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Lo que est?ocurriendo en la OMC
WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG MIKE MOORE

Zagreb, Croacia, 11 a 12 de junio de 2002

Conferencia de la OMC de Ministros de Comercio para Europa Central y Sudoriental

Es para m?un gran honor inaugurar esta Conferencia de la OMC de Ministros de Comercio para Europa Central y Sudoriental. Deseo expresar mi sincera gratitud al Gobierno de Croacia por organizar este importante acto. La Conferencia es una oportunidad para los pa韘es, Miembros y no miembros, y para los organismos participantes, de intercambiar informaci髇 y compartir ideas sobre la forma de aunar nuestros esfuerzos para hacer progresar la regi髇. Nos esclarecer? sobre c髆o asistir mejor a sus pa韘es para que participen satisfactoriamente en el sistema multilateral de comercio. Nos ayudar?asimismo a identificar medios de apoyarlos en sus preparativos para participar en el actual proceso de negociaci髇 de la OMC.

En los dos pr髕imos d韆s, debatiremos algunas de las cuestiones m醩 cr韙icas que se le plantean al sistema multilateral de comercio, a saber, la cooperaci髇 t閏nica, las adhesiones, las nuevas cuestiones surgidas en Doha, el regionalismo, y los retos y las oportunidades para el comercio y las inversiones. Es la primera conferencia de alto nivel de este tipo que la Secretar韆 de la OMC organiza en Europa Central y Sudoriental. Esta Conferencia es un comienzo; persistiremos en nuestro empe駉. Varios pa韘es de la regi髇 son Miembros de la OMC desde hace alg鷑 tiempo. Otros se han adherido recientemente a la OMC o se encuentran a鷑 en proceso de adhesi髇. Sus preocupaciones e intereses difieren seg鷑 los pa韘es pero tambi閚 hay una considerable conjunci髇 de intereses en algunas esferas. En todos los casos, puede y debe hacerse mucho para contribuir a su mayor integraci髇 en el sistema multilateral de comercio. Una integraci髇 m醩 amplia beneficiar?al sistema y a todos los Miembros.

Crear una econom韆 de mercado pr髎pera en las econom韆s de transici髇 es un desaf韔 colosal. Pero es factible. Los Miembros de la OMC y la liberalizaci髇 del comercio pueden contribuir a promover la prosperidad, la estabilidad y la paz. La liberalizaci髇 del comercio genera empleo y crecimiento, y las personas que se benefician de los intercambios comerciales crean estabilidad, la consolidan y suscitan el entendimiento. La condici髇 de Miembro de la OMC, o la perspectiva de adhesi髇, pueden ayudar a afianzar reformas econ髆icas liberales y a promover la defensa del imperio de la ley. El sistema de soluci髇 de diferencias de la OMC proporciona a los pa韘es una v醠vula de seguridad vital para que resuelvan sus diferencias comerciales sin recurrir a la fuerza. Por lo tanto, la liberalizaci髇 del comercio, la adhesi髇 al imperio de la ley y una soluci髇 pac韋ica de las diferencias mediante un foro multilateral como la OMC, son todos ingredientes que contribuyen a crear un clima de estabilidad. Me complace que las econom韆s en transici髇 desempe馿n un papel positivo y constructivo en el sistema multilateral de comercio.

Para una mayor integraci髇 de los pa韘es de su regi髇 en el sistema multilateral de comercio, es necesario que todas las principales partes interesadas cumplan su papel. Por esa raz髇 la OMC est?aqu? presente. Es tambi閚 el motivo por el que considero importante la participaci髇 en el programa de organismos multilaterales, bancos y 髍ganos regionales, as?como de donantes bilaterales. Aliento a los representantes de esas organizaciones a que participen activamente en el di醠ogo. Muchos pa韘es, para conservar el impulso de las reformas legislativas y econ髆icas nacionales, antes y despu閟 de adherirse a la OMC, tendr醤 que hacer esfuerzos considerables para crear capacidad humana e institucional y adquirir experiencia pr醕tica.

Mis colaboradores y yo estamos aqu?para aprender y trabajar con ustedes a fin de identificar oportunidades de prestar asistencia en asociaci髇 con otros organismos. En los dos pr髕imos d韆s, necesitar?su orientaci髇 y sabidur韆. Teniendo esto presente, perm韙aseme invitarles, al examinar varias cuestiones, a que centren su atenci髇 en preguntas como las siguientes:

  • 緾u醠es son las necesidades de sus pa韘es en relaci髇 con el programa de trabajo actual y futuro de la OMC?
  • 緾髆o podemos ayudarles a satisfacer esas necesidades?
  • 緿髇de hay carencias?
  • 縌u? m醩 debemos hacer, en asociaci髇 con los organismos, bancos y donantes multilaterales y regionales, para contribuir a subsanarlas?

