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PRESS/251
9 de noviembre de 2001
Una
d閎il econom韆 mundial exige un programa de
negociaciones amplio ?informe del Director
General de la OMC para 2001
Mike Moore, Director General de la OMC, dice en su 鷏timo informe anual sobre la evoluci髇 del entorno comercial internacional que los ministros que asistan a la Cuarta Conferencia Ministerial de la OMC que se celebrar?en Doha del 9 al 13 de noviembre de 2001 deber醤 poner urgentemente en marcha un programa de negociaciones amplio.
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Mike Moore
Seg鷑 el informe, el incremento de la producci髇 de mercanc韆s en un 4 por ciento en 2000 y el crecimiento del comercio en un 12 por ciento fueron 揺xtraordinarios? los m醩 importantes en m醩 de un decenio. Pero 揺l contraste entre las cifras del a駉 2000 y las cifras disponibles para el primer semestre del a駉 2001 dif韈ilmente podr韆 ser mayor?
El informe, que tambi閚 incluye res鷐enes de las actividades de la OMC y de las medidas adoptadas por los gobiernos Miembros en las esferas de pol韙ica abarcadas por la Organizaci髇, explica c髆o el buen criterio de los gobiernos y las normas de la OMC contribuyeron a reducir el impacto de la crisis financiera de Asia Sudoriental que comenz?en 1997.
Seg鷑 se馻la el Director General en su informe, el comercio 損as?a ser parte integrante de la soluci髇 y result?indisociable tanto del retorno de la confianza como de la recuperaci髇. Pocas veces han sido tan evidentes las ventajas del comercio? Concluye diciendo que unas nuevas negociaciones tendr韆n el mismo efecto respecto de la actual desaceleraci髇 econ髆ica mundial.
El informe anual, en el que se exponen las principales actividades de la OMC y los problemas importantes de pol韙ica que afectan al sistema de comercio, est?listo para su examen por los gobiernos Miembros de la OMC. El Sr. Moore ha decidido que el informe de este a駉 se ponga a disposici髇 del p鷅lico en cuanto publicaci髇 de la OMC.
A continuaci髇 se reproducen la introducci髇 y resumen:
Introducci髇
La Organizaci髇 Mundial del Comercio contribuye con un conjunto de normas convenidas al mantenimiento ordenado de los intercambios comerciales entre sus Miembros. Esas normas cumplen bien su prop髎ito. La reciente crisis financiera que surgi?en Asia Sudoriental constituye un ejemplo tan severo como revelador. Hace 60 a駉s una crisis financiera condujo inexorablemente a una grave depresi髇; eran muchas las causas de que as?fuera, y entre las m醩 influyentes se contaba el reflejo del nacionalismo econ髆ico que llevaba a los pa韘es a cerrar sus mercados para proteger a los productores nacionales de las importaciones 揵aratas? El comercio pas?a ser parte integrante del problema. A mediados de 1997 las dificultades de cierto banco de Asia Sudoriental promovieron una disminuci髇 considerable de la producci髇 en esa regi髇 y como consecuencia de ello los mercados mundiales se estremecieron al quedar en entredicho el orden financiero. El buen criterio de los gobiernos y las normas de la OMC mantuvieron los mercados abiertos; el excedente de producci髇 de los pa韘es en crisis, que hubieron de adoptar decisiones dif韈iles, encontr?salida con facilidad en el mercado de los pa韘es pr髎peros. El comercio pas?a ser parte integrante de la soluci髇 y result?indisociable tanto del retorno de la confianza como de la recuperaci髇. Pocas veces han sido tan evidentes las ventajas del comercio.
El comercio ampl韆 la gama de opciones del consumidor, incrementa los ingresos nacionales y prodiga las se馻les que permiten una asignaci髇 de recursos adecuada, lo que a su vez fomenta el empleo, el desarrollo y el crecimiento. El sistema multilateral de comercio que incorpora la OMC preserva esas ventajas. El cap韙ulo I del presente informe ilustra con claridad la transici髇 hacia una desaceleraci髇 econ髆ica mundial. Los intercambios comerciales han frenado su progresi髇 y la confianza es tenue. Una continuaci髇 del proceso de reforma y liberalizaci髇 de las pol韙icas comerciales, en particular al abordar el amplio programa de las negociaciones en la Cuarta Conferencia Ministerial, contribuir韆 considerablemente a generar confianza y garantizar que el sistema desempe馻 plenamente su papel en la promoci髇 de la recuperaci髇 y el crecimiento.
