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MINISTERIAL DE LA OMC (DOHA, 2001): NOTAS INFORMATIVAS
CARTA
DEL SR. MOORE A LOS PERIODISTAS
El futuro en manos de los ministros en Doha
Los
contenidos
>
Carta del Sr. Moore
> Antecedentes
>
Pa韘es
menos adelantados
>
Agricultura
>
Medidas
sanitarias y fitosanitarias
> Comercio
de servicios
> Las
cuestiones relativas a la aplicaci髇
> Propiedad
intelectual
> Los
textiles y el vestido
>
Productos
de tecnolog韆 de la informaci髇
>
Comercio
y medio ambiente
>
El
comercio y las inversiones
>
Comercio
y pol韙ica de competencia
> Transparencia
de la contrataci髇 p鷅lica
> Facilitaci髇
del comercio
>
Comercio
y normas del trabajo
>
Diferencias
>
Comercio
electr髇ico
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Miembros
y adhesiones
>
Acuerdos
comerciales regionales
>
Algunos
hechos y cifras
> Glosario
de t閞minos
Estimados amigos,
ienvenidos a Doha!
A lo largo de esta Conferencia Ministerial, 142 gobiernos tendr醤 en sus manos el futuro del sistema global de comercio del siglo XXI. No es exagerado decir que lo que decidan los Ministros aqu?en los pr髕imos d韆s determinar?si la Organizaci髇 Mundial del Comercio continuar?en el centro del inter閟 de la pol韙ica comercial en los pr髕imos a駉s.
Hay quien ha dicho que si la OMC no consigue emprender un programa de trabajo ambicioso aqu?en Doha, la Organizaci髇 se ver?relegada a la hibernaci髇 o al olvido.
No creo eso. Seguiremos siendo el m醩 importante 醨bitro de las diferencias comerciales a nivel mundial y seguiremos prestando asistencia t閏nica y formaci髇 a los gobiernos deseosos de participar m醩 ampliamente en un sistema global de comercio, y al mismo tiempo seguiremos llevando a cabo los importantes Ex醡enes de pol韙ica comercial.
Pero s?es cierto que muchas naciones dejar醤 de considerar Ginebra como el centro del comercio si no tenemos 閤ito en Doha. Lo he dicho muchas veces porque de verdad lo creo: las negociaciones sobre liberalizaci髇 comercial se llevar醤 a cabo el pr髕imo a駉. Lo 鷑ico que hay que saber es si se llevar醤 a cabo de manera bilateral, regional o multilateral.
Los acuerdos comerciales regionales pueden contribuir en gran medida a la econom韆 global, pero no son sustitutos de un sistema multilateral de normas comerciales no discriminatorias. En estos tiempos en que la cooperaci髇 global es m醩 importante que nunca, ser韆 no s髄o desafortunado, sino tambi閚 peligroso, no llegar a mejorar uno de los m醩 importantes pilares de la estructura internacional.
Adem醩 de la necesidad de reforzar el sistema y la organizaci髇, hay una clara necesidad de enviar una se馻l de confianza a un mundo en que todas las mayores econom韆s se enfrentan a una posible recesi髇. La 鷏tima vez que la Uni髇 Europea, el Jap髇 y los Estados Unidos sufrieron al mismo tiempo una recesi髇 fue en 1975. La vitalidad econ髆ica de los tres es muy importante y no s髄o afecta a sus habitantes. La crisis de las grandes econom韆s se traduce en menos exportaciones de los pa韘es en desarrollo y menos inversi髇 extranjera directa para los pa韘es pobres, lo que, al mismo tiempo, supone menos puestos de trabajo en los pa韘es en desarrollo y menos posibilidades de aumentar los niveles de vida.
El lanzamiento de un programa de trabajo ambicioso en Doha no tendr?unas consecuencias inmediatas para la econom韆 global, pero s?ser?una fuerte se馻l de que los gobiernos Miembros de la OMC son conscientes de que es necesario abordar cuestiones muy importantes para sus pueblos.
