CONFERENCIA MINISTERIAL DE LA OMC, CANC贜 2003: NOTAS INFORMATIVAS
CARTA DEL DIRECTOR GENERAL A LOS PERIODISTAS
Canc鷑 debe allanar el camino para una conclusi髇 oportuna del Programa de Doha para el Desarrollo
Los contenidos
> Carta del director general a los periodistas
> El programa de Doha para el desarrollo
> Agricultura
> Servicios
> Acceso a los mercados, productos no
agr韈olas
> Propiedad intelectual (acuerdo sobre los
adpic)
> El comercio y las inversiones
> Comercio y pol韙ica de competencia
> Transparencia de la contrataci髇 p鷅lica
> Facilitaci髇 del comercio
> Normas: antidumping y subvenciones
> Normas: acuerdos regionales
> Soluci髇 de diferencias
> Comercio y medio ambiente
> Comercio electr髇ico
> Pequeñas economías
> Comercio, deuda y finanzas
> Comercio y transferencia de tecnolog韆
> Cooperaci髇 t閏nica
> Pa韘es menos adelantados
> Trato especial y diferenciado
> Aplicaci髇
> Miembros y adhesi髇
> Algunos hechos y cifras
> Dicho llanamente ...
Estimados amigos:
Bienvenidos a Canc鷑. Esta Conferencia Ministerial marca un hito importante en el camino para completar la ronda de negociaciones comerciales del Programa de Doha para el Desarrollo. Un desenlace fruct韋ero y exitoso de esta Quinta Conferencia Ministerial nos har?dar un gran paso adelante para alcanzar resultados que satisfagan expectativas ambiciosas en estas negociaciones dentro del plazo establecido por los Ministros en nuestra Conferencia de 2001 en la capital de Qatar, que vence el 1?de enero de 2005.
Un resultado de estas negociaciones que satisfaga expectativas ambiciosas ser韆 un elemento importante para resolver los problemas que hoy se nos plantean. La econom韆 mundial ha entrado en una fase de desaceleraci髇 inquietante; los desaf韔s del desarrollo sostenible son cada vez m醩 apremiantes; y las incertidumbres de la situaci髇 geopol韙ica acent鷄n la necesidad de impulsar la cooperaci髇 mundial en todos los sectores. Aunque el sistema de comercio no ofrece una soluci髇 completa de estos problemas, ofrece sin duda una contribuci髇 importante.
La pregunta que muchos de ustedes me han hecho es qu?constituir韆 un resultado exitoso en Canc鷑. Lo primero que yo se馻lar韆 es que esta reuni髇, cualquiera que sea su desenlace, ser?distinta de las reuniones de Seattle y de Doha en un aspecto muy importante: su resultado no ser?una simple alternativa binaria. En Seattle y en Doha los gobiernos de los Miembros de la OMC ten韆n que optar entre iniciar o no iniciar una ronda de negociaciones. En Canc鷑 el objetivo es un poco m醩 sutil y diversificado.
En la Declaraci髇 Ministerial de Doha los Ministros se fijaron tres tareas para la Quinta Conferencia Ministerial: 揾acer un balance de los progresos realizados en las negociaciones, impartir la orientaci髇 pol韙ica que se requiera y adoptar las decisiones que sean necesarias?
Todos estos elementos tendr醤 gran importancia en nuestra labor desde ahora hasta el final del pr髕imo a駉.
Mi propio balance de los progresos realizados hasta ahora ser韆 un tanto ambiguo. Aunque hemos hecho progresos importantes en algunas esferas, y globalmente hemos avanzado mucho m醩 que en el mismo espacio de tiempo en la Ronda Uruguay, tambi閚 hemos tenido no pocas decepciones. El buen trabajo que se ha hecho para impulsar las negociaciones sobre las modalidades para la agricultura y el acceso a los mercados para los productos no agr韈olas no puede ocultar el hecho de que no hemos acordado esas modalidades en las fechas previstas. Hemos avanzado mucho en las esferas de las normas y los servicios, pero no hemos respetado los plazos establecidos para resolver las importantes cuestiones relativas a la aplicaci髇, el trato especial y diferenciado para los pa韘es en desarrollo, la reforma del Entendimiento sobre Soluci髇 de Diferencias ni, por supuesto, para ponernos de acuerdo sobre las modalidades para la agricultura.
(Tampoco hemos logrado cumplir el plazo establecido para resolver la cuesti髇, de vital importancia, de un mejor acceso a los medicamentos para los pa韘es m醩 pobres que carecen de la capacidad necesaria para fabricar medicamentos gen閞icos bajo licencia. Esta cuesti髇 es de gran importancia para la OMC, no s髄o por su car醕ter humanitario, sino porque su soluci髇 demostrar?a los pa韘es en desarrollo que esta Organizaci髇 es capaz de atender a sus preocupaciones m醩 apremiantes.)
