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OMC: NOTICIAS 2009
> Más información sobre el examen global
> Programa con enlaces a los ficheros audio
Permítanme comenzar dando las gracias al
Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, por dirigirse a
esta asamblea. Su presencia muestra claramente el firme compromiso de
toda la familia de las Naciones Unidas con la iniciativa de la Ayuda
para el Comercio.
Ha pasado un año y medio desde que tuve el honor de acoger una reunión
similar de Directores de organismos, instituciones financieras
internacionales, donantes y países asociados en nuestro primer Examen de
la Ayuda para el Comercio. En la reunión de hoy veo muchas de esas caras
y otras nuevas. Doy la bienvenida a todos.
Hemos recorrido un largo camino desde que pusimos en marcha esta
iniciativa en 2005. La Ayuda para el Comercio ha iniciado una nueva
etapa. Está cumpliendo sus promesas. Estamos pasando de hacer posible el
comercio a hacer que se produzca. En los últimos 18 meses hemos hecho
hincapié en la realización de actividades nacionales y regionales.
También hemos perfeccionado nuestro marco de vigilancia, efectuando una
labor relativa a los indicadores como complemento del procedimiento de
autoevaluación y de la vigilancia de las corrientes de Ayuda para el
Comercio. La participación de los países en desarrollo Miembros ha sido
un resultado muy gratificante de las actividades de vigilancia de este
año.
Las reuniones regionales de examen que precedieron a esta reunión,
celebradas en Zambia, Jamaica y Camboya, han puesto de relieve el
compromiso de los asociados y los donantes de cooperar y coordinarse en
la búsqueda de objetivos comunes. Se han hecho progresos palpables al
convertir los compromisos en medidas de aplicación. Mañana mostraremos
tres ejemplos de cada una de estas actividades. Nos ofrecen una
excelente oportunidad de aprender de lo que se ha realizado con éxito en
las distintas regiones y hacer que la Ayuda para el Comercio sea una
práctica idónea de la comunidad mundial. También nos recuerdan la
importancia de la dimensión regional de la Ayuda para el Comercio, que a
mi juicio debería ser un elemento central de nuestra estrategia a medida
que avanzamos.
Ángel Gurría” y su equipo de la OCDE también han hecho un buen trabajo
en la elaboración de nuestra publicación emblemática sobre Ayuda para el
Comercio para esta reunión. Si la edición de 2007 rompió moldes, la de
este año es merecedora de un premio, habida cuenta de la profundidad de
su análisis y de la claridad de su presentación. Muestra una imagen
optimista del comercio como prioridad de las estrategias nacionales de
desarrollo de los países asociados; del aumento y la mayor eficacia de
la Ayuda para el Comercio ofrecida por los donantes, y de la
participación de nuevos asociados en la cooperación Sur-Sur. Y el
aumento de la Ayuda para el Comercio que anunciará se ha logrado sin
reducir los recursos destinados a otras prioridades de desarrollo como
la salud, la educación o el medio ambiente. Estos temas se abordarán en
mayor profundidad en reuniones posteriores.
No quiero por ello dejar de ser sincero. El entorno comercial mundial ha
empeorado espectacularmente desde nuestro primer examen. El crecimiento
del comercio mundial, cifrado en un 6 por ciento en 2007, se ha
convertido en una previsión de contracción del 10 por ciento en 2009.
Nos encontramos ante uno de los problemas más graves a los que se ha
enfrentado el sistema multilateral de comercio desde su creación. La
crisis tiene un rostro humano. Los objetivos de alivio de la pobreza,
tanto en el marco de los ODM como en otros ámbitos, han pasado a ser más
difíciles de alcanzar debido, entre otras cosas, a la disminución de la
demanda de exportación de mercancías. Nadie sabe cuándo comenzará la
recuperación. Para todas las partes interesadas, es evidente que nunca
será demasiado pronto. Una cosa está clara. Si en 2007 la Ayuda para el
Comercio era urgente, hoy es esencial. Es la inversión que permitirá a
muchos países en desarrollo prepararse para salir de la crisis al
aumentar su capacidad comercial.
