reducen las emisiones por unidad de producci髇. Este tipo de crecimiento no siempre emerge espont醤eamente, por lo que puede ser necesario ofrecer incentivos econ髆icos que orienten el desarrollo en una direcci髇 sostenible.
- El comercio podr韆 desempe馻r un papel positivo. El comercio podr韆 desempe馻r un papel positivo en este proceso facilitando la difusi髇 mundial de tecnolog韆s no perjudiciales para el medio ambiente. Naturalmente, esto requerir韆 que los pa韘es se mostraran dispuestos a eliminar obst醕ulos a los intercambios de tecnolog韆s modernas, y que los proveedores de servicios ambientales redujeran el costo de la inversi髇 en tecnolog韆s no contaminantes y en sistemas de ordenaci髇 ambiental. A ello podr韆 contribuir una nueva ronda de negociaciones sobre liberalizaci髇 del comercio. Esa ronda tambi閚 podr韆 contribuir abordando la cuesti髇 de las subvenciones perjudiciales para el medio ambiente, incluidas las subvenciones a la energ韆, la agricultura y la pesca. Esto duplicar韆 el dividendo, obrando simult醤eamente en beneficio del medio ambiente y de la econom韆 mundial.
- El camino a tomar es la cooperaci髇 multilateral en la esfera del medio ambiente. Concluyamos con una observaci髇 citada por Long (1995), que resume lo que constituye el n鷆leo del debate sobre comercio y medio ambiente. En el curso de una reuni髇 de Ministros de medio ambiente de la OCDE, uno de ellos observ?que su pa韘, como la mayor韆 de los dem醩, se hab韆 comprometido en la Cumbre para la Tierra celebrada en R韔 de Janeiro en 1992 a tratar de conseguir un desarrollo sostenible. Sin embargo, cada vez que intenta promover los cambios tecnol骻icos y de comportamiento necesarios para avanzar en esa direcci髇, es decir, cuando intenta integrar los costos de la contaminaci髇 ambiental y la degradaci髇 de los recursos, fuera de su pa韘 lo tachan de 'proteccionista verde', y en casa lo acusan de destruir la competitividad nacional. En resumen, la verdadera cuesti髇 no es el comercio, ni tampoco el crecimiento econ髆ico. La cuesti髇 es c髆o reinventar las pol韙icas ambientales en una econom韆 mundial cada vez m醩 integrada para asegurarnos de que vivimos dentro de los l韒ites ecol骻icos. Para ello, a nuestro entender, es preciso fortalecer los mecanismos e instituciones de cooperaci髇 ambiental multilateral, en la misma forma en que los pa韘es, hace 50 a駉s, decidieron que la cooperaci髇 en materia comercial obraba en beneficio de todos ellos.