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MINISTERIAL
DE LA OMC (DOHA, 2001): DOCUMENTO DE INFORMACI覰
El
proceso preparatorio de la cuarta Conferencia Ministerial de la OMC
Los preparativos de la cuarta Conferencia Ministerial de la OMC comenzaron, en cierto modo, inmediatamente despu閟 del rev閟 sufrido en Seattle. A principios de 2000, el Presidente del Consejo General y el Director General anunciaron un amplio conjunto de medidas destinadas a promover la confianza.
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Conferencias Ministeriales de la OMC:
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Seattle,
1999
> Ginebra,
1998
> Singapur,
1996
Entre ellas figuran iniciativas espec韋icas para definir las dificultades a que hacen frente los PMA en la OMC, una nueva evaluaci髇 completa de la cooperaci髇 t閏nica y de las actividades de fomento de la confianza y un mecanismo separado para ocuparse de las cuestiones y preocupaciones relativas a la aplicaci髇, as?como un proceso espec韋ico para tratar de introducir mejoras en la esfera de la transparencia interna y la participaci髇 efectiva de todos los Miembros. A lo largo de 2000, estas medidas de fomento de la confianza fueron el centro de los debates del Consejo General, al tiempo que el Director General y la Secretar韆 de la OMC prosegu韆n varias iniciativas paralelas centradas en la comunicaci髇 con los Miembros sin representaci髇 permanente, el establecimiento de centros de referencias en los pa韘es en desarrollo y menos adelantados y el fortalecimiento de la cooperaci髇 con otros organismos internacionales, tales como el Banco Mundial y el FMI, para garantizar la coherencia y coordinaci髇 de las pol韙icas de desarrollo.
Adem醩 de las medidas de fomento de la confianza mencionadas supra, en el a駉 2000 tambi閚 se dio inici?a las negociaciones objeto de mandato sobre la agricultura y los servicios que, en conjunto, representan m醩 de las dos terceras partes de la producci髇 econ髆ica mundial. En 2000 las negociaciones se desarrollaron seg鷑 el calendario y programa previstos, con la participaci髇 activa de todos los Miembros de la OMC. A finales de marzo de 2001 se hizo un balance de los dos procesos de negociaci髇 y, en general, los Miembros estuvieron de acuerdo en que los trabajos realizados hasta la fecha hab韆n sido muy constructivos y ofrec韆n una base s髄ida para emprender los trabajos m醩 detallados de la segunda etapa.
El 8 de febrero de 2001 los Miembros de la OMC aceptaron el ofrecimiento de Qatar para dar acogida a la Cuarta Conferencia Ministerial y, al mismo tiempo, encomendaron al Presidente del Consejo General el mandato de que, en cooperaci髇 con el Director General, iniciara consultas sobre las cuestiones sustantivas y de organizaci髇 relacionadas con el proceso preparatorio de este acontecimiento.
El Presidente del Consejo General, Sr. Stuart Harbinson, Representante Permanente de Hong Kong, China, ha intensificado recientemente el proceso preparatorio utilizando para ello una lista de preguntas que se distribuy?el 20 de abril. El Presidente, en cooperaci髇 con el Director General y la Secretar韆, est?utilizando la lista de cuestiones y las aportaciones de las delegaciones como base para organizar nuevas consultas intensivas.
Hasta la fecha, el proceso preparatorio dirigido por el Presidente se ha desarrollado fundamentalmente en el marco de reuniones informales del Consejo General de participaci髇 abierta, completadas con otras consultas, en caso necesario. Este planteamiento refleja el deseo expresado por los Miembros durante los debates sobre la transparencia interna, en el sentido de que el proceso fuera transparente, a la vez que flexible y eficiente. La prioridad inmediata del proceso dirigido por el Presidente es precisar los elementos del programa de Doha y propiciar un acuerdo al respecto. En general, los Miembros han acogido con satisfacci髇 este m閠odo que pasa de lo particular a lo general. El Presidente ha desaconsejado que se hagan propuestas formales como las que se presentaron en 1999 y ha instado a las delegaciones a que muestren la m醲ima flexibilidad para encontrar un terreno com鷑 entre sus posiciones establecidas.
Desde principios de este a駉 varios Miembros de la OMC han emprendido iniciativas al margen de la estructura formal de la OMC para promover la inclusi髇 de una serie de puntos en el programa de negociaci髇 posterior a Doha. Estos denominados "procesos impulsados por los promotores" se han desarrollado con especial intensidad en las esferas del acceso a los mercados de los productos no agropecuarios, la inversi髇, la competencia y el medio ambiente. No se consideran un sustituto del proceso que se lleva a cabo en el Consejo General, sino una contribuci髇 a ese proceso, al igual que las opiniones divergentes de otros Miembros. Tanto el Presidente del Consejo General como el Director General han destacado que la incorporaci髇 de esas aportaciones al proceso preparatorio que se desarrolla en el Consejo General es responsabilidad de los promotores de esas iniciativas.
Los Miembros de la OMC tambi閚 est醤 dedicando tiempo y esfuerzos considerables al mecanismo de examen de la aplicaci髇, esto es, el proceso especialmente establecido para examinar las cuestiones y preocupaciones relativas a la aplicaci髇. Estas cuestiones siguen siendo muy delicadas en las relaciones entre algunos pa韘es en desarrollo y otros Miembros. El Director General ha seguido instando a todas las partes al respeto y al realismo, a fin de que estas complejas cuestiones se conviertan en una contribuci髇 positiva a los resultados de Doha y no en un problema. El Presidente del Consejo General se ha comprometido a examinar todas las cuestiones pendientes antes de finales de junio y se est醤 desplegando grandes esfuerzos para encontrar una soluci髇 aceptable.
El Director General ha expresado su intenci髇 de hacer una "verificaci髇 de la situaci髇 real" con los Miembros de la OMC para finales de julio, con objeto de informar con claridad y franqueza a los Miembros de la OMC de la situaci髇 y de las posibilidades que haya ofrecido hasta ese momento el proceso preparatorio. El Director General ha hecho hincapi?en la importancia de definir una masa cr韙ica de temas para finales de julio que constituir韆n la base de las decisiones que se adopten en la Cuarta Conferencia Ministerial. No obstante, pese al esp韗itu constructivo de las recientes consultas celebradas en Ginebra y en otros foros, los Miembros a鷑 distan mucho de haber dado respuesta a cuestiones fundamentales en relaci髇 con el programa de Doha. Las posiciones sobradamente conocidas e inamovibles siguen dominando los debates y, si bien hay algunas se馻les de flexibilidad que han empezado a manifestarse, se sigue teniendo la impresi髇 de que muchos de los participantes est醤 esperando a que los dem醩 hagan las primeras concesiones.
趌timamente en las reuniones internacionales celebradas fuera de Ginebra se viene prestando una importante atenci髇 al proceso preparatorio de la Conferencia Ministerial de Doha. Ahora bien, aunque los argumentos a favor del inicio de una nueva ronda parecen estar ganando terreno, ese giro pol韙ico tiene que traducirse a鷑 en progresos concretos. A fin de completar el proceso de Ginebra e impulsar el logro de resultados positivos en Doha, el Director General ha mantenido numerosos contactos con los Ministros, tanto en el plano bilateral como en reuniones internacionales. En esas reuniones, y en la 鷏tima ocasi髇 en la Reuni髇 Ministerial de la OCDE celebrada en mayo, el Director General ha se馻lado la urgente necesidad de que haya tanto una participaci髇 pol韙ica activa para dar a los mandatos de negociaci髇 la flexibilidad necesaria, como un seguimiento estrecho y continuo por parte de los Ministros para garantizar que el impulso pol韙ico recientemente reforzado se traduzca en acciones en Ginebra y, en 鷏tima instancia, en Doha.