Los esfuerzos de las instituciones financieras internacionales y los
donantes reunidos hoy aquí para responder a esta crisis son encomiables.
Una iniciativa fundamental en la que nuestros esfuerzos colectivos están
comenzando a dar frutos es el Marco Integrado mejorado para los PMA.
Tras meses de arduo trabajo de todas las partes interesadas, me complace
observar que ya es plenamente operativo y que se acaba de aprobar la
financiación de los dos primeros proyectos, para el Yemen y Sierra
Leona.
Otro ejemplo que expondremos hoy más adelante es el Programa de Liquidez
Comercial Global. En los eventos regionales que tuvieron lugar en 2007,
antes de la crisis actual, se señaló que la financiación del comercio
era un problema importante. Desde entonces la situación ha empeorado. Se
trata de una respuesta muy concreta a las limitaciones relacionadas con
la oferta, y se ajusta al mandato que nos impartieron los Ministros en
Hong Kong.
Esta es la razón por la que el tema de este Examen Global es “Mantener
el impulso”. Esto es absolutamente indispensable. El proceso del G-20
destacó la importancia de respetar los compromisos de aumentar la ayuda.
También aportó una nota de optimismo al reafirmar los compromisos de
alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio y cumplir las promesas
de AOD, incluidos los compromisos relativos a la Ayuda para el Comercio
y el alivio de la deuda y los compromisos de Gleneagles, en especial con
el África Subsahariana. Debemos asegurarnos colectivamente de que este
compromiso no se debilite y comenzar a prepararnos para el futuro, más
allá de los compromisos actuales de duplicar la Ayuda para el Comercio
para 2010.
No hay que olvidar que la recompensa es la mejora de los resultados
comerciales de los países en desarrollo y, en particular, de los países
menos adelantados. Estos resultados comerciales deben a su vez propiciar
el crecimiento económico que permita a los pueblos salir de la pobreza.
La fuerte disminución de la demanda de exportación no debe hacernos
olvidar los enormes avances logrados en el último decenio gracias a la
apertura de los mercados y las economías. Esta es la razón por la que
una conclusión temprana y satisfactoria de la Ronda de Doha mejorará las
oportunidades de acceso a los mercados de los países que más lo
necesitan. Y la Ayuda para el Comercio debe permitir, en particular a
los Miembros más pobres de nuestra organización, aprovechar estas
oportunidades de acceso a los mercados. Nuestro objetivo común es
demostrar lo que todos sabemos: que vale la pena hacer realidad la Ayuda
para el Comercio y que vale la pena hacerlo bien.
¿Y quién se encargará de ello? La respuesta es ustedes, nuestros
asociados y Miembros. Lo harán integrando el comercio en sus estrategias
nacionales de desarrollo, respetando sus compromisos de ayuda y
asumiendo otros nuevos, traduciendo sus compromisos en medidas concretas
y concluyendo la Ronda de Doha. Estoy seguro de que, colectivamente,
podemos cumplir este compromiso.
El papel del sector privado y su contribución son igualmente esenciales
para que estos esfuerzos den su fruto. Por ello, he celebrado amplias
consultas con Patricia Francis, del CCI, sobre el modo de elaborar una
estrategia global para reforzar ese papel, en particular en los países
en desarrollo. El papel del sector privado también será un pilar central
de nuestra futura hoja de ruta.
Aunque no somos un organismo de desarrollo ni aspiramos a serlo,
seguimos resueltos a desempeñar nuestra función coordinadora. Permítanme
expresar, en nombre propio y en el de Valentine Rugwabiza y su equipo, a
quienes quiero dar las gracias públicamente, nuestro reconocimiento por
todos sus esfuerzos colectivos. En los próximos dos días también
intercambiaremos opiniones sobre las próximas etapas, que todos deseamos
sean tan ambiciosas como la que concluirá mañana.
Muchas gracias.
Quisiera invitar a Ángel Gurría”. Secretario General de la OCDE, a hacer
uso de la palabra.
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