Las respuestas a esas preguntas nos ayudar醤 a identificar las carencias y a subsanarlas, a medida que llevamos adelante el Programa de Doha para el Desarrollo. No puede esperarse hasta el a駉 pr髕imo para descubrir nuevos problemas: ser?demasiado tarde.

Para facilitar los debates en los dos pr髕imos d韆s, perm韙aseme referirme a algunos aspectos clave del actual programa de trabajo de la OMC. En la Conferencia Ministerial de Doha celebrada en el pasado mes de noviembre, los Miembros fijaron un plazo ambicioso que expira el 1?de enero de 2005 para la conclusi髇 de la actual ronda de negociaciones comerciales. No es mucho tiempo, pero los Miembros han estado encarando su labor con celeridad y responsabilidad. Hemos hecho progresos notables en materia de procedimiento:

  • Se ha establecido el Comit?de Negociaciones Comerciales.
  • Se ha determinado la estructura de las negociaciones.
  • Los Presidentes de los 髍ganos de negociaci髇 han sido elegidos.
  • Se han finalizado los programas de trabajo de la mayor韆 de los 髍ganos.
  • Los Miembros han convenido en celebrar la Quinta Conferencia Ministerial en Canc鷑 (M閤ico) del 10 al 14 de septiembre de 2003.

Hemos realizado progresos similares en otras esferas: los Miembros han apoyado plenamente nuestros esfuerzos en materia de asistencia t閏nica; la Secretar韆 ha reorientado sus prioridades en relaci髇 con el Programa de Doha para el Desarrollo; y tambi閚 hemos tomado iniciativas fruct韋eras con objeto de colaborar m醩 plenamente con la sociedad civil, incluido un simposio p鷅lico celebrado el mes pasado en el que hubo m醩 de 700 participantes.

Muchos comentaristas sugirieron que la adopci髇 de esas medidas llevar韆 largos meses, tal vez a駉s. Hab韆 sido esa la experiencia tras el inicio de la Ronda Uruguay. No obstante, en esta ocasi髇 hemos progresado hasta el momento r醦idamente, lo cual es alentador. Considero que podemos concluir la ronda dentro del plazo de tres a駉s acordado por los Ministros. Pero debemos acelerar el ritmo de las negociaciones.

Pr醕ticamente ha concluido la fase de establecimiento. Ya se aproxima el final de los plazos. S髄o disponemos de 16 meses hasta la Conferencia Ministerial en Canc鷑. Despu閟 de eso nos quedar?apenas m醩 de un a駉 para llevar la Ronda a t閞mino.

Creo que hemos comenzado de la mejor manera que pod韆 esperarse. Pero dados los plazos no hay cabida para la complacencia. Tampoco debemos confundir el progreso en materia de procedimiento con el progreso en cuanto al fondo. Esta tarde debatiremos m醩 en detalle algunas de las cuestiones que surgieron en Doha y los desaf韔s que nos aguardan. Sobre la base de mi experiencia en Doha, les puedo decir que es fundamental que mantengamos a los Ministros plenamente informados y dedicados a nuestra labor. La orientaci髇, los conocimientos y la flexibilidad que ustedes pueden darnos ser醤 necesarios en todos los puntos de las negociaciones. Incumbir?despu閟 a los negociadores comerciales de los Miembros de la OMC trabajar con dedicaci髇 y flexibilidad para obtener los enormes beneficios que ofrece el sistema multilateral de comercio.

El proceso de reforma interna que conlleva la mayor integraci髇 en el sistema multilateral de comercio tendr?muy amplias repercusiones econ髆icas, pol韙icas y sociales para las econom韆s en transici髇. Cambios de este tipo requieren visi髇 de futuro, coraje y determinaci髇. Exigen asimismo el consenso entre los grupos de inter閟 nacionales para apoyar los cambios, pese a las dificultades inevitables. Es necesario dar a conocer eficazmente los beneficios que supone el hecho de pertenecer a la OMC, para lograr el apoyo de los sectores clave de la sociedad. Es preciso, por ejemplo, que los empresarios participen mucho m醩 en nuestra labor y expresen mucho m醩 claramente su apoyo al sistema de comercio.

