29 de noviembre de 1999
La Conferencia Ministerial de Seattle y los PMA: Acceso a los mercados, limitaciones de la oferta y mitigaci髇 de la pobreza 29 de noviembre de 1999
Discurso pronunciado ante los Ministros de Comercio de los pa韘es menos adelantados por Mike Moore, Director General de la OMC
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Discurso pronunciado ante los Ministros de Comercio de los pa韘es menos adelantados por Mike Moore, Director General de la OMC
29 de noviembre de 1999
Se駉res Ministros, Se駉res y Se駉ras, ilustres invitados y amigos:
Gracias a la oportuna iniciativa del Ministro Ahmed, se nos presenta la oportunidad de evaluar la posici髇 de los pa韘es menos adelantados en esta coyuntura cr韙ica del sistema multilateral de comercio.
Al entrar en el siglo XXI, la OMC se enfrenta con el importante reto de lograr que los pa韘es en desarrollo, no s髄o participen en el sistema multilateral de comercio, sino que obtengan de 閘 beneficios reales y tangibles. En un mundo cada vez m醩 estrechamente vinculado por el comercio, las corrientes de capital y las comunicaciones, pero en el que la brecha entre ricos y pobres es m醩 grande que nunca, el desarrollo es una empresa que no admite espera.
縌u? desean -y necesitan- obtener los pa韘es menos adelantados de estas nuevas negociaciones?
En primer lugar, mercados m醩 abiertos para sus exportaciones. Un mejor acceso a los mercados ofrece oportunidades. Una serie de estudios ha puesto de manifiesto que, a鷑 despu閟 de la aplicaci髇 satisfactoria de la Ronda Uruguay, seguir?existiendo un n鷐ero considerable de obst醕ulos importantes. La reducci髇 de los aranceles aplicados en sectores como los textiles, el vestido y los productos agropecuarios tiene un inter閟 fundamental para los pa韘es en desarrollo, y son un elemento clave para conseguir un resultado equilibrado en Seattle.
El mejoramiento del acceso a los mercados constituye un objetivo de especial importancia para los pa韘es menos adelantados. Todos ustedes tienen conocimiento de la propuesta formulada por mi predecesor Renato Ruggiero, y que yo he hecho m韆, de que los pa韘es menos adelantados puedan beneficiarse de un acceso en r間imen de franquicia arancelaria para todas sus exportaciones. 緾u醠 ser韆 el costo real que supondr韆 para las naciones m醩 ricas la supresi髇 de todos los obst醕ulos a las exportaciones procedentes de las naciones m醩 pobres, habida cuenta especialmente de que esas exportaciones s髄o representan un 0,5 por ciento del comercio mundial? Este peque駉 esfuerzo que tendr韆 escasas repercusiones econ髆icas para los pa韘es adelantados, entra馻r韆 considerables beneficios comerciales para muchos pa韘es menos adelantados, y, sobre todo, dar韆 un contenido pol韙ico real a nuestro compromiso de encontrar soluciones a la marginaci髇, y al objetivo que todos compartimos de la erradicaci髇 de la pobreza.
En segundo lugar, asistencia t閏nica. Los pa韘es en desarrollo, y especialmente los m醩 pobres, necesitan tener acceso al sistema comercial y al mecanismo institucional de la OMC. Hemos de conseguir que el sistema de la OMC funcione para todos. Es preciso mejorar la participaci髇 en la OMC, especialmente de aquellos que carecen de representaci髇 en Ginebra, que no consideran el sistema como propio y que se sienten marginados actualmente. Estos pa韘es necesitan asistencia en la esfera de la aplicaci髇 de los compromisos vigentes, de la soluci髇 de diferencias y del desarrollo de conocimientos especializados en pol韙ica comercial, para promover mejor sus intereses leg韙imos, lo que redundar?en beneficio de todos.
Esta es la raz髇 por la que, hace dos a駉s, adoptamos conjuntamente con la UNCTAD, el CCI, el Banco Mundial, el PNUD y el FMI un nuevo enfoque de la asistencia t閏nica, y establecimos un marco integrado en el que esas instituciones internacionales piden a los propios pa韘es que elaboren un programa orientado a la obtenci髇 de resultados concretos y adaptado a sus necesidades. Esa es tambi閚 la raz髇 por la que, el mes pasado, organizamos la "Semana en Ginebra" para que las delegaciones de pa韘es que no cuentan con misiones en esa ciudad pudieran participar en nuestros trabajos, y especialmente en las etapas preparatorias de la Conferencia de Seattle. 縀s eso suficiente? Desde luego que no. Pero se trata de un primer paso, de un punto de partida. Dos de mis adjuntos proceden de pa韘es en desarrollo: uno de ellos es el primer Director General Adjunto de 羏rica y de un PMA. Es necesario que salgamos de Seattle con un margen de maniobra claro y concreto para reforzar y mejorar la prestaci髇 de asistencia t閏nica, especialmente mediante el Marco Integrado para la Asistencia T閏nica Relacionada con el Comercio para pa韘es menos adelantados.