No todos nuestros gobiernos Miembros est醤 a favor de emprender un programa de trabajo ambicioso, y he recibido cr韙icas por exhortar a los Miembros a que inicien en Doha un programa de trabajo de amplia base. Acepto que existan diferencias de opini髇 sobre este aspecto, pero es menester no perder de vista que las negociaciones son la 鷑ica manera de modificar las normas y procedimientos de la OMC en lo que respecta a las cuestiones sustantivas. Estamos, despu閟 de todo, en un foro de negociaci髇.
Cuando los pa韘es en desarrollo dicen no haber recibido de la Ronda Uruguay todos los beneficios que esperaban y que la OMC debe hacer m醩 por ellos, estoy de acuerdo. 縋ero cree alguien sinceramente que se puede llegar a cambiar sustancialmente nuestras normas sobre agricultura, textiles o compensaciones comerciales de otra manera que negociando?
Debemos enfrentarnos al hecho de que hay cosas en nuestra Organizaci髇 que podr韆n funcionar mejor. No todos los que nos critican est醤 equivocados. Esta Organizaci髇 tiene que hacer m醩 para ayudar a los pa韘es pobres d醤doles acceso a los mercados y aumentando la asistencia t閏nica. Es necesario trabajar m醩 y mejor para garantizar a nuestros pueblos que las normas de la OMC no suponen una amenaza para la protecci髇 del medio ambiente. Es necesario que trabajemos para reducir los desequilibrios del sistema agr韈ola mundial, en que los pa韘es ricos gastan cerca de 1.000 millones de d髄ares al d韆 en subvenciones generalmente in鷗iles y con efectos de distorsi髇 sobre el comercio. Recortar estas subvenciones y reducir los obst醕ulos a las importaciones procedentes de los pa韘es en desarrollo supondr韆 para estos pa韘es beneficios equivalentes a tres veces el nivel de la Asistencia Oficial para el Desarrollo prestado por los pa韘es ricos.
Adem醩, debemos ver la manera en que funciona esta Organizaci髇. Aunque el sistema de soluci髇 de diferencias es excelente, a鷑 debemos resolver algunos problemas. La diferencia sobre el banano/pl醫ano ha subrayado la necesidad de definir c髆o y cu醤do un gobierno Miembro puede proponer la adopci髇 de medidas de retorsi髇 contra otro porque este 鷏timo no haya aplicado una resoluci髇 del 觬gano de Soluci髇 de Diferencias. Debemos examinar la manera en que los pa韘es en desarrollo puedan obtener m醩 beneficios del sistema de soluci髇 de diferencias.
Tambi閚 debemos ofrecer a nuestros gobiernos Miembros un sistema de asistencia t閏nica financiado adecuadamente. En la actualidad, nuestro presupuesto cubre 鷑icamente una parte de los costos de asistencia t閏nica y para el resto debe recurrirse a las contribuciones de fondos fiduciarios. Agradezco la generosidad de aquellos Miembros que han hecho aportaciones a estos fondos, pero si el presupuesto principal no es suficiente no podremos planear adecuadamente nuestras actividades de asistencia t閏nica m醩 all? de este a駉. Debemos encontrar la manera de ocuparnos del d閒icit de desarrollo con programas y formaci髇 mejorados que contribuyan a una mayor participaci髇 de los gobiernos que no pueden permitirse abrir una oficina en Ginebra.
A menos que todos los Miembros est閚 plenamente comprometidos en el proceso de negociaci髇 y sientan que entienden intr韓secamente todas las cuestiones, corremos el riesgo de generar nuevos problemas de aplicaci髇 en el futuro. Cualquier negociaci髇 que comience en Doha no podr?completarse si los Miembros se sienten marginados del proceso, y la mejor manera de evitar este problema es a trav閟 de una asistencia t閏nica mejor definida.
No me hago ilusiones con respecto al reto al que nos enfrentamos.
No ser?f醕il encontrar un compromiso satisfactorio sobre cuestiones
como la aplicaci髇, la patentabilidad de los medicamentos esenciales,
la agricultura, el medio ambiente, la inversi髇 y la competencia,
pero debemos encontrarlo, porque el precio del fracaso es demasiado
alto.
Sr.
Mike Moore
Director General de la OMC