Sin embargo, a pesar de estos reveses, los negociadores de nuestros 146 pa韘es Miembros no han escatimado esfuerzos en su b鷖queda de soluciones.
Resulta dif韈il predecir cu醠 ser?la 韓dole exacta de la orientaci髇 pol韙ica que nos impartir醤 nuestros Ministros en Canc鷑. Siempre es delicado hacer semejantes predicciones cuando se trata de evaluar las necesidades y aspiraciones de 146 protagonistas diferentes. Con todo, no me cabe duda de que todos los Ministros alentar醤 a sus negociadores para que procuren que estas negociaciones desemboquen en una conclusi髇 que satisfaga expectativas ambiciosas dentro de los plazos establecidos. Desde luego, su orientaci髇 tendr?que traducirse en hechos en la mesa de negociaci髇.
Me ha impresionado el grado de participaci髇 de todos los Ministros en esta ronda. Lo que tal vez sea m醩 extraordinario a鷑 es la participaci髇 que he observado a nivel de jefes de Estado y de Gobierno. Me he reunido con m醩 60 jefes de Estado y de gobierno durante el a駉 que llevo en mi cargo, y me atrever韆 a afirmar que el compromiso de esos dirigentes con el sistema mundial de comercio no tiene precedentes. En cada uno de esos encuentros he exhortado a los gobernantes a que instaran a sus ministros y negociadores a cumplir los compromisos asumidos al m醩 alto nivel. Puedo asegurarles a todos que seguir?urgiendo a los gobiernos a esos efectos durante el resto del a駉 y a lo largo de 2004.
Las decisiones que se tomar醤 aqu?abarcar醤 temas muy variados. Los Ministros tendr醤 que decidir si se adopta o no un acuerdo sobre las modalidades, o un marco, para la negociaci髇 de los llamados 搕emas de Singapur? las inversiones, la competencia, la transparencia de la contrataci髇 p鷅lica y la facilitaci髇 del comercio. Tambi閚 se ha encomendado a los Ministros que lleguen a un acuerdo sobre un sistema de notificaci髇 y registro de las indicaciones geogr醘icas para los vinos y las bebidas espirituosas.
Los Ministros deber醤 asimismo examinar las recomendaciones que les presentar醤 los 髍ganos de la OMC, entre ellas las del Consejo General sobre medidas concernientes a las peque馻s econom韆s y las del Comit?de Comercio y Medio Ambiente sobre medidas futuras concernientes a varios temas, que podr韆n incluir la conveniencia de entablar futuras negociaciones en algunas esferas.
Por supuesto, el hecho de que no hayamos podido cumplir algunos plazos importantes significa que en Canc鷑 la adopci髇 de decisiones ser?m醩 trabajosa de lo que se previ?en Doha. Habr?que adoptar decisiones, sin duda, en materia de agricultura, acceso a los mercados para los productos no agr韈olas, aplicaci髇 y trato especial y diferenciado.
A mi juicio, el problema medular ser?la agricultura, por la gran importancia que tiene para tantos de nuestros Miembros, desarrollados y en desarrollo. Aunque los gobiernos han dado ejemplo de liderazgo dejando de lado la decepci髇 por la falta de acuerdo sobre las modalidades en la agricultura y han seguido trabajando intensamente en todos los aspectos de nuestra labor, a nadie se le oculta la vinculaci髇 que existe entre la agricultura y los dem醩 aspectos de nuestras negociaciones. Es del todo evidente que un resultado que satisfaga expectativas ambiciosas en lo que respecta a las modalidades para la agricultura generar韆 un poderoso impulso general y mejorar韆 considerablemente nuestras perspectivas de completar la ronda con 閤ito y dentro de los plazos establecidos.
La gran diversidad de opiniones sobre todos los problemas planteados ante la OMC hace que el 撻xito?sea un concepto subjetivo. No obstante, creo que todos podemos convenir en que cualquier resultado, para que pueda significar un 閤ito, debe contener dos elementos. El primero guarda relaci髇 con el desarrollo. La Ronda de Doha es la primera negociaci髇 mundial que pone en su n鷆leo mismo los problemas de los pa韘es en desarrollo.
El segundo elemento es el nivel de las expectativas. Los gobiernos se fijaron en Doha expectativas muy ambiciosas, y lo hicieron impulsados por las preocupaciones que les inspiraban la econom韆 y los problemas de los pa韘es en desarrollo en sus esfuerzos por mitigar la pobreza.
Llegados al d韆 de hoy, no s髄o persisten estos problemas, sino que la acci髇 de los gobiernos ha adquirido una importancia fundamental. Por eso debemos crear mayores oportunidades de crecimiento econ髆ico y desarrollo. Una de las formas de hacer frente a todos estos problemas consiste en llevar a buen fin las negociaciones de Doha. Un desenlace feliz de nuestros trabajos en Canc鷑 pondr?ese importante objetivo m醩 a nuestro alcance.
Supachai
Panitchpakdi
Director General de la OMC