La raz髇 de ser de la OMC es permitir a sus Miembros acrecentar las ventajas del comercio y aprovecharlas de forma eficiente. Cumple su papel merced a la adhesi髇 de los Miembros a los principios fundamentales y arraigados en la l骻ica econ髆ica de la no discriminaci髇, la estabilidad y previsibilidad, y la transparencia. Estos elementos modulares de la OMC sirven para reducir los costos y para fomentar un entorno de certeza, que a su vez facilita enormemente el comercio al permitir un flujo m醩 libre de los bienes y servicios. El cap韙ulo II informa acerca de las actividades recientes de los Miembros en la labor que siguen realizando para mantener y reforzar a la OMC. En particular la parte A del cap韙ulo informa sobre la continuaci髇 de las negociaciones sobre la agricultura y los servicios, que eran objeto de mandato y en la actualidad han iniciado con 閤ito su segunda etapa; sobre las cuestiones e inquietudes relacionadas con la aplicaci髇 de los Acuerdos de la OMC, un 醡bito de considerable peso espec韋ico para todos los Miembros; sobre los preparativos para la Cuarta Conferencia Ministerial, respecto de la cual se ha ido generando durante todo el a駉 el impulso pol韙ico necesario para la adopci髇 de un programa de negociaciones m醩 amplio; as?como sobre otras cuestiones de inter閟 vital para el sistema, con inclusi髇 de las adhesiones a la OMC, la creaci髇 de capacidad relacionada con el comercio, la asistencia t閏nica y el mecanismo de soluci髇 de diferencias, que garantiza que los conflictos comerciales se solucionan atendiendo al imperio de la ley y no al poder, y todo ello a su debido tiempo.
La parte B del cap韙ulo II ofrece informaci髇 sobre las tendencias de la pol韙ica comercial entre los Miembros de la OMC y formula la importante puntualizaci髇 de que en buena medida no se han materializado los temores de que el fracaso de la Tercera Conferencia Ministerial de Seattle podr韆n dar lugar a un resurgimiento del proteccionismo a la hora de convenir el programa de una nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales; se ha mantenido la tendencia hacia unas pol韙icas comerciales m醩 liberales. Sin embargo, subsisten importantes obst醕ulos al comercio; siguen siendo amplias las perspectivas de una reducci髇 de la protecci髇 arancelaria, siguen en cuesti髇 las subvenciones 梕specialmente en la agricultura?y se ha reducido ligeramente la eliminaci髇 de las restricciones en los textiles y las prendas de vestir. La tendencia creciente a la utilizaci髇 de instrumentos de defensa comercial, y en particular de medidas antidumping, se fren?en 2000 pero las medidas en vigor siguen siendo considerablemente m醩 numerosas que en 1997 y es mayor el n鷐ero de Miembros que est醤 utiliz醤dolas. Esta secci髇 se馻la igualmente que se ha producido una aceleraci髇 en el ritmo de la liberalizaci髇 aut髇oma en los servicios, un sector que ejerce una influencia importante tanto en la actuaci髇 como en el desarrollo econ髆icos, que, a la vista del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio de la OMC (ADPIC), muchos pa韘es con econom韆s en desarrollo y de transici髇 han tomado medidas para adoptar nuevas normas en materia de propiedad intelectual si bien varios Miembros hacen frente a dificultades en lo relativo a la aplicaci髇; y tambi閚 que la tendencia favorable a la concertaci髇 de acuerdos comerciales regionales sigue progresando a buen ritmo.
Los cap韙ulos III a VI se ocupan de temas escogidos. El cap韙ulo III, trata la participaci髇 de los pa韘es en desarrollo en el comercio mundial y las actividades de la OMC, observa que la OMC tiene una funci髇 esencial que desempe馻r en la promoci髇 de las perspectivas de desarrollo. Con todo, se requieren nuevas medidas para potenciar las ventajas que los pa韘es en desarrollo pueden obtener de la OMC. Seguramente ello exigir?solucionar las persistentes distorsiones comerciales, incluidas las crestas y la progresi髇 arancelarias, tanto en los pa韘es desarrollados como en los pa韘es en desarrollo, que afectan a diversos productos cuya exportaci髇 presenta gran inter閟 para los pa韘es en desarrollo. Tambi閚 es importante que siga subray醤dose la creaci髇 de capacidad en los pa韘es en desarrollo y el apoyo a la reforma de las pol韙icas comerciales tradicionales en el marco de sus objetivos generales de desarrollo.
El cap韙ulo IV se ocupa de las adhesiones a la OMC. La Cuarta Conferencia Ministerial completar?los procesos de adhesi髇 de China y del Taipei Chino; adem醩, otros 28 gobiernos han emprendido el proceso de adhesi髇, lo que refleja fielmente el valor que los pa韘es confieren a un sistema multilateral de comercio basado en normas. Cada adhesi髇 a la OMC aporta una doble ganancia incondicional para el sistema. El gobierno que est?en proceso de adhesi髇 maneja un r間imen comercial m醩 previsible y transparente, abre sus mercados a sus interlocutores comerciales y con frecuencia cimienta reformas cuya finalidad es promover el crecimiento y el desarrollo. El nuevo Miembro obtiene derechos y condiciones de adhesi髇 similares y los compromisos se cumplen 梕n ambas partes?merced a la soluci髇 de diferencias. Por tanto las reformas en el 醡bito nacional y la integraci髇 de la econom韆 mundial avanzan a la par en la promoci髇 de las perspectivas de crecimiento tanto del gobierno en proceso de adhesi髇 como de los Miembros existentes.