縋or qu?la OMC y la liberalizaci髇 comercial son tan cruciales para la prosperidad y la estabilidad? 縌u?argumentos convencer醤 a nuestros respectivos mandantes y lograr醤 aunar sus esfuerzos? Huelga insistir en estos conceptos en tan distinguida y docta compa耥a, pero dar?algunos ejemplos de lo que est?en juego:

  • En t閞minos econ髆icos, la reducci髇 en una tercera parte de los obst醕ulos al comercio en la agricultura, las manufacturas y los servicios dar韆 a la econom韆 mundial un impulso equivalente a 613.000 millones de d髄ares EE.UU. Ello representa a馻dir a la econom韆 mundial una econom韆 del tama駉 del Canad?
  • La eliminaci髇 de todos los obst醕ulos al comercio aumentar韆 el ingreso global en 2,8 billones de d髄ares EE.UU. y rescatar韆 de la pobreza a 320 millones de personas para el a駉 2015.
  • Desde el punto de vista del desarrollo, la eliminaci髇 de todos los obst醕ulos arancelarios y no arancelarios podr韆 proporcionar a los pa韘es en desarrollo beneficios de aproximadamente 182.000 millones de d髄ares EE.UU. en el sector de servicios, 162.000 millones en el sector manufacturero y 32.000 millones en el sector agropecuario.
  • Las subvenciones a la agricultura de la OCDE equivalen en d髄ares a dos tercios del PIB total de 羏rica. Mediante la eliminaci髇 de esas subvenciones se restituir韆 a los pa韘es en desarrollo el triple de la totalidad de la AOD. Kofi Annan desea reunir 10.000 millones de d髄ares para combatir el Sida; eso equivale solamente a 12 d韆s de subvenciones.

Nuestra tarea com鷑 es presentar estos argumentos al p鷅lico y tratar de buscar la energ韆 adicional con que su apoyo impulsar?nuestras negociaciones comerciales. Si 閟tos no fueran convincentes, contamos con una serie de argumentos adicionales:

  • Cada uno de los siete Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas -en sanidad, educaci髇, pobreza, etc.- requerir韆 54.000 millones de d髄ares EE.UU. anualmente, es decir, s髄o un tercio de los beneficios estimados que obtienen los pa韘es en desarrollo de la liberalizaci髇 comercial.
  • Perm韙aseme compartir, a t韙ulo ilustrativo, un libro que he le韉o recientemente. Tanto los mongoles como los noruegos pagaron a los Estados Unidos alrededor de 23 millones de d髄ares en concepto de aranceles el a駉 pasado. Claro est? que Mongolia export?143 millones de d髄ares y Noruega 5.200 millones, es decir, 40 veces m醩. De hecho, los mongoles pagaron 16 centavos para vender a los Estados Unidos el equivalente de 1 d髄ar en su閠eres y trajes, mientras que los noruegos pagaron 0,5 centavos por el equivalente de cada d髄ar en salm髇 ahumado de alta calidad, partes de motores de aviones y crudo del Mar del Norte.
  • Se馻lemos a quienes tienen preocupaciones medioambientales, que seg鷑 estudios realizados la eliminaci髇 de subvenciones a la pesca supondr韆 beneficios ecol骻icos considerables.

Por cierto, no es preciso esperar la conclusi髇 de la Ronda de Doha para el Desarrollo para que los pa韘es inicien reformas o liberalicen el comercio. Por ejemplo, la facilitaci髇 del comercio, de acuerdo con estudios realizados por el APEC y la UNCTAD, generar?ingentes beneficios. Las oportunidades de acceso a los mercados de poco sirven si los camiones quedan detenidos en las fronteras durante d韆s debido a demoras burocr醫icas. Los tr醡ites burocr醫icos y la mala gesti髇 p鷅lica, sea donde fuere, tanto en los pa韘es desarrollados como en los pa韘es en desarrollo o las econom韆s en transici髇, resultan costosos y perniciosos.

El Programa de Doha para el Desarrollo definir?las relaciones comerciales internacionales en la primera parte del nuevo siglo. Debemos cerciorarnos de que todos los pa韘es tengan la oportunidad de beneficiarse del mismo, as?como de contribuir a modelar el futuro del sistema multilateral de comercio. Nuestra Conferencia constituye un nuevo jal髇 en la integraci髇 de los pa韘es de esta regi髇 en el sistema multilateral de comercio. Aparte de estas pocas observaciones preliminares, celebro la oportunidad de estudiar con ustedes, en las cuatro sesiones de trabajo que nos esperan, los desaf韔s y oportunidades espec韋icos a que se enfrentan los pa韘es de su regi髇.