En tercer lugar, creaci髇 de capacidad. Es necesario que hagamos expreso el v韓culo que existe entre demanda y oferta, entre el acceso a los mercados y la capacidad de obtener beneficios de ese acceso. La eliminaci髇 de los obst醕ulos comerciales no ser?suficiente a menos que reduzcamos simult醤eamente los obst醕ulos con los que, en el plano de la oferta, se enfrentan muchos pa韘es en desarrollo menos adelantados y que afectan a esferas que van desde las infraestructuras y el establecimiento de instituciones hasta la atenci髇 de salud, la ense馻nza y la pol韙ica social. Creo que el Marco Integral de Desarrollo y las estrategias de reducci髇 de la pobreza del Banco Mundial pueden ser importantes veh韈ulos para una integraci髇 m醩 estrecha en el desarrollo de la creaci髇 de capacidad relacionada con el comercio y contribuir a que el comercio propicie el desarrollo humano y la mitigaci髇 de la pobreza. Hemos de considerar la asistencia t閏nica de la OMC y la creaci髇 de capacidad por el Banco Mundial como dos caras de la misma moneda: una estrategia integrada para dotar a los pa韘es en desarrollo de los recursos productivos que necesitan para adquirir la condici髇 de asociados plenos en la econom韆 mundial.
Nuestra colaboraci髇 con el Banco en un nuevo programa coordinado de apoyo al comercio y creaci髇 de capacidad avanza por buen camino, y estoy en condiciones de informarles de que los pa韘es en desarrollo contar醤 ya con el pleno respaldo de la OMC, el Banco Mundial y el FMI en su participaci髇 en nuevas negociaciones comerciales. Agradezco al Banco y el Fondo que hayan renovado ese compromiso en una declaraci髇 conjunta que Michel Camdessus, Jim Wolfensohn y yo haremos ma馻na. Somos conscientes tambi閚 de que son necesarios nuevos recursos y no podemos partir de Seattle con un mandato para la asistencia al desarrollo que no cuente con la financiaci髇 necesaria. En los cuatro d韆s pr髕imos, pedir?a los Ministros de Comercio que encuentren los fondos que necesitamos para respaldar una asistencia t閏nica relacionada con el comercio m醩 eficaz a los pa韘es en desarrollo, y especialmente para ayudar a esos pa韘es a obtener los recursos que necesitan para financiar el cumplimiento de sus obligaciones en el marco de la OMC.
En cuarto lugar, el alivio de la deuda. Quiero subrayar la gran importancia que los pa韘es menos adelantados atribuyen al alivio de la deuda y manifestar mi apoyo a los esfuerzos que realizan actualmente el G-7, el FMI, el Banco Mundial y los pa韘es acreedores para resolver definitivamente esta cuesti髇. En Seattle, se presenta a los pa韘es adelantados la oportunidad de unir el alivio de la deuda al acceso libre a los mercados para el mayor n鷐ero posible de pa韘es muy endeudados. Un enfoque imaginativo del acceso a los mercados, el alivio de la deuda y la creaci髇 de capacidad pueden ser los tres pilares de una nueva estrategia para incorporar a los pa韘es menos adelantados al cauce general del sistema. Nuestra tarea no es s髄o una empresa econ髆ica, sino tambi閚 una cruzada moral. El comercio no es un fin en s?mismo, ni la 鷑ica respuesta a los problemas. Seg鷑 la UNCTAD, un pa韘 de 羏rica gasta nueve veces m醩 en el reembolso de la deuda que en atenci髇 de salud, y ello cuando hay una epidemia de SIDA. Necesitamos inversiones, infraestructuras, ense馻nza, formaci髇 y conocimientos especializados para obtener beneficios del acceso a los mercados que puede lograrse en esta conferencia.
En quinto lugar, el reconocimiento de la importancia de las nuevas tecnolog韆s. Los pa韘es en desarrollo precisan un mayor acceso a tecnolog韆s y servicios modernos, como las telecomunicaciones, los servicios financieros, las tecnolog韆s de la informaci髇 y el comercio electr髇ico. En opini髇 de algunos, esas cuestiones comerciales son propias de los pa韘es desarrollados. No hay nada que est?m醩 lejos de la realidad. La liberalizaci髇 en esos sectores afecta a los elementos b醩icos de las econom韆s modernas. Hemos de considerar que la tecnolog韆 no debe ser una barrera entre el Norte y el Sur, sino un puente que hemos de construir juntos, no s髄o en nombre de la justicia social, sino tambi閚 porque todos somos en 鷏timo t閞mino clientes de todos. He podido o韗 que el Embajador de un pa韘 en desarrollo manifestaba su prop髎ito de no tomar parte en las negociaciones sobre el comercio electr髇ico porque 閟te favorece a las naciones adelantadas; lo que equivale a haber dicho, en otra 閜oca, que no se quer韆n carreteras, electricidad o ferrocarriles.
Un acuerdo sobre comercio electr髇ico redunda en beneficio de todos.
En sexto lugar hemos de destacar la importancia que tienen las inversiones, la competencia y la apertura econ髆ica para el desarrollo, as?como la necesidad de analizar esas cuestiones de forma flexible e imaginativa. Una nueva ronda de negociaciones representa sobre todo una oportunidad de que los propios pa韘es en desarrollo sigan utilizando la apertura y la liberalizaci髇 como instrumentos para su propio crecimiento econ髆ico. Actualmente, todos los pa韘es -especialmente los menos adelantados- necesitan inversiones extranjeras directas, y muchos dirigentes importantes encabezan misiones destinadas a atraer esas inversiones. En el G-77, un Ministro se ha quejado de que los pa韘es menos adelantados reciben menos del 1 por ciento de las inversiones extranjeras directas (se trata del primer Director General que ha intervenido en las reuniones del G-77, los pa韘es ACP y la OUA). Las inversiones directas, si se efect鷄n en condiciones apropiadas, constituyen un elemento cr韙ico de la ecuaci髇 del desarrollo. De forma an醠oga, la facilitaci髇 del comercio, la transparencia de la contrataci髇 p鷅lica y pol韙icas de competencia eficaces pueden contribuir a crear el entorno adecuado para el crecimiento, tranquilizando a inversores y contribuyentes. Las pol韙icas comerciales abiertas y las reformas internas de signo liberal recogidas en acuerdos comerciales multilaterales hacen patente al mundo que las econom韆s en desarrollo son estables y fiables, y que su compromiso con el crecimiento es real.
Para poder beneficiarse del comercio, los pa韘es en desarrollo deben asumir una direcci髇 compartida en esta nueva ronda y una responsabilidad com鷑 por su 閤ito. A ese liderazgo deben contribuir todos los que est醤 en esta sala. Tenemos mucho que ganar y nada que perder. Un representante de Bangladesh me ha dicho que el valor de las exportaciones de textiles de su pa韘, que antes de la Ronda Uruguay era de 1 mill髇 de d髄ares EE.UU, asciende ahora a 3.000 millones.
Una cuarta parte de la producci髇 mundial cruza actualmente las fronteras nacionales, y esa proporci髇 es a鷑 mayor en el caso del conjunto de los pa韘es en desarrollo, y representa casi el 40 por ciento de su PIB. La realidad es que los pa韘es en desarrollo necesitan m醩 que nadie un sistema de comercio mundial abierto. M醩 que nadie, necesitan ustedes una ronda mundial de negociaciones para abrir sus econom韆s, para llevar a cabo reformas, para ganar nuevos mercados, y para configurar las normas del futuro. Estoy convencido de que un sistema de comercio multilateral m醩 fuerte contribuye mejor a sus objetivos de desarrollo. Los pa韘es en desarrollo necesitan mayor apertura y no menos; normas m醩 firmes y no m醩 d閎iles. Los pa韘es en desarrollo obtendr醤 los m醲imos beneficios de la OMC si aceptan al tiempo los compromisos de este sistema y sus oportunidades.
Rubens Ricupero, Secretario General de la UNCTAD y persona muy pr髕ima a este sistema, ha dicho que nuestros esfuerzos se encaminan a incorporar a los que est醤 al margen. Pero quienes est醤 al margen no son abstracciones que est閚 fuera de la econom韆 mundial, son 900 millones de personas que siguen viviendo con hambre y mal nutridas. Son los ni駉s que trabajan en las f醔ricas en vez de estudiar en los colegios. Muchas de esas personas siguen a鷑 privadas de las libertades econ髆icas y los derechos pol韙icos fundamentales. Hay muchas personas en los pa韘es en desarrollo que han sido olvidadas por el siglo XX y corren el riesgo de que se les deje atr醩 en el siglo XXI. Esta conferencia puede contribuir a igualar las condiciones. Los pueblos han sufrido el apartheid pol韙ico y si no rectificamos y reequilibramos la situaci髇, se nos acusar?de apartheid econ髆ico.
Nuestra tarea en los cuatro pr髕imos d韆s consiste en garantizar el 閤ito de la Conferencia Ministerial y dar comienzo a una nueva ronda equilibrada de negociaciones comerciales. Pero nuestro objetivo no es liberalizar el comercio por el comercio. Se trata de lograr un mejor nivel de vida para todos los pa韘es, desarrollados y en desarrollo, porque s髄o con un mejor nivel de vida podemos conseguir una atenci髇 de salud y una ense馻nza mejores, la erradicaci髇 del hambre, un medio ambiente m醩 sano y un mundo m醩 pac韋ico y m醩 justo. Se trata de incorporar a los marginados. Este es nuestro objetivo com鷑. Deseo firmemente trabajar con ustedes. Como siempre, pueden ustedes contar con mi total colaboraci髇.
Muchas gracias.