En el cap韙ulo V se consideran dos de las cuestiones que han destacado los cr韙icos de la OMC: el acceso a los medicamentos esenciales en los pa韘es de bajos ingresos en relaci髇 con el Acuerdo sobre los ADPIC y tambi閚 la repercusi髇 potencial del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) en la calidad y la disponibilidad de los servicios de salud y educaci髇. En relaci髇 con la primera cuesti髇, cuya importancia es primordial tanto para la salud de la poblaci髇 como para lograr un desarrollo sostenido, el cap韙ulo expone con claridad que el Acuerdo sobre los ADPIC aporta una flexibilidad, de la que han hecho uso los Miembros, que puede moderar el ejercicio de los derechos exclusivos de los titulares de patentes. La naturaleza y alcance exactos de los criterios de flexibilidad del Acuerdo se est醤 examinando y pueden dar lugar a que los Miembros tomen medidas para garantizar que el Acuerdo se aplique de una forma que contribuya a que los medicamentos sean asequibles, especialmente para los m醩 necesitados. En cuanto a la segunda cuesti髇, los cr韙icos aducen que el AGCS condiciona la posibilidad que tienen los gobiernos de proteger la salud p鷅lica y los servicios de educaci髇 y/o de aplicar las necesarias normas de calidad. Tambi閚 se dice que las negociaciones en curso sobre los servicios se han planteado como objetivo la liberalizaci髇 del comercio de servicios de salud y educaci髇. Este objetivo no ha sido apoyado por los Miembros. Adem醩, de conformidad con el AGCS, los gobiernos disponen de absoluta discrecionalidad para contraer compromisos en los servicios abarcados, incluidos los de salud y educaci髇. De hecho, algunos pa韘es en desarrollo han contra韉o tales compromisos con la esperanza de atraer la inversi髇 a esos sectores y con miras a mejorar la calidad y disponibilidad de esos servicios esenciales. Este cap韙ulo aclara que las negociaciones no afectar醤 al derecho que ampara a los Miembros a perseguir los objetivos regulatorios que consideren apropiados dentro de sus jurisdicciones respectivas.
La no discriminaci髇 es la piedra angular de la OMC. Se trata de un principio incorporado en las disposiciones sobre el trato de naci髇 m醩 favorecida (NMF) del GATT, el AGCS y el Acuerdo sobre los ADPIC, y que resulta fundamental para todos los Acuerdos de la OMC. Al mismo tiempo, la OMC permite a los Miembros acordar uniones aduaneras y zonas de libre comercio, que por definici髇 aportan un elemento preferencial al comercio entre las partes del Acuerdo con respecto al resto del mundo. Esos acuerdos comerciales regionales se han convertido en la excepci髇 m醩 importante del principio NMF. La Secretar韆 ha identificado cerca de 170 acuerdos comerciales regionales y estima que su n鷐ero podr韆 ser de 250 en 2005; aproximadamente el 43 por ciento del comercio mundial se lleva a cabo en el marco de acuerdos comerciales regionales, un porcentaje que podr韆 rebasar el 50 por ciento en 2005. El cap韙ulo VI examina algunas de las cuestiones que se plantean a la OMC como consecuencia de los acuerdos comerciales regionales.
El cap韙ulo se馻la que la proliferaci髇 de acuerdos comerciales regionales constituye un riesgo para todo el sistema. No se trata tanto del potencial de desviaci髇 del comercio inherente a cada acuerdo comercial regional como de la repercusi髇 colectiva que un gran n鷐ero de acuerdos comerciales regionales, cada uno de ellos con su propio r間imen comercial a escala reducida, puede tener en un funcionamiento fluido del sistema de comercio multilateral basado en normas. El riesgo es menor y adem醩 es m醩 probable que los acuerdos comerciales regionales y la OMC se apoyen mutuamente cuando la OMC funciona correctamente y responde a las necesidades de sus Miembros. Entre las opciones de que dispone la OMC para responder de forma eficaz figura la continua liberalizaci髇 del comercio multilateral y un reforzamiento de las normas y procedimientos de la OMC. En este cap韙ulo se formula la advertencia de que, a la vista de la reciente y previsible proliferaci髇 del n鷐ero de acuerdos comerciales regionales, puede estar agot醤dose el plazo, lo que contribuye a a馻dir un elemento de urgencia a la importancia que presenta adoptar un programa de negociaciones amplio en la Cuarta Conferencia Ministerial.
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