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PRESS/143
3 de noviembre de 1999
Revista general de la evoluci髇 del entorno comercial internacional
Se reproduce a continuaci髇 el texto completo de la declaraci髇 pronunciada hoy por Mike Moore, Director General de la OMC, ante el Consejo General sobre la evoluci髇 del entorno comercial internacional en el 鷏timo a駉.
Observaciones del Director General
Pronto iremos a Seattle a iniciar las nuevas negociaciones comerciales multilaterales y establecer el programa de trabajo de la OMC para los pr髕imos a駉s. El informe que present?sobre la Revista general de la evoluci髇 del entorno comercial internacional indica que 閟te es un buen momento para comenzar nuestra labor. En general, la situaci髇 del entorno comercial mundial es s髄ida, el crecimiento econ髆ico se est? fortaleciendo y las perspectivas para los pr髕imos a駉s son alentadoras. Adem醩, recientemente hemos tenido la satisfacci髇 de ser testigos de un notable ejemplo del valor y la fortaleza de nuestro sistema comercial multilateral abierto y basado en normas. Durante las perturbaciones financieras de 1997 y 1998 el buen tino de los gobiernos y las normas de la OMC mantuvieron los mercados abiertos, lo que ha constituido una base esencial para la recuperaci髇. En pocas ocasiones han sido tan patentes los beneficios derivados del comercio. Vamos a Seattle con estos antecedentes que ofrecen numerosos motivos para confiar en las ventajas de un sistema comercial multilateral s髄ido, abierto y basado en normas.
Comparemos esta situaci髇 con la que exist韆 cuando inauguramos la Ronda Uruguay. En aquel entonces el crecimiento era lento y los acuerdos sobre el reparto de mercados se estaban generalizando. La fe en el sistema iba desvaneci閚dose. Sin embargo, a pesar de ese panorama y contando con la ayuda, hay que reconocerlo, de la evoluci髇 de la situaci髇 mundial, logramos llegar a acuerdos que abr韆n una nueva v韆 y establecer nuestra Organizaci髇, una organizaci髇 que rinde cuentas a los gobiernos que son Miembros de ella y que disponen ya de un foro completamente desarrollado en el que se abordan sus preocupaciones comerciales, y en el que a su vez rinden cuentas.
En esta ocasi髇, el contexto es mejor y no cabe duda de que a partir de esta base y de los logros alcanzados en la Ronda Uruguay y en las negociaciones posteriores, podremos seguir fortaleciendo nuestro sistema y conseguir, en particular, que sus ventajas y beneficios lleguen a todos. Aspiro a que en Seattle establezcamos un programa de trabajo equilibrado y pongamos en marcha unas negociaciones cuyo resultado sea equilibrado y justo para todos los Miembros de nuestra Organizaci髇.
Sin embargo, no todos comparten nuestra confianza en los beneficios del sistema multilateral de comercio. Existe una cierta inquietud con respecto a la mundializaci髇; hay quienes se sienten poco seguros y est醤 preocupados y desconcertados. Algunos consideran que la mundializaci髇 es una amenaza. Pero la mundializaci髇 es una realidad; ni podemos renunciar a ella ni queremos hacerlo: redunda en beneficio de todos, y es preciso tomar medidas para asegurar que la prosperidad derivada de la mundializaci髇 sea accesible a todos. En Seattle debemos seguir prestando atenci髇 a esa inquietud, puesto que algunas de las cr韙icas que se formulan son v醠idas.
Los beneficios del comercio quiz?sea lo 鷑ico en que est醤 de acuerdo los economistas, esas personas que sopesan las ventajas y desventajas de todo y que est醤 de acuerdo en muy pocas cosas. Por ello es enormemente preocupante que el conjunto de los pa韘es menos adelantados, 48 en total, tengan una participaci髇 en el comercio mundial no superior al 0,5 por ciento. 縎e est醤 beneficiando realmente del sistema estos pa韘es? Estoy de acuerdo en que esa situaci髇 se debe a gran n鷐ero de causas, muchas de las cuales no dependen de la OMC, pero la OMC debe cumplir la funci髇 que le corresponde: hemos de decidir en Seattle que haremos todo lo posible para que los pa韘es menos adelantados puedan aprovechar mejor las ventajas de nuestro sistema. Para ello son imprescindibles dos elementos que deber韆n ocupar un lugar prioritario en nuestro programa de trabajo de Seattle para poder pasar inmediatamente a la acci髇:
? Acceso a los mercados en r間imen de franquicia arancelaria de los productos procedentes de los PMA. Esto no supondr?un costo elevado y demostrar?que nos preocupamos sinceramente por los problemas de la desigualdad y la exclusi髇; y
? Cooperaci髇 t閏nica. La creaci髇 de capacidades es una labor ardua y el cumplimiento de las obligaciones resulta con frecuencia dif韈il. Se requieren conocimientos especializados. En Singapur dimos los primeros pasos hacia la creaci髇 de un marco para establecer una cooperaci髇 significativa. Debemos seguir avanzando en esa direcci髇 y para ello se necesitan recursos financieros. Seamos generosos en Seattle. Aunque al decir esto estoy pensando en los pa韘es menos adelantados Miembros de nuestra Organizaci髇, muchos de los pa韘es en desarrollo Miembros tienen tambi閚 la necesidad urgente de cooperaci髇 t閏nica: para mantener el vigor actual del sistema multilateral de comercio es preciso que atendamos la necesidad de asistencia t閏nica.
Pero nuestro programa de trabajo no debe limitarse a eso. Las pol韙icas nacionales racionales, que pueden ser perfectamente entendidas por la opini髇 p鷅lica y la buena gesti髇 p鷅lica son factores indispensables para el progreso. La transparencia es esencial. El sistema comercial puede y debe aportar su contribuci髇 a este respecto. Las decisiones que podamos adoptar en Seattle para avanzar hacia acuerdos sobre transparencia de la contrataci髇 p鷅lica y facilitaci髇 del comercio ser韆n un primer paso modesto, pero transmitir韆n un mensaje de gran calado. Lo mismo puede decirse de la reafirmaci髇 de nuestra voluntad de colaborar con el Fondo y el Banco en lo que respecta a la coherencia en la formulaci髇 de pol韙icas a escala internacional: hemos concluido acuerdos con el Fondo y el Banco y tenemos el mandato relativo a la coherencia. Lo que hemos de hacer ahora es utilizarlos como base para conseguir que las pol韙icas comerciales, financieras y de desarrollo se apoyen plenamente entre s?
Debemos tratar de que nuestra postura sea comprendida. La decisi髇 que deber韆mos adoptar en Seattle de perseverar en nuestros esfuerzos para mejorar la transparencia de la OMC y aplicar de forma m醩 regular iniciativas ambiciosas contribuir?a que nuestros esfuerzos se comprendan mejor y reciban mayor apoyo. El apoyo que pueden prestarse entre s?las pol韙icas comerciales y medioambientales es un ejemplo claro, pero no es el 鷑ico: el comercio es bueno para el consumidor, es como la marea que cuando sube puede arrastrar en su movimiento a todos los barcos. Pero hay costos de ajuste, y para algunos la mundializaci髇 es fuente de desigualdades. Es evidente que la liberalizaci髇 debe ir acompa馻da de pol韙icas sociales adecuadas y que esto forma parte de la responsabilidad de los gobiernos ante sus pueblos. De esta forma nos beneficiaremos todos.
En Seattle iniciaremos nuevas negociaciones; la agricultura y los servicios forman ya parte del programa incorporado. La arancelizaci髇 de las restricciones cuantitativas en el sector agr韈ola ha sido una medida racional porque ha puesto de manifiesto los elevados niveles de protecci髇 de que se beneficiaban muchos productos. Nuestra labor actual es comenzar a reducir esos aranceles elevados y abordar la cuesti髇 de los sistemas de subvenciones y de ayuda: ser?una tarea delicada porque hay que tener en cuenta diversas prioridades sociales, pero no podemos olvidar que la ventaja comparativa de muchos pa韘es en desarrollo reside en la producci髇 de alimentos y que es simplemente injusto privar a esos pa韘es de la posibilidad de exportar productos competitivos.
縌ui閚 puede negar los beneficios que entra馻n para todos unas normas m醩 estrictas y la liberalizaci髇 en el sector de los servicios? M醩 de la mitad de nuestras actividades econ髆icas corresponde al sector de los servicios; una mayor liberalizaci髇 har?que nuestras exportaciones sean m醩 competitivas, crear?mejores empleos y acrecentar?el bienestar de nuestros consumidores.
縋ero basta con eso? 縀xtenderemos a otros productos las negociaciones sobre acceso a los mercados? Estoy pensando en concreto en las crestas arancelarias, en la progresividad arancelaria y en el valor a馻dido a las materias primas, que con frecuencia ha impulsado el desarrollo industrial. 縔 qu?decir de las normas, de la seguridad y la previsibilidad de nuestro entorno comercial?, 縟eber韆mos fortalecerlas y tal vez hacerlas extensivas a nuevas esferas? Son cuestiones sobre las que a鷑 no estamos de acuerdo y ha llegado el momento de llegar a un compromiso. En Seattle debemos trazar la v韆 de las relaciones comerciales del futuro.
Como he dicho al comienzo de mis observaciones, de la revista general se deduce que la situaci髇 es propicia. Hemos asistido a un ejemplo impresionante de los beneficios de nuestro sistema de comercio: ahora es el momento de actuar. Hemos de atraer a todos los pa韘es a nuestro sistema, reforzando las normas y haciendo m醩 accesibles los beneficios del comercio, e insto a todos a que recuerden que el comercio no es un fin, sino un medio para progresar, un veh韈ulo fiable y seguro para avanzar, para alcanzar la prosperidad y para construir un mundo m醩 seguro y mejor para todos.