Treinta años de adhesiones a la OMC
Desde su creación el 1 de enero de 1995 con el objetivo de supervisar los acuerdos comerciales multilaterales negociados por sus 128 Miembros iniciales, la OMC ha visto un aumento constante del número de Miembros y un continuo interés por parte de muchas economías que desean adherirse a la Organización. Como resultado, el porcentaje del comercio mundial que representan los Miembros de la OMC ha aumentado del 87% en 1995 a más del 98% en la actualidad.

En los últimos 30 años, 60 países y territorios aduaneros han solicitado su adhesión a la OMC. De ellos, 38 han completado el proceso, de modo que la OMC cuenta ya con 166 Miembros. Además, 22 economías se encuentran actualmente en distintas fases de negociación de su adhesión.
Aunque quienes desean adherirse a la OMC han seguido trayectorias similares de reforma económica, los procesos de adhesión a la OMC han variado considerablemente. Algunos completaron el proceso con relativa rapidez: por ejemplo, tras solo tres o cuatro años de negociaciones, la República Kirguisa y Omán se adhirieron a la OMC en 1998 y 2000, respectivamente. Otros, como Kazajstán y Seychelles, pasaron casi dos décadas negociando su adhesión antes de convertirse en Miembros, ambos en 2015. Estos plazos más largos reflejan el carácter evolutivo del proceso de adhesión.
A diferencia de las adhesiones en la era del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), las adhesiones a la OMC requieren reformas estructurales de gran alcance que van mucho más allá de la tradicional apertura del comercio, y que a menudo abarcan múltiples sectores de la economía en proceso de adhesión. Además, el proceso exige un profundo conocimiento de los sistemas económicos, los marcos de política y las prioridades de reforma del solicitante, y debe basarse en un amplio consenso interno.
Entonces, ¿por qué optan los gobiernos por asumir las rigurosas exigencias de la adhesión a la OMC? Para muchos, la respuesta reside en el deseo de modernizar las instituciones y las prácticas de reglamentación, mejorar el entorno empresarial y atraer la inversión extranjera directa. Estas motivaciones suelen ir acompañadas de objetivos nacionales más amplios, como las reformas orientadas al mercado, la reducción de la pobreza y el desarrollo sostenible.
La apertura del mercado y las reformas estructurales, por ejemplo, han sido fundamentales para la evolución de muchas economías. Tras la disolución de la Unión Soviética y Yugoslavia en 1991, el comercio internacional desempeñó un papel esencial en la transformación de las economías de los nuevos Estados independientes y en el fortalecimiento de sus vínculos con la economía mundial. La pertenencia a la OMC sirvió de poderoso vehículo para la modernización de estas economías, así como de otras que anteriormente eran economías de planificación centralizada, como China y Viet Nam.
Además, los países menos adelantados (PMA), empezando por las adhesiones de Camboya y Nepal en 2004, y más recientemente las de Comoras y Timor-Leste en 2024 — en total ha habido 11 adhesiones de PMA hasta la fecha —, han aprovechado el proceso de adhesión para sentar las bases de la reducción de la pobreza y el crecimiento económico sostenible.
En los casos de Cabo Verde, Samoa y Vanuatu, la adhesión a la OMC fue seguida de la graduación de la categoría de PMA (en 2008, 2014 y 2020, respectivamente). Para otros, como la República Democrática Popular Lao, Nepal y Camboya, la graduación está prevista para antes del final de esta década.
Dado que muchos PMA iniciaron sus procesos de adhesión siendo clasificados como “Estados frágiles y afectados por conflictos”, la pertenencia a la OMC también ha desempeñado un papel importante en la reconfiguración de la percepción de su potencial económico y de desarrollo.
Recientemente, los economistas de la OMC cuantificaron la repercusión económica de asumir los sólidos compromisos que exige la adhesión a la OMC. Su análisis reveló que las economías que aplicaban reformas y asumían compromisos más firmes durante las negociaciones de adhesión crecían, en promedio, 1,5 puntos porcentuales más rápido de lo que lo habrían hecho de otro modo. El examen de las adhesiones ya concluidas y de las que están en curso pone de relieve que el proceso de adhesión a la OMC sirve de catalizador para la reforma interna, contribuyendo a crear un entorno propicio para la resiliencia económica y el crecimiento sostenible.
Del mismo modo que han afianzado las transformaciones internas, las adhesiones a la OMC también han beneficiado al sistema mundial de comercio. Gracias a las adhesiones, el porcentaje del comercio mundial que representan los Miembros de la OMC ha aumentado del 87% en 1995 a más del 98% en la actualidad.
A pesar de la proliferación de acuerdos de libre comercio y del fuerte aumento de los obstáculos arancelarios, la inmensa mayoría de este comercio — todavía más del 70% — sigue desarrollándose con arreglo a los principios de la nación más favorecida (NMF) de la OMC. Esto ha propiciado la integración de las cadenas de suministro mundiales y, de ese modo, se han reducido los costos del comercio de todos los Miembros de la Organización.
El alcance de la OMC también puede medirse en términos demográficos. Cuando se creó la Organización, los Miembros originarios representaban solo el 69% de la población mundial. En la actualidad, gracias a la adhesión de nuevos Miembros, ese porcentaje ha aumentado al 94%. Dicho de otro modo, en los últimos 30 años la OMC ha ampliado su alcance a 2.000 millones de personas más, lo que ha reforzado aún más el carácter inclusivo y la relevancia mundial del sistema multilateral de comercio.
Más allá de sus reformas individuales, las economías que se han adherido a la OMC desde 1995 han hecho importantes contribuciones sistémicas a la Organización. Cada adhesión lleva a los Miembros a reflexionar sobre la mejor manera de defender y promover los valores fundamentales de la OMC. En consecuencia, las adhesiones han contribuido reiteradamente a profundizar, aclarar y modernizar las disciplinas existentes.
En conjunto, los Miembros que se han adherido han añadido más de 1.500 compromisos jurídicamente vinculantes al corpus de normas de la OMC. Estos compromisos — junto con las garantías de un mayor acceso a sus mercados internos de bienes y servicios — han hecho que la Organización sea más fuerte y dinámica y tenga una mayor capacidad de respuesta a la evolución de las realidades del comercio mundial.
En esferas clave, como la ayuda interna a la agricultura y la reglamentación de las empresas de propiedad estatal, los Miembros que se han adherido a lo largo de los últimos 30 años han asumido con frecuencia compromisos más amplios y detallados, lo que refleja una evolución de las obligaciones en relación con las normas vigentes de la OMC. En varias esferas — en particular la facilitación del comercio, los contingentes arancelarios y las subvenciones a la exportación — las negociaciones de adhesión también han logrado resultados concretos años antes de la aparición de las disciplinas comerciales multilaterales, lo que demuestra el carácter prospectivo del proceso de adhesión.
Solo en la esfera de la transparencia, los Miembros que se han adherido han adoptado más de 250 compromisos específicos. Algunos de estos Miembros podrían incluso considerarse “campeones de la transparencia”, dado que han presentado a la OMC amplias notificaciones sobre sus medidas comerciales, incluso en ámbitos en los que los Miembros originarios han sido menos comunicativos o en los que aún no existen disciplinas multilaterales, como la notificación de programas de privatización.
En la actualidad, 30 años después de la creación de la OMC, los Miembros que se han adherido representan más de una quinta parte del total. Las adhesiones son un catalizador del cambio: impulsan el reexamen del corpus de normas de la OMC, evitan que el sistema de comercio caiga en la complacencia y exigen que los Miembros originarios suban el listón al nivel fijado por los nuevos Miembros. Esto ha sido especialmente importante en los últimos años, ya que el sistema multilateral de comercio se ha visto sometido a una presión cada vez mayor.
Los Miembros en proceso de adhesión son una fuente de esperanza para el futuro del sistema de comercio. Incluso en un contexto de incertidumbre mundial y crecientes desafíos, muchos de ellos han mantenido un compromiso activo, reconociendo que no está garantizada la prosperidad de ninguna economía de forma aislada, por grande o pequeña que sea.
La admisión de nuevos Miembros ha sido un verdadero éxito, pero la labor sobre las adhesiones a la OMC dista mucho de haber concluido. Veintidós gobiernos — un grupo diverso, cuya futura adhesión enriquecerá aún más a la OMC — siguen en proceso de adhesión.
Como institución, la OMC tratará de apoyar a estos gobiernos mediante la prestación de asistencia técnica y la creación de capacidad específicas. Como siempre, una esfera clave de interés será la adhesión de los PMA restantes, todos ellos clasificados también como Estados frágiles y afectados por conflictos. El apoyo a estos países en sus procesos de adhesión a la OMC, a través de programas específicos y enfoques adaptados, puede servir de catalizador para la reforma económica, la creación de instituciones y la integración en el sistema mundial de comercio. Con el tiempo, esto también puede contribuir a fomentar la estabilidad y la paz duraderas y a establecer una vía gradual para salir de la fragilidad y avanzar hacia una mayor resiliencia.
A lo largo de los años, ha quedado cada vez más claro que la integración en el sistema multilateral de comercio no termina en la fecha de adhesión de una economía. De hecho, el período inmediatamente posterior a la adhesión presenta una serie de retos específicos, sobre todo para los gobiernos con una capacidad institucional y administrativa limitada.
Si bien la OMC reconoce la necesidad de un apoyo sostenido durante esta fase crítica — en la que los Miembros de reciente adhesión se ven a menudo obligados a aplicar nuevas reformas internas para cumplir sus compromisos en el marco de la Organización —, aún no ha establecido mecanismos institucionales sólidos para prestar un apoyo específico durante ese período. Hay margen de mejora en este ámbito, y especialmente en el apoyo a la integración efectiva de los PMA de reciente adhesión.
Treinta años después de la creación de la OMC, las adhesiones siguen renovando y enriqueciendo la Organización. Como los nuevos Miembros siguen aportando nuevas perspectivas y un compromiso renovado con el sistema multilateral de comercio, las adhesiones a la OMC seguirán siendo un poderoso motor para la reforma, la cooperación internacional y la integración